MANUELA ALBITRES MENDO
LAS MEMORIAS AMADAS
Por: Luis Albitres Mendo
“Mi estimado Lucho, con pesar me he enterado del inesperado y doloroso suceso que afectó a tu Señora Hermana. Momentos así, en que se mira cara a cara a la muerte, nos conmocionan. Jamás nos acostumbraremos al acontecimiento más natural y más terrible al mismo tiempo, de la finitud. Mas, nos toca ser dolorosamente serenos y ser fieles a las memorias amadas. Me solidarizo contigo en estos momentos, y haz cuenta que estoy a tu lado con un silencio sentido y significativo elevando una oración al Eterno por tu Señora Hermanita. Paz en su tumba, y en tu corazón, Lucho. Un abrazo”
Oswaldo Salomón Bustos Azuero
Poeta y narrador (Quito-Ecuador)
“Recibe mis condolencias estimado amigo. Mi corazón se viste con crespones y mi palabra se alza para hacerse oración y despedida”
Rodolfo Moreno Izaguirre
Poeta y escritor (Perú)
DESPLEGANDO FUERZAS INSONDABLES
Al despedir solamente sus restos mortales, pues su espíritu vive ya junto al Padre, nos viene a la memoria los variados dones que engalanaron su riquísima personalidad.
Adornada de armonías incontables, Manuelita Albitres Mendo, su locuacidad y franqueza desplegaban fuerzas insondables.
Apasionada por los viajes, con innegable lucidez y prodigiosa memoria hizo de su vida una experiencia extraordinaria.
Por elección y convicción fue ante todo madre. Consciente y tenaz. Se esforzó por sus hijas hasta hacer de ellas profesionales competentes, logrando su realización.
No cabe duda la enorme trascendencia de su estirpe valiente y decidida. Madre eterna. Nunca dejaremos de agradecer la entereza que mostró en todo momento.
CUMPLIR LOS SUEÑOS DE SU PROGENITORA
Ejemplo nos dio al educar a sus cinco hijas y recomponer el hogar que ella sola forjó, luchando a brazo partido, codo a codo con sus padres y hermanos, logrando lo que se propuso, en un ambiente difícil y ajeno.
El marchar de su vida osciló entre alturas y bajeles. Fugaz la felicidad se escapó de sus manos, no obstante el fragor de su pelea por retener el amor.
Mas la fuerza emergente de su ser mujer, agigantada por una energía incontenible, emancipándose de todo concepto negativo, peleó como una leona por sus cachorros, triunfando finalmente premiada por el Creador con una larga y fructuosa vida.
Jamás tuvo miedo al fracaso, más bien dio inicio a logros mayores, despertando victoriosamente su creatividad materna, para, con mayores ideas, conseguir independencia y eficacia.
El desafío que se planteó, con ayuda o sin ella, lo resolvió con optimismo y libertad. Su consigna fue persistir, perseverar, combatir y vencer. Así sacó adelante a cinco valerosas tigresas quienes están en plena faena de cumplir los sueños de su progenitora.
LECCIONES DE VIDA QUE ELLA PRODIGÓ
MANUELA no se arredró nunca. Las huellas perennes y luminosas que dejó impresas en el alma de cada una de sus bellas hijas seguirán dando frutos de valores y excelencias.
En el fragor de la pena, es lógico verlas desoladas ante su ausencia, pero Manuela siempre ha dado muestras de mucha valentía, decisión, voluntad férrea y mentalidad triunfadora.
Suficientes y apreciadas han sido las lecciones de vida que ella prodigó.
Gracias a sus directivas y consejos prendió en la fresca mente de sus hijas la luz de los principios morales más prístinos.
MAGNETISMO ROTUNDO QUE EMERGÍA DE SU INTERIOR
Amiga de lo justo sus reclamos siempre fueron pertinentes y la lucidez que constantemente afloró a su mente y labios eran dignos de una intelectual, una atinada preceptora o una destacada abogada.
Contundente su verbo al defender sus derechos, la mejor enseñanza para sus hijas, manifestando sus puntos de vista con claridad inaudita, defendiendo a los suyos.
Su elocuencia era rescatable para todo, el alegato de lo correcto y honorable. No le tembló la voz cuando de sacar a flote lo justo y equitativo se trataba.
Pero así como tenía rigor y autoridad, también ganaba a todos, familiares, amigos y vecinos, con el magnetismo rotundo que emergía de su interior.
Amada por sus amistades, que fueron muchas, era proverbial su facilidad de palabra. A tal punto que le ganó la partida nada menos que a un juez con sus irrefutables argumentos. Sus talentos innatos, incentivados en forma autodidacta, eran más que idóneos para convicciones pertenecientes al Derecho o a la Pedagogía.
Desde joven se caracterizó por cultivar auténticas amistades. Somos testigos por eso, del abultado número de amigos que acudieron para manifestar cariño sincero, simpatía y afecto hacia Mañuquita y la familia, deplorando su lamentable desaparición.
HIJA, HERMANA Y MADRE ENTRAÑABLE: EL AFECTO INUNDÓ NUESTRAS VIDAS
El amor de sus padres, hermanos, hijas, nietos y biznietos permaneció siempre incólume; ellos jamás le fallaron. Fue también una de las nietas predilectas de la queridísima abuelita Viviana.
Eso avivó el fuego de su perseverancia. La constancia de sus consejos maternales se extendió hasta nietos y biznietos. El brillo inmanente de su inteligencia pertinaz y preclara seguirá incentivando vocaciones y pareceres, cautivando la admiración y el émulo de propios y extraños.
Hija respetuosa, madre llena de amor, hermana entrañable, el afecto inundó nuestras vidas. Nos concentraba alrededor suyo para todas las celebraciones familiares, siguiendo la tradición y el ejemplo de nuestros padres, con muchísimo amor, haciendo del cariño fraterno la tabla de salvación en un mundo dual, donde conviven por igual bondad y heroísmo, junto a indiferencia y crueldad.
EL DISFRUTE DE ESTAR VIVOS: HACER DE LA EXISTENCIA UNA FIESTA
La alegría que supo dispensar a raudales, ya en días festivos, diversiones celebratorias o encuentros fortuitos, en residencias distintas, avenidas o en espacios diferentes, realmente caló en nuestros corazones, pues su risa y buen humor impactaban en cualquier ambiente donde se movía.
Todos admirábamos el jolgorio vital partiendo de su impulso o iniciativa, compartiendo con ella momentos de auténtica felicidad, cifrada en sano esparcimiento, en brindis saludables, sin estridencias. Manteniendo en fiestas, la cordialidad y el encanto de revivir festividades reales.
El gozo del baile y la contagiosa revelación de armonía y fruición cuando celebrábamos efemérides varias reciclaba constantemente las bondades heredadas, el disfrute de estar vivos y la franca decisión de hacer de la existencia una fiesta, una fuente de gratificaciones válidas, luchando contra la rutina diaria y el aburrimiento pernicioso.
Por todas estas maravillosas cualidades que ataviaron la personalidad de Mañuquita, la extrañaremos. Nos conformamos, sin embargo, con serenidad, teniendo la certeza que su espíritu ya está con el Padre. Seguro ya se ha reunido también con nuestros seres queridos ya fallecidos, como son, padres, abuelitos, tíos, hermanos, nieto y demás familiares.
Quedamos esperanzados recogiendo lo mejor de su valiosa vida, plena de inapreciables enseñanzas para todos los que la amamos.
Que su vida sea un acicate para cosechar lo mejor de Manuela Albitres Mendo, mujer luchadora y fuerte, madre coraje, quien con mucha fe, laboriosidad y entusiasmo sacó adelante a los suyos.
Por ello cosechó abundantemente, en las últimas jornadas de su existencia los sazonados frutos de la prosperidad y tranquilidad hogareña. Cumplió su misión con creces.
La más hermosa enseñanza, que dejó en herencia a sus seres queridos: Luchar con todas sus fuerzas por sus ideales, concretar sus sueños, en pocas palabras, posesionarse de su destino.
Hasta siempre Manuelita del Perú, Mañuquita del Alma. Estarás perpetuamente en nuestra mente, en nuestro recuerdo y sobre todo, en nuestro corazón.
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