martes, 20 de octubre de 2020

GRACIAS "MAMÁ ENCARNITA": ¡LLAMA ENCENDIDA QUE ENCANDILA NUESTRO SER": Por Víctor Hugo Alvítez Moncada

 

GRACIAS “MAMÁ ENCARNITA”. ¡LLAMA ENCENDIDA QUE ENCANDILA NUESTRO SER! - POR VÍCTOR HUGO ALVITEZ MONCADA


 Foto: Mamá Encarnita en Lima.

  GRACIAS “MAMÁ ENCARNITA”.

¡LLAMA ENCENDIDA QUE ENCANDILA NUESTRO SER!

 “El amor que yo te tuve

en una rama quedó,

vino un fuerte remolino

rama y amor se llevó”…

Por Víctor Hugo Alvitez Moncada

Esta será tan solo una copla o estrofaque más recuerdo de su arte, creada y “labrada” en hermosos y desaparecidos paños amarrados en hilo de fino algodón color blanco por mi ENCARNITA, o MAMÁ ENCARNITA para mis demás hermanos, que hoy 8 de octubre conmemoramos cuarenta años de su estancia en la casa del Señor.

Cómo no recordar de niño al decirme: “Cholito, escribe en mi cuaderno los versos que te voy a dictar, eso sí, con letras grandes y bonitas que los pueda ver y leer”.

María Encarnación Reyes Quiroz o “Mamá Encarnita”, nació en San Miguel el 25 de marzo de 1892, quinta de diez hermanos: cinco Reyes Quiroz: Tobías, Emiliano, Arìstides, Antonia y Encarnación, y cinco Barrantes Quiroz, de quienes sabemos: Sara (nuestra abuela) y Rosa. La señorita Encarnita, al no haberse casado o tener descendencia, se encargó de criary cuidar a sus sobrinos como a propios hijos, con todo el amor y cariño del mundo que puede expresar y abrazar una noble mujer: Gloria Rosario (mi madre) y sus hermanos Julio Rodolfo y Olga Sofía Moncada Barrantes, hijos de su hermana materna Sarita y Fidencio Moncadaque al fallecer tempranamente y quedar huérfanos muy niños, asumió con inmensa responsabilidad y cariño admirable labor de madre, proyectando incluso profundo sentimiento a segunda generación de sobrinos nietos como somos todos nosotros.

Con largos años y vida fructífera, vivimos rodeados de ellahasta el último día de su existencia el 8 de octubre de 1980,un día como hoy, hace exactamente cuarenta años que pasó a exaltar la casa celestial a diestra del Redentor; quedando por ella inmenso amor, recuerdo, afecto, gratitud y veneración a través de nuestras oraciones, añoranza y tristeza,al cobijarnoscon sempiterno amor, junto anuestra Antonia, hija de su sobrino Augusto Malca Reyes.

Mamá Encarnita, fue una dama ejemplar dentro de la sociedad sanmiguelina de su tiempo: muy digna, culta, religiosa, esmerada en el trabajo para sacar adelante a sus hijos. Dedicó su vida al amasijo –como decía- (o amasar el pan), la costura, amarrado de paños, preparación y venta de deliciosa chicha, al placer de la lectura y hasta a cultivar la chacra y criar animales con ayuda de don Anacleto en la jalca, a la que iba y volvía montada en caballo.

Contaba, de joven cuando vivía en Lima, enseñó las primeras letras a niños procedentes de Génova – Italia, familia Perales; encariñados los padres propusieron llevarla al viejo continente, pero la oposición de su madre pudo más. Hacía gala de una letra corrida muy bonita al escribir y excelente redacción en cartas familiares; había sido formada con ese antiguo libro “El Mosaico” (que conservo), sus baúles estaban llenos de libros que alguna vez donó con bellas dedicatorias a pedido de desaparecida–a propósito-Biblioteca Municipal “Octavio Lingán Celis” de San Miguel; hecho que doy fe porque fui el portador.

Experta maestra de panadería, administró el horno más grande de San Miguel, curiosamente nombrado “Epifanio”, que estuvo ubicado a media bajada de calle del mercado o jirón Grau, junto a casa de doña Teodolinda y frente a casa de don Rafael Quiroz, donde ahora se levanta un edificio de más de cinco pisos; herencia de nuestros antepasados. Ahí amaneció y anocheció entre bateas, duendes y tendidos; palas, leñas y troneras, aguardando dorar el panbendito de cada día. Actividad que inmortaliza su nombre la literatura sanmiguelina en los cuentos:“El duende del horno de Ña Encarnita” de la pluma de Wilmer Mendoza Rivasplata, y en “Patito Panadero” del libro “Patito Feliciano, el de los doce oficios” de este escribidor.

Tejedora o mejor “amarradora de paños”, cuya técnica con diferentestipos de nudos con puntas de los dedos atabanuno a uno los hilos logrando diferentes diseños con figuras de flores, pájaros en vuelo, el sol y la luna, estrellas, escudos de armas u otros mensajes dentro de un hermoso y delicado encaje. Al centro siempre la copla de su invención como la citada al inicio de este breve y sincero homenaje, en letras grandes mayúsculas adornadas los bordes semejantes a las de punto cruz; de atractivos y geniales mensajes de amor, de vida, esperanza y gran afecto por la tierra. Los hilos sueltos del paño pendían sujetos a una madera de 1.20 mts. de largo por 15 cms. de ancho, aproximadamente, sostenida por una plancha pequeña de metal; al final y casi de preferenciatenía que llevar el lema o slogan:“¡Viva la República del Ecuador!”con su escudo a ambos lados, finalizando en flecos; porque de cuando en vez aparecía un señor que buscaba a nuestras“mayores” y últimas “amarradoras” de paños sanmiguelinos que ejercieron tan amena labor hasta la década ’70 del pasado siglo, entre ellas: la “Mamita” Úrsula Rojas Becerra, Antonia ReyesQuiroz, Rosa Barrantes Quiroz, Elisa Rojas Caballero, Carmen Goicochea Rojas, Teodomira “Mirita” Campos, Encarnación Reyes Quiroz, entre otras,para adquirir estas obras de arte y llevarlas a vender a muy buenos precios en Estados Unidos y Europa, como productos de su país.

“La cinta morada

la tejen los moros,

y tú la destejes

con tus malos modos”…

 Su casa en esquina de jirones Bolívar y Grau, era muy conocida por la chicha que vendía, en especial los domingos cuando llena de nuestra gente del campo, bebían a sus anchas la delicia de los incas. Una amplia tienda albergaba a consumidores. Nosotros,aparentábamos ayudar el negocio, más por juego y travesura, atentos a la orden: “Patrona Encarnita, sírvame seis chichas más”. Entonces, echábamos manos a dos cajones debajo de la mesa a manera de mostrador, escondidos movíamos bien las botellasque al momento de descorchar, salía disparando espumosos chorros de chicha esparciendo todo el ambiente, bañando de cabeza a pies a incautos parroquianos, ensuciando sus prendas domingueras y sombreros nuevos de palma:“¡Qué buena chicha de Ña Encarna…, catayya lo jadió mi camisa blanca y mi poncho!...¡Deme otra pareja, patrona! …”.

Esa tienda grande que convertíamos en sala de baile para nuestros cumpleaños con música del inmenso radio Telefunken a batería de papá Oscar; otras ocasiones en teatro o plaza de toros con todos nuestros yanasos, colocando las bancas de barreras; para reunión de zanqueros, carretilleros y tromperos, y hasta de cuartel de niños carnavaleros encabezados por Pichuta y el Chita,empleandohasta sus propias prendas de vestir de la Encarnita para disfrazarse y salir a recorrer calles, entre tantas otras inquietudes infantiles que ella compartía la alegría de sus cholitos,  sin darse cuenta al momento de todo lo usado, hasta ver sus zapatos de taco todo torcidos, sus carteras arrancadas el cinto o sus enaguas desparramadas en el terrado. Ahí mismo, en un rincón amarré un hilo pabilo y colgué algunos comics que tenía y alquilar a real cada una a Mariela, Arlita, Haydèe y Estelita, al chuecoMartín, y otros de la vecindad.

 Católica inconmensurable. Tras la tienda tenía su adoratorio con un dosel lleno de imágenes en bulto: el Cristo crucificado, San Franciscos, San Antonios, Santa Rita, Niño de Atoche y otros; cuadros colgados en la pared: Inmaculada Concepción, San Juan Bautista y Santa Teresa de Jesús. Al centro de la habitación, su reclinatorio donde todos los días oraba, llamándonos a nosotros a rezar junto a ella el santo rosario o hacer oraciones antes de ir a acostarnos. Sobre la cabecera de su catre de cedro –ese que ha heredado la Sarita- el Sagrado Corazón de Jesús, en cuadro gigante. A las siete de la noche cuando las campanas de la iglesia llamaban, ella bajaba del terrado contenta, bien arreglada, cubriendo su cabeza de mantilla negra, rumbo a la iglesia con su andar ligero y tras ella su Antonia, cargando el reclinatorio. En ese mismo ambiente tenía sus muebles de mimbre, máquina de coser marca Singer y sobre ella su paño en proceso, envuelto, esperando continuar su interminable amarrar durante todo el año.

Amante de la lectura, cada vez que iba a Lima a visitar a sus hijos Julio y Olga, traía siempre libros, mayormente novelas clásicas:“María” de Jorge Isaacs, “Corazón” de Edmundo de Amicis, “La vida es sueño” de Calderón de la Barca, “Coplas por la muerte de su padre” de Jorge Manrique, “El conde de Montecristo” de Alejandro Dumas, “Viaje al centro de la tierra” de Julio Verne, “Romeo y Julieta” de William Shakespeare, “Jugar con fuego”, entre otros; que yo con mi segundo o tercer año de primaria me llevaba a la casa nueva que construía mi padre, sentados bajo el sol demediodía al centro del patio le leía algunas páginas, deleitándose con las historias, corrigiéndome cada vez que pronunciaba mal alguna palabra; y a cambio, cada domingo me daba una propina de veinte centavos, con la que llenaba mis amplios bolsillos con un real de berenjenas y otro de nísperos, o guabas y shahuindos, acorde a temporada. Además, cada mes le llegaba desde Lima, paquetes de periódicos El Comercio y La Prensa, que apenas podía voltear sus páginas por su gran tamaño, luego de leerlos a ella y enterarme de acontecimientos como la Brea y Pariñas, el viaje a la luna del Apolo XI y otros de la época, compartía con mis maestros de la Escuela Pre Vocacional Nº. 73. Ella se convirtió en una de mis primeras maestras en casa,alimentando mi afición indesligable por las letras y la literatura.

Quedará muy corto este homenaje conocedor que su alma regocija de amor y ternura en profundidad de nuestro ser. Tantos recuerdos, grande ENCARNITA, siempre lates en nuestros corazones, en cada suspiro y paso de nuestras vidas. No hemos dejado de quererte, admirarte y agradecerte; iluminas nuestro ente y sigues siendo luz, lámpara votiva e imagen de nuestro breve existir. Hoy, cuarenta años después: Elina Marcela, Sara Ofelia, Víctor Hugo, Oscar Agustín(+), ÁlvaroBenjamín, Julio Fidencio, Mario Francisco y descendencias, nos postramos reverentes ante la eterna mansión y altar mayor de tu ejemplo, honor, humildad y dignidad, elevando oraciones deperdurableafecto e infinita gratitud; pidiéndote sigas bendiciéndonos y cubriendo con tu manto consagrado a nuestros queridos padres y familiares que moranel jardín florido de tu bondad, generosidad, sueño y descanso etéreo entre  ángeles y santos de tu predilección y viva devoción.

Nuestro beso inmaculado y eterna gratitud,

¡MAMÁ ENCARNITA!

 Octubre, 8 del 202o


lunes, 12 de octubre de 2020

MI AMIGO LUCHO: Por ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)

 


DOMINGO, 11 DE OCTUBRE DE 2020

MI AMIGO LUCHO - POR ARMANDO ALVARADO BALAREZO (NALO)


LUIS IDELSO ALBITRES MENDO

Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)

Quién no ha soñado alguna vez, despierto o dormido, tarareando “Señorita Cajamarca” de Consuelo Saravia Chávarry, letra y melodía que LOS HERMANOS ZAÑARTU llevaron a los confines del planeta.
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Esta bella y dormida Cajamarca
que despierta con los rayos del Sol
y la viste el azul de su paisaje
y la pinta la aurora y su arrebol.

Ella es, la dama más hermosa
es la reina departamental;
que ha sabido trocar maravillosa
su leyenda en patriótico ideal.

Señorita Cajamarca,
la novia de mi Perú
en mi rica Sacsamarca
es semillero de virtud.

La que es buena y generosa
con todos los forasteros
la norteña más hermosa
revestida de tondero.

Señorita Cajamarca nunca te podré olvidar
Porque eres mi tierra Santa la luz de mi despertar.


Hacer clic para escuchar la canción:
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CAJAMARCA, tierra generosa que brinda a propios y extraños las riquezas de sus entrañas y el dulce fruto de sus fértiles campos, catalogada como el departamento de la Sierra del Perú con el mayor grado de forestación. Tierra de variados legados, reconocida mundialmente por su cultura popular, entre los que sobresale el Carnaval Cajamarquino. Su vigorosa producción láctea, el complejo arqueológico de Cumbemayo y la hermosa colina de Santa Apolonia, son sólo 3 de las miles de lumbreras que iluminan su historia de larga data.
 
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Aquí, en la ubérrima Cajamarca, nació el formidable creador de arte escrito y pictórico LUIS IDELSO ALBITRES MENDO, el viernes 11 de octubre de 1946, ser humano que sufre y se desgarra, porque su querencia no fulgura como antes en las retinas del mundo por su gran cultura, por la generosidad de su gente y por las bondades de su suelo, sino por el grito señero de Los Andes en defensa del agua y la vida: ¡CONGA NO VA!, sin hallar eco en estadistas ni filósofos, retrotrayéndonos en el tiempo al infausto episodio del 16 de noviembre de 1532, cuando la banda de “los conquistadores”, con premeditación, alevosía y ventaja, tomaron por asalto la Plaza Mayor de Cajamarca matando a miles de inocentes, secuestraron al Inca Atahualpa, y no contentos con el fabuloso rescate en oro y plata que se llevaron contante y sonante, estos forajidos lo ahorcaron sin piedad el 26 de junio de 1533. Magnicidio y genocidio que, a pesar de haber transcurrido más de cinco siglos, no encuentra resonancia en ningún tribunal internacional. Quizá todo lo que ocurrió y ocurre todavía en Cajamarca, tiene relación de causa y efecto con el origen quechua de su nombre KASHA MARKA, pueblo de espinas, como la corona del Nazareno, en la interminable lucha entre Eros y Tanatos.
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Luis Idelso Albritres vino al mundo entre cilulos, carolinas, cumbe-cumbe y matarinas, cuando el entrañable Indio Mayta (Miguel Ángel Silva Rubio, fallecido el 19 de junio de 2010), recién estrenaba su sonoro ¡USHA!. Por eso Lucho está presente, balde y máquina fotográfica en mano, los 3 días que dura el carnaval de su tierra, cantando a todo pulmón el CILULO GAVILÁN:
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Arriba caballo blanco, cilulo
sácame de este arenal, huaylulo
porque tengo un desafío, cilulo
el martes de carnaval, huaylulo...

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  Hacer clic para leer el artículo de Luis Idelso Albitres:
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Coplas esmaltadas de colorido, alegría y picardía no aptas para cardíacos ni para vejigas y estómagos flojos. ¡Es herencia del dios Katequil!, dicen al unísono, porque no hay nada más veloz que el rayo, cantando al son de las cajas, las flautas y los clarines de carrizo que acarician los aleros y se elevan imparables al cielo:
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Cuando bebo me emborracho
que hasta no sé qué hacer
abrazo a una y a otra
pensando que es mi mujer.

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Luis Idelso Albitres Mendo, poeta, escritor, periodista y artista plástico, realizó sus estudios en los colegios maristas de Cajamarca y Lima, Se graduó como Profesor de Educación Secundaria (Idiomas). Hizo periodismo cultural en diarios y revistas, principalmente en el Diario La Industria de Trujillo (La Libertad), combina su quehacer poético con el periodismo pero lo que más lo apasiona es la pintura, como lo subraya el Libro de Oro de los Cultores Cajamarquinos, y añade: se define como un pintor de libre formación, incursiona definitivamente en la plástica en 1979. Vivió en Trujillo muchos años, actualmente, reside y trabaja en Lima. Con muchas exposiciones individuales y colectivas en diversas ciudades del país, como Cajamarca, Trujillo, Piura, Huacho, Ica, Cuzco y Tacna y en galerías de arte tan prestigiosas como Trapecio de Miraflores, Praxis de Barranco y 2VS de Chacarilla. Integra el Movimiento Cultural Capulí Vallejo y su Tierra. Es directivo de la Sociedad Universal de de Artistas y Literatos (SUAL). Premios y distinciones, entre otros: 2011. Diploma de Honor del Ministerio de Educación. 1993. Mención Honrosa en Cajamarca-Perú, con motivo del Concurso Binacional promovido por las Universidades del Sur de Ecuador y el Norte del Perú. 1973. Mención Honrosa, Género Poesía en los I Juegos Florales de la Cooperativa Magisterial en Trujillo. 1970. Segundo Premio en el Concurso Nacional de Cuento organizado por INKARI. 1970. Mención Honrosa en Poesía (Trujillo). 1969. Segundo Puesto en Narrativa (Concurso a nivel nacional, jurado presidido por el novelista peruano Eduardo Gonzáles Viaña)”.
 
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Luis Idelso Albitres es pintor, y de los buenos. El sustrato de sus obras figurativas (dibujo) y abstractas (pictóricas), está en la realidad circundante y en la fantasía que aflora de su Yo interior. Carlos Garrido Chalén, escritor y Premio Mundial de Poesía, describe así su vena plástica:

Los colores de la euforia.- Cuando en el tiempo de la pera, Aristóteles, todo él, sostenía que la música es el auténtico solaz de los hombres libres, y el canto es un verdadero hechizo de la vida y un medio para llegar a la virtud, estaba reconociendo esa posibilidad hermosa que nos ofrece, no sólo el mundo de los pentagramas sino el arte en general, que es la suma cultural de todas las adiciones y energías posibles y el ámbito de todas las convergencias. Luis Albitres Mendo con su arte es sin duda, por su persistencia y calidad, y a demás por esa transparencia que lo distingue de muchos, un testigo fiel de esa afirmación. Sin ser el Ulises que descendió a los infiernos y volvió de allí con voz y memoria, ha logrado con su trabajo, entrar, donde se disuelven las distancias, para convertirse en un alfarero del color y del hallazgo, de la imaginación y del sentimiento. La suya es una veta de la que hay que percatarse, pues no obstante esa sencillez y humildad que lo distingue - característica inequívoca de quien tiene clase - posee un potencial aún no analizado y una fuerza interpretativa y expresiva aún no valorada. En su mundo de color y de armonía, en sus abstracciones en las que sus sueños de artista se recrean, viven extrañas figuras inventadas, que forman una oculta cofradía que habla y dice cosas y que, según la hora, emite pronunciamientos para superar la timidez del propio autor, que crece y se agiganta. Y es que en ese planeta, conocido y desconocido a la vez, mágico y realista, intuitivo y racional, muerto y vivo, pero más que muerto resucitado para el disfrute de la vida, vive también la poesía, que es idioma de mayores. El arte es magia y es embrujo; y no obstante viene de Dios, que es la fuente inagotable de todos los inventos. Y a él ha conseguido Luis Albitres ingresar con el derecho que le da su talento y persistencia. Y al cabo de tantos años transcurridos su lenguaje se ha enriquecido, y en su inmediatez vital, viven y conviven ahora, nuevas búsquedas y nuevas alternativas. Albitres tiene visión, ha encontrado un estilo y en su mundo de silfos desconocidos y extrañas figuras que reclaman un nombre y un destino, vive la eternidad, el tiempo y todas las distancias”.
 

Poeta Mundial Carlos Garrido Chalén

He tenido el privilegio de integrar con Luis Idelso Albitres, el jurado de los “Juegos Florales Nacionales”, y dirigir talleres artísticos en los colegios de Lima Metropolitana y el Callao por encargo del Ministerio de Educación. También hemos participado de innumerables actividades cuturales, tanto en Lima, como en provincias.
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Guardo en mi memoria la medianoche del lunes 16 de mayo de 2011, cuando retornando de un evento realizado en la Casa de la Literatura Peruana, nos topamos en la cuadra 5 de la avenida Nicolás de Piérola, con un joven que estaba pintando con tizas de colores el rosto de Jesús, sobre la vereda fría. Luis Idelso se detuvo y como los buenos maestros le brindó sus mejores consejos sin escatimar tiempo alguno. Gratas experiencias que me han llevado a valorar su magnánima tarea en bien del arte peruano.
 
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Hacer clic para leer el artículo de Luis Idelso

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En mi blogspot CHIQUIÁN Y SUS AMIGOS aguardan para el goce de los visitantes, decenas de artículos escritos por Luis Idelso Albitres Mendo, todos ellos con un lenguaje palpitante, sin tretas ni afanes de saber profundo. Su ductilidad que sorprende, hace de él un escritor y pintor de muchos quilates.
 

Luis Idelso Albitres con la Dra. Lidia Vásquez Ruiz, de la ADAPOJ
 
FELIZ CUMPLEAÑOS LUCHITO