sábado, 6 de enero de 2024

OLIMPIO COTILLO CABALLERO - POR LUIS ALBITRES MENDO. FELICITÁNDOLO EN EL DÍA DE SU ONOMÁSTICO: 7 DE ENERO .

 
OLIMPIO COTILLO CABALLERO:

ESPLÉNDIDA  JOVIALIDAD

Por  Luis Albitres Mendo

Olimpio Cotillo Caballero es un gran amigo, con una sabiduría que le confiere su larga experiencia en educación, periodismo, literatura y los gajes de la vida.  Por él no pasan los años, dueño de una jovialidad exuberante, a prueba de dificultades, vicisitudes y obstáculos.  A Olimpio, tanto como a su hermano Javier (JACO), les sobra el humor y la cundería, por eso paran sonrientes y son tan joviales.

PROLEGÓMENOS  DE LA VERDAD. UN PERIODISTA CABAL.

Auscultador de su realidad circundante, hoy en día, uno de los raros ejemplos de periodismo objetivo, crítico, didáctico y magistral.

Conocido por su apasionante e incansable labor periodística, la perpetúa a través de la radio y en forma virtual, a través de su ya famoso blog digital "TIRO AL BULL", reeditado también por Nalo Alvarado en el conocido blog "CHIQUIÁN QUERIDO".

Periodista de un contundente historial, tan transparente como las aguas cristalinas que bajan presurosas de los nevados de la Cordillera Blanca.  Mientras otros usan guantes de seda en los crispantes temas políticos de su tierra, Olimpio manifiesta los auténticos vericuetos de los espinosos asuntos políticos de Ancash y sostiene valientemente los correctos prolegómenos de la verdad.

Es el cronista de todo lo concerniente a Huaraz como ombligo de la Región Ancash y todos los aconteceres en torno.

Su pluma abarca la pluralidad de eventos, noticias, informaciones e incluso se da el lujo de incorporar en su blog, artículos breves, frases y comentarios que le son afines desde el punto de vista cultural, educativo o intelectual.

Con una visión ágil, de periodista omnisciente, por la complejidad de los asuntos que trata y corrobora en su impactante y agudo blog virtual "TIRO AL BULL", Olimpio posee un criterio bien cimentado y sus comentarios no solo son leídos y respetados,  se tienen en cuenta.

Olimpio Cotillo Caballero es uno de los periodistas más influyentes en la ciudad de Huaraz.  Prueba de ello: Ha sido Presidente y Decano del Colegio de Periodistas en más de una oportunidad.  Cosecha a diario admiración y respeto de parte de colegas,paisanos y la colectividad en general.

"EL COFRE DE CUENTOS ANDINOS":
APUNTALANDO  LA  IDENTIDAD  ANDINA
 
Sé que viene escribiendo varios libros de narraciones, pero éste es el primer libro de cuentos que leo de este autor. Pienso que podría ser el inicio de un proyecto literario que bien podría convertirse en un pilar de la rica temática andina.

Una especie de compendio vivencial y creativo, a partir de nuestras particulares idiosincrasias, expectativas y formas de nuestra visión del mundo. En esta veta están escritores cajamarquinos, ancashinos, liberteños y peruanos en general.

IDENTIDAD  LITERARIA  ANDINA

De hecho, la identidad literaria andina se viene forjando hace rato, iniciándose desde Ollantay, Inca Garcilaso de la Vega,  Poma de Ayala, etc., hasta la actualidad con José María Arguedas, Ciro Alegría, César Vallejo, los hermanos Peralta, Carlos Eduardo Zavaleta, Eleodoro Vargas Vicuña, etc. para no mencionar sino a los más conocidos.

Olimpio Cotillo Caballero, junto a otros autores ancashinos como Javier Cotillo Caballero (JACO), Nalo Alvarado Balarezo, Marcos Yauri Montero, Oscar Colchado, Macedonio Villafán Broncano, Edgar Norabuena Figueroa, Roberto Rosario Vidal, Manuel Nieves Fabián, Agustín Zúñiga Gamarra, José Alva Valverde, Efraín Vásquez Veramendi, Guido Vidal Rodríguez, Walter Vidal Tarazona, Juan Rodríguez Jara; cajamarquinos, liberteños, arequipeños, huancaínos, ayacuchanos, cuzqueños y puneños, entre otros,  están construyendo una literatura de gran valía, diseñando con ella una identidad eminentemente andina.

SOBERANÍA  DEL  HUMOR

Dueño de un estilo personalísimo, su narrativa conlleva agilidad en las ideas, frescura y sencillez en los argumentos. Se afianza en sus propias vivencias y conocimientos del entorno y las experiencias vividas en su larga trayectoria. De este modo, ambienta sus cuentos en escenarios aledaños que nutren su memoria.

Las secuencias formales no necesitan de mayores esfuerzos para captar inmediatamente hacia dónde apuntan.

Cuentos alentados por un humor campechano. Al desgaire, el autor incauta todos los dichos, endechas y bromas que discurren por estas tierras privilegiadas de Ancash, donde al parecer, por todo lo que he oído en Caraz, Chiquián y Huaráz, todo lo resuelven con un magnífico sentido del humor.

REVERDECEN  LA  FABULACIÓN  ANDINA

Los cuentos de Olimpio Cotillo, al igual que los de JACO, y  Nalo Alvarado, reverdecen la fabulación andina, con picardía, ingenio y sabrosa animación. Todos basados en el entorno educativo o comunal ya que, historias, leyendas, consejas y narraciones varias, pululan en nuestras poblaciones, especialmente en la sierra andina, costa y amazonía. Ellas han servido de acicate, estímulo y motivación para que emerja el literato que lleva dentro, con enorme talento para atiborrar de jolgorio sus fascinantes textos.

El mérito de Olimpio, en sus creaciones, consiste en aglutinar estos cuentos  esgrimiendo una retahila de chascarros y bromas que tienen mucho de creatividad y sagacidad populares.

La chispa del pueblo, que con seguridad brota entre amigos, en los corrillos de los trabajos, en las camarillas de tabernas, velorios, festejos, en  agrupaciones celebratorias y colectivas de toda índole.

Victorino Elorz Goicochea, Hermano Marista español, Director de la Normal Superior de Cajamarca, entre los años 60 y 70, muy animado, con gran perspicacia, sin ningún complejo y con mucha seguridad afirmaba que el día que se escribiera sobre la sabiduría que alienta el ambiente de los pueblos andinos, ese día el Premio Nóbel de Literatura llegaría al PERÚ.

Ahora que Vargas LLosa, por sus propios méritos, ha logrado el primer Nobel para PERÚ, bien pueden aspirar nuestros escritores a ganar tan ansiada y consagratoria presea literaria. Y justo con la temática que, con cierta timidez...Olimpio se ha animado a publicar.

NOMENCLATURA POPULAR : MIRADA FESTIVA Y JOCOSA

"El Cofre de Cuentos Andinos", manojo de narraciones cortas donde la mordacidad ejemplizadora y educativa se desliza en forma espontánea.  Un costumbrismo a la peruana, o el triunfo de la vida en un ambiente serrano del Ande Peruano.

En la línea de Ravelais (Francia del Siglo XVI, 5 novelas) y Bocaccio (Italia). Es la misma y humanísima nomenclatura popular: picardía, sarcasmo, sentido falaz y sonriente de todo lo que sucede en una comunidad; que también se refleja, aislado y en forma bipersonal, en "El Lazarillo de Tormes" de autor anónimo español.

Con las diferencias del caso, de algún modo, Olimpio Cotillo Caballero, debería emular a Ravelais (Siglo XVI, 5 novelas) y Bocaccio, con un proyecto más ambicioso, mejor elaborado y minuciosamente presentado, sin fallas en las que repara poco: los errores ortográficos, supongo de imprenta, son horrorosos e imperdonables en un autor que apunta para mucho más. Los gazapos siempre se delizan y desdicen de una buena presentación.

Hay que prestar atención a las bondades de "Gargantúa y Pantagruel" (Ravelais) y los excesos de "El Satyricon"  o "El Decamerón" de Bocaccio, donde abunda esa mirada festiva y jocosa que Olimpio tanto domina y tiene a flor de labios. Passolini y Fellini se regodearían con las ocurrencias literarias de este Satyricon criollo.

Olimpio ha optado por una corriente satírico costumbrista que capta la idiosincrasia de un pueblo, en este caso: Huaráz y pueblos aledaños, pertenecientes a Ancash; pero que, definitivamente, contiene elementos facsímiles, no ajenos a los ajetreos humanos de cualesquier rincón del Ande.

Y tal vez por esa particular característica,  Olimpio, JACO, Nalo y todos los escritores peruanos que quieren a su tierra, tienen en sus manos y en su talento, la gran ocasión, el privilegio y la responsabilidad de ampliar, con un registro mucho más ambicioso, las riquezas medulares de esta visión cósmica y utópica del mundo andino y su ingente trascendencia al difundirlo a escala universal.
 
 
OLIMPIO COTILLO CABALLERO:

"COFRE  DE  CUENTOS  ANDINOS",
 
 HISTORIAS  COTIDIANAS  EN  POS  DE  LA  POSTERIDAD

Por Luis Albitres Mendo

EL  ALIENTO  DE  LO  AGRARIO

No hay que desentrañar los misterios de su escritura. En "El Cofre...", cuentos transidos de ardorosa añoranza. Su sencillez no es un obstáculo para disfrutar su mensaje y el jolgorio de vivir, allí plasmado con tanto énfasis.

Si bien estamos en épocas en que se imponen las novedades literarias,  en el caso de "El Cofre...", es un placer descubrir una lectura plena de solazantes historias cotidianas en pos de la posteridad.

Alejado de vanguardismos estilísticos, advertimos que Olimpio Cotillo se regodea en escribir con la frescura del habla cotidiana de un maestro  de pueblo y con la fértil espontaneidad de un narrador ambulante, un juglar afincado en una mesa plena de botellas de cerveza, donde le rodean absortos adultos, deseosos de escuchar, aprender y divertirse.

Las risas advienen, igual que la hilaridad y se posesionan del ambiente, lleno de humo de cigarro.  Se evocan personajes y paisajes con la simplicidad de una literatura oral, ubicada en medios rurales , con toda la transparencia y espontaneidad de los pobladores del agro.

EN EL DESVÁN DE LA MEMORIA

"El Cofre de Cuentos Andinos" ha logrado rememorar esas búsquedas febriles, cuando en nuestra niñez, subíamos ardorosos y expectantes hasta los altillos de la terraza de nuestra casa cajamarquina , debajo del tejado ordinariamente, para descubrir tesoros , dejados con el transcurrir de los años, en el  desván de los olvidos.

Siendo niños, atesorábamos esas fotografías descartadas por los mayores, esas revistas o libros envejecidos por el tiempo y el uso, o los cientos de chucherías, despojadas ya de su utilidad inmediata.

El contenido del "Cofre..." posee las riquezas primigenias de los juglares populares y las fantasías comprobables de los cuentos serranos, incesantemente reiterados en muchos pueblos, a lo largo y ancho de la zona andina, costeña y amazónica.

Recuerdo haber escuchado el cuento del cura sin cabeza, o la testa que se  le pega a uno,  cuando por la sed  , durante la noche, bajamos a beber un vaso de agua; en diferentes versiones en Cajamarca, Huaraz, Huancayo, Ayacucho, Cusco, Arequipa, La Libertad y hasta en la selva.

HUMOR  SABROSO, REFRESCANTE, HUMANÍSIMO Y EJEMPLAR DEL UNIVERSO ANDINO

Olimpio Cotillo Caballero y tantos otros escritores andinos de valía, muy bien podrían acometer, tomando como base  este pintoresco y encantador libro de cuentos "El Cofre...", el ambicioso proyecto de emprender una obra magna colectiva, por  lo plural, que dignifique, difunda y esclarezca, el humor sabroso, refrescante, humanísimo y ejemplar del universo andino.

Hay que continuar la posta que nos dejaran  geniales narradores peruanos como José María Arguedas, Ciro Alegría, Churata, Carlos Eduardo Zavaleta, Eleodoro Vargas Vicuña, etc. quienes incluso enfatizaron en la dulzura y humor especialísimos del Runa Simi, que debería estudiarse más, investigarse e impulsarse, alentando su aprendizaje y valoración, actualizando su riqueza léxica, alcance identificatorio y énfasis tradicional.

Y que éste sea el inicio del mismo método para todas las demás lenguas, como el aymara y otras, también para los dialectos amazónicos.

UNA  RETAHÍLA  DE  EXPERIENCIA  HUMANA

La ironía a veces, el  sarcasmo otras, y por cierto, el humor contagiante y espectacular... tiñen la cuasi totalidad de los cuentos de "El Cofre...". En realidad, una saga de experiencia humana.

Sus protagonistas proclaman sus vivencias personales cargadas de un anecdotario vívido, plagado de risas y tristezas, fiestas y dramas, es decir la vida en sus múltiples y plurales formas.

LA  VIDA  EN  SUS  MÚLTIPLES  Y  PLURALES  FORMAS

Desfilan fatigas, incertidumbres, miedos, supersticiones, etc.  Cotillo Caballero no deja de ser él mismo, inmerso en su mundo, totalmente andino, con un estilo especial y característico, sin complicarse la vida por descubrir y usar tendencias literarias de moda.

Ni lo necesita, pues su estilo le confiere personalidad, y le dota de registro popular.

Este libro se nutre de la cotidianidad existencial, de la experiencia magisterial del autor y su interpolación con los pobladores de las distintas comunidades donde ha trabajado.

FABULADOR  FECUNDO  Y  POPULAR 

OLIMPIO  COTILLO  CABALLERO,  conocido difusor de la cultura, defensor de todo lo que significa justicia y dignidad,  expande nuestros valores y tradiciones a través del periodismo radial, prensa escrita y virtual.

Fértil narrador, sé que ha escrito varios libros más, refulge como un fabulador fecundo y popular, por la sencillez de su lenguaje, que dicho sea de paso, llega con facilidad a todas las mentes de todos los estratos sociales.

Congratulaciones para él y que siga la exitosa saga de su hilarante y fructuosa narrativa.   Y sobre todo, que empresarios y directorios tanto estatales como privados, lo apoyen al máximo con el noble propósito de ver sus obras publicadas.  En este rubro debería haber leyes que se cumplan y no la , a veces inútil o fatigosa , búsqueda de auspiciadores y mecenas.
 
 

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