lunes, 6 de marzo de 2017

JAUJA – PERÚ

             
                

SERGIO MIGUEL CASTILLO FALCONÍ

POETA DE ESTIRPE SOÑADORA

Por Luis Albitres Mendo


ARRIBANDO A LA SÉPTIMA DÉCADA: EL POETA Y SU HALO BRUJO
                              

Con razón sus palabras iracundas amotinaron el cotillo en el último festival poético de Bambamarca-CAJAMARCA, donde afablemente me obsequió su poemario Después de la séptima puerta.
Su libro corrobora una ardiente entrega a la poesía, su pasión en el duro trabajo de tallar expresiones únicas e imágenes originales: “Me incendio en este torrente azul/ silente eco de gritos”.

Poemas descarnados por lo sinceros y leales a sus valores. La lectura de sus poemas desencadena un torrente de sensaciones, sentimientos y emociones que tienen que ver, evidentemente, con toda clase de vibraciones estéticas y vívidos estremecimientos espirituales, seducidos por las excelencias poéticas de la mayoría de sus versos.

Se nota, por los depurados trozos poéticos, una indagación reiterada, un lenguaje elaborado, en suma, un trabajo literario constante
.
Temas fundamentales de su poética, estilizados o sublimados, el amor y el sexo, la muerte y la trascendencia, la amistad y su perdurabilidad, la música, el paisaje de su comarca, que en realidad está en los predios del Ande y que se torna en leit motiv de casi toda su poesía.

Emana de sus versos un hálito inmarcesible a favor de la naturaleza que lo circunda y a la cual ama. Sobresalen los briosos escarceos en los azarosos campos del erotismo, la amistad y la reflexión.


ALA SONORA GRILLO (1968-1970): RAPSODA ENARDECIDO

Sus primeros versos marcan la fatigosa labor de esculpir una buena poesía: “clareándome las ganas/ los tonos inéditos/ para transpirar/ la gota engañosamente frágil/ que es, en verdad acerba”.

Y el verdoso grillo, semejante a la cigarra de la fábula, le sirve de estupendo pretexto: “música de alas sonoras”, “un rasgado chirriador solitario/ el silbo del albor”.

Realmente inspirado, encantado con el grillo lo identifica con la esplendorosa poesía: “Así, te rebusco/ poesía sonora,/ alado insecto/ rapsoda/ Enardecido”.

Los versos de CP Cavafis  “Un poco de la ciudad amada/ un poco de movimiento de las calles y de las tiendas” , que Sergio Castillo coloca como paráfrasis, epígrafe u homenaje, nos da la clave.

Muchos poemas suyos de este libro remarcan, ya en las aceras o mercados, el sello popular de su lenguaje, y sin embargo tan excelsamente culto:

“Perfecta ya tu habla/ sorda intensa/ conversando con lo vivo/ pareciera/ ¡Oh!...una desatada uishcata/ palpitante// Contemplada ahoritita iridiscente/ en el bullicioso mercado/ donde rueda libremente, pulcra/ jacarandosa.// Suena acullá torrente/ tu voz primera insuperable”.

Motivos o temas de sus poemas los encuentra cercanos a él: Su lago, violín o guitarra, o los ojos de la amada, siempre. También un bosque, la lluvia, la hierbabuena o la retama, su valle, su estación preferida, los alisos, etc

Otra vez el dorado grillo-poeta: “Nadie sabe el secreto demiurgo/ de nosotros./ Puedo sentirte/ florecida plata/ brinco volantín volado/ de santa mano orfebre./ ¿En las solapas de quién/ amarás?/ insecto significante/ corro a cogerte nocturno/ con todas las llamas sedientas/ incógnito escribiendo./ Ahí, exaltado te descubro/ sereno”; “te espero/ asceta/ anacoreta/ palabra vegetal de anónimo/ saltamontes fullero.”; “Encontrarme/ ululando grilladas/…/ un tocamiento de alas/ grillito/ mordiendo una pena/ recordando una calle/…/ chirría sentimental ahora,/ el aguacero limpio.”; “Encarnada noche oída/ en la que emulas/ grillo a las chicharras.”; “Esta melodía tan sedita tu mimo candente/ arrástrame a mi sino, besándome torrente./ Esencia libre ámame./ Enséñame a escribir musicando./ Debes estar entre las yerbas./ Buscando nichos/ de insecto delirante/ en nuestra tarde, casi sombra/ entregada a la fantasía./ El íntimo gozo/ fuego extendido entre las alas.”

Inventivo sentir junto a un inquieto y fugitivo insecto que le concede versos, en realidad, trascendentes, algunos de ellos de real belleza.


SONORO Y PERSISTENTE, EL EROTISMO


Y el erotismo aparece sonoro y persistente: “Tu perfume de oquedades frescas/ cálida reventada flor salvaje./ Un torrente furioso/ de enero lluvia, verdísimos montes/ ayer olí tus ansias.// Desatado lirio entre los dedos llovizte/ nuestra entregada tarde al delirio/ que nada sabe/ del basto fuego desparramado/ chisporroteado/ amados de noche”.

  
UN QUIÉN ERES. A Hugo Orellana (E.29.06.2007): LA HUELLA QUEDE ESTREMECIDA


Honroso canto al amigo que ya no está, al pintor peruano de fama internacional Hugo Orellana, a quien dedica este poemario, que se convierte en un homenaje.

 Orellana, talentoso pintor wanca, que pisó Europa, hizo estudios en Italia y dejó esposa e hijas en Francia.
“¡Sí! Una flor peruana en Francia/ Tu corazón aliso regado en otras brisas” (Poema 4).
“Un quién eres/ Fútil pregunta/ Para quién sobre la tierra/ deja latidos profesos para nunca el olvido/ O los jamases cristalinos en los siempres/ No olvidar su mirada/ Su ser digno y perenne/ El gesto la manera de sostener/ Las más sencillas tareas/…/ En la comarca lila de pena/ sabiendo los porqués pincelados/ El expresarse con solo el color/ de las mañanas/ De entre luces/ O en tu mediodía/ a viva voz/ Entonando sintiendo en el canto/ el vuelo de los quilinchos/ la honda voz del horizontal valle/ En tu forma útil diciendo/ Sumos de profunda agua limpia/ Ser hecho para el ser/ El testimonio/ La huella imprimada/ Con fuerza teñida/ En el amplio lienzo de tu altura/ La huella quede estremecida/ ...(...) En prístina pátina/ Guapeando amanecidas flores festivas// Lucí salpicado en plenilunio/ tan tuyo bordoneando antaños/ Dibujando sobres gredas ternuras/ Ataura va quedando en tus ojos/ en los ojos de tu pueblo/ Lejos…lejos…en sus lágrimas”.


POESÍA, RUTILANTE REFUGIO PARA AUSENCIAS QUE DUELEN


Poema 2: “La esplendorosa gracia/ Trepidando tus falanges bailando vas dejando/ Polpinto wayta/ Un sentimiento/ Un sentido sentimiento nada más/ Macerado/ Que se da se derrama/ En los sencillos gestos/ En la palabra cumplida/ Los trazos niños buscando ser exactos/…/Ahora en el hueso/ Duelen duro roen/ Y nosotros los que quedamos/ Encontramos tu recio cantar/ jarawis/ llenos de trozos de fuego/ Hilos zurcidores de luna llena/ De veros frente al retrato nuestro/ Asi tus ojos avisadores que deciden tintar tierras/ Los espacios libres/ La innegable composición nativa/ Desde sus conchos el hallazgo sereno/ Cause abierto a los torrentes/ Aguaceros deshilachando los caminos vividos/ Tus pasos y tú empedrado patio/ Parado frente a tu cielo único y claro/ Hilando con  canto/ Vive con ver siempres/ Esos que comprendemos y oímos/ Raudos pasando por el centro de tu plaza/ Sentido sueño de aliso/ ¿Dónde estarás ahora?/ Amigo del alma”.


PARA ALEGRAR LO ENTRAÑABLE


Diáfana y exquisita manera de rememorar mágicos momentos de fraterna amistad, de añoranza, de égloga.

Poema 3: “Del aquel entonces venturosas eran las gamas en las últimas horas tardas/ tendidos sobre el éjido habíamos achispado/ el vino de las despedidas/ Un trago más para los caminos tibios bosques olorosa hierba/…/ Si cantara sumos de savia lo que se siente tierra dentro/ Sería este evocar a contraluz, montes y leña/ Entonces del aquel estaríamos comprendiendo creyendo/ Su carcajeo/ O el solo hecho de evocarnos para alegrar lo entrañable”
.
Poema 5: “De un cuadro tuyo la inmensidad azul/ Compite con el alero viejo añil/…/ La tristeza de embriagada noche/ Encantando luciérnagas/ …/ Vuelvo a los cantos antiguos/ Al rincón durmiente de abuelos/ De jornadas propias en sus guerreras andanzas/ Sus amores pasionales/ En sus bolsillos llenos de estrellas”.


ARROLLADOR Y EXUBERANTE, HUGO ORELLANA


Un himno a la amistad donde una fraternidad espiritual se yergue con la dimensión de un paradigma, un lazo ecuménico más allá de plurales existencias. Quien haya conocido personalmente al connotado artista plástico peruano HUGO ORELLANA, reputado en el extranjero, habrá sido tocado por ese magnetismo que brotaba de su ser. Su personalidad arrolladora y exuberante impregnaba la estancia doquiera él participara.

Lo conocí en Huarás, en un cónclave de artistas organizado por el pintor ancashino Analio Santa Trinidad. Me impresionó tanto su canto y el vigoroso mensaje de su discurso, que a los pocos meses se le invitó a la ciudad de Trujillo a un evento parecido. Aquí expandió todos los dones de su generosidad ganando muchos amigos y admiradores. A su singular talento pictórico unía un particular don para la oratoria y el canto. Dominaba el manejo del pincel y la palabra.

Poema 6: “A veces me destila la palabra/…/ Para contagiarnos un hálito/ un perfume/ Caído de la nostalgia/ Vienes a trancos/ De algún rincón para dar la sorpresa/ Y estamos largo rato conversando/ Tener en los dedos jugueteando una sombra/ Un crispado sentir tu presencia/…/ Las suertes nos unieron un siempre/ Para volver a los recuerdos/ Y verte carraspeando/ Un trago café caña y limoncito/ Dando gracias a la vida/ Dando una mueca a la muerte/…/ Te prestaría un rayo de sol/ Y verte sonriente/ Siempre.”

Poema 7: “Así llegó la hora/ Al ver esa casa solariega de risas/ Ahora ya sin códigos risueños/ Sobre el muro de lajas/ Chorrea una pátina sutil de impaciencias/ Hay solamente un vaho mendigo/ Doliente corrosivo que nos constriñe/ Y el chagual gime presencias/ Nos une a este sortilegio/ Tuyo y pintado en tus uñas teñidas/ La extraña belleza de unos ojos glaucos/ De ayeres colores tan tuyos para eternos.”


IMPRECISOS ENCANTOS, LOS SUEÑOS


Continúa el hechizo de los poemas, recordando al amigo pintor:
 Poema 10 (Un quién eres): “Rápido voy a Ataura/ A conversar con el Kishuar/ Ese que de antaño/ Está callado para llorarle las penas/ ese que me enseñaste a respetarlo/ Ahí está roto por los truenos/ …/ Ahí está solito erguido/ Lo vi llorar torcazas/ verde plata árbol de los encuentros/ Para reconciliarse solo"

Poema 11 (Un quién eres): “Quién sabe de nuestros afanes/…/ Yo te sueño soñando/ Una alameda de guindos/ cayéndote hojas de otoño amarilleando tus canas/ Seguro de ti/ Sueño desgarrado y feliz.”

Poema17 (Atardéscome): “Sueños, parecieran esta realidad pátina de la utopía (…)/ bajo la barca luna que trae sombras quietas/ Son dos ángeles enamorados/ esperando la oscuridad fulgurante del deseo sano.”


ATARDÉSCOME  (E.30.04.2002) : ENTRE EL DESÁNIMO Y LA ESPERANZA


Ese aireado sentimiento a medio camino entre el desánimo y la esperanza, la nostalgia.
Poema 19 : “Conmovidos estremecimientos íntimos llueven/…/ Es roer en ti arcano mío/…/ cuando el turbado aire nos envía la nostalgia"

  
CON LA ALEGRÍA DE UN VINO AÑEJO


Poema 18: “Sintiendo a los bosques llamando/ desde el fondo del valle, entendiéndolos/ Ahora que se aprestan a soñar/ Un sol, que ya se fue callado/ Dejando en la boca un sabor esmeralda/…/ Leve ahora el viento acarrea esta pena/ con la alegría de un vino añejo.”


DE LA COMARCA, LOS AFECTOS INFINITOS


Poema 16 (Atardéscome): “Mi asombro al primer resplandor de la noche/ me constriñe/ más allá del firmamento que se cuaja de estrellas/ dándole un beso en la mejilla al plenilunio/ reflejado en las charcas/ Puedo exclamar ahora pacífico/ el destino anónimo que me otorgo/ leyendo tus breñas natal lar/ encendiéndome.”

Poema 15 (Atardéscome): “Recojo en los caminos aromas frescos amaneceres/ me diferencio con aquellos/ por tener los bolsillos plenos de cantos rodados/ Mágicos amuletos pétreos/ este gozo bien andado/ Escuchando como va el arroyo/ contándome historias claras/ entre trinos y zuritas/ bebiendo rocíos en las fondas.”

Poema 11 (Atardéscome): “caminos abiertos de esta tierra nuestra/ caminarlos con paciencia/ en amanecidas noches/ por las tardes cuando se cierra el día/ esplendoroso ocaso…”
Poema 02 (Atardéscome): “Una abierta y dulce sonrisa ilumina la plenitud/ de la alunada medianoche”


DESPUÉS DE LA SÉPTIMA PUERTA –E.5042009- POETA DE ESTIRPE SOÑADORA


Poeta hasta el tuétano de “estirpe soñadora”,  tal como reza uno de sus versos en el poema 13 de su libro ATARDÉSCOME.

DESPUÉS DE LA SÉPTIMA PUERTA: Poemas de una madurez reflexiva de trascendentes cavilaciones sobre el ser, la vida, la muerte… Entre los infiernos fementidos y el paraíso prometidos:

“Pude quedarme escuchando esplendorosa música/ de las trompetas de Jericó,/ anunciando tu llegada a la divina luz/ que te propone el paraíso./ Este puma devorante ángel mío,/ que se yergue siempre me deschavó./ Volví a las extendidas praderas lilas/ de mi concreta esencia/ vuelto a casa/ reconquisté la noción de estar soñando.//…/ tomé aliento de las invocaciones de mi estirpe/ fortalecida: de lambras/ diablo fuerte/ palo santo/ por seguir sobre florestas selvas adoradas,/ venturas que viajan dentro nuestro.// Mis afectos hicieron este milagro de seguir caminando/ sin importarme lo pasado, el momento fatal.”

Con gran facilidad entendemos los entornos o las causales de sus ascensiones, la lúdica fosforescencia o la luz destellante que alumbra, esta vez sí, de verdad, su evolución hacia campos místicos. Y todo sin dejar de mencionar y amar todos los elementos de sus querencias, de su entorno.


NUESTRA PROFUNDA Y ÚNICA HEREDAD NATAL


 Copiosa fragancia poética en olor a refinadas remembranzas, personalísimas disquisiciones de su propia niñez, su madre y algunos detalles de su propia vida, tal vez un accidente que lo llevó a perpetuos amaneceres espirituales entroncados con jerarquizados versos que se elevan a una poesía de estéticas sublimes, que tocan por momentos estancias ascéticas, místicas, no sin dejar sentado su afable apego a las magnificencias del deseo y el placer carnal:

“¡Ascendí!/ Me atreví/ a palpar la aurora/ en la más alta cima andina./ Vibrando/ volví en armonía, a esa flor sincera y mía/ aquella recogida de limbos púrpuras,/ esperándome siempre viva./ Puedo decir consciente;/ conozco la decisión de los dioses./ Las níveas cordilleras reflejaron mis niñas,/ ya no era el mismo.// Alborozados, festivos, alegres danzarines/ de nuestra profunda y única heredad natal;/ con sus trajes milenarios arco iris/ venían a consolarme, a darme el ánimo,/ a alegrarme como nunca,/ recobrándome la conciencia, estaba al otro lado/ cantando la finitud, donde fui ordenado/ a ti santa, lúcida palabra, quedándome iniciado/ para servirte lealmente.”

 
RECONOCER QUE EL CAMINO ES ARDUO


Es uno de sus tantos versos, palabras que conllevan la humildad del que reconoce cuán laborioso debe ser el trabajo poético, aún realizando un despliegue de inspiración y reconocimiento de los esplendores del folclor provincial, las danzas, los festejos, sus encantos encarnados en los colores de sus vestimentas, su identificación y transustanciación, incluso en sus movimientos y andares.

“Tu palabra inquiera/ que sin oscuridad no hay luz, una parva de fúlgida luz”

Un erotismo sutil de esclarecidas magnificencias surge en casi todos sus poemas.

“…y verme antes que la carcoma/ pudra estas carnes,/ que hicieron del gozo íntimo sus efluvios/ el deseo vital su crepúsculo de oro,/ el deleite de oir el canto de las aves/ lindando el amanecer casto.// Escuchar el timbre de tu argentina voz/ llamado tuyo/ mi erecto pasear por tus campos/ de amapolas enardecidas.”

Instintivo y placentero, emerge siempre en sus versos la euforia, la ley de los gozos creativos y justo enhebrados a las circunstancias andinas, sus floras entrañables, faunas y paisajes.

“Digo: es el cuerpo/ que hicieron mis padres/ con los cariños de siempre/ creado entre los artes/ bajo los chaguales, entre aromas de trébol, pasto mojado, cantutas,/ hierbas santas, verbenas, gualdas arenas/ frente a eternas nieves contempladas/ escuchando clamar candores y el goce santo.”


REFERENTES DE UN MAGNETISMO MÁGICO


Enigmático pero pleno de extasiantes puntos de referencia es el poema donde resalta, exaltado y nostálgico, ciudades, lugares, ríos o lagos de restallantes consonancias románticas o sencillamente referentes de un magnetismo mágico: El Ermitage de San Petersburgo, la Torre Eiffel de París, la laguna de Paca en Jauja, Rapa Nahui, Estambul, el río Orinoco, el lago Titicaca, estepas de Siberia, Pekín, Bagdad, Hong Kong, Venecia, Mauritania, el mar Adriático.

Es decir, la nostalgia de lugares emblemáticos conocidos ya o aún por conocer y lamentar la imposibilidad, una vez descarnado, de asistir a tan bellos lugares:

“He dejado lo natural tangible y seré solo aire/ intangible volátil sin peso./ No poder siquiera ser un suspirar.”

Poemas inspirados éstos en lo que hubiese dejado de hacer, imposibilitado ya, por la volátil estructura de su cuerpo inerte ante la contundencia de un accidente malhadado.
La jerarquía alcanzada en estos poemas, escritos en su convalecencia, dice mucho de la altísima sensibilidad poética que convierte en trascendentes poemas el dolor, la soledad y la modorra acumulada en esos largos, extenuantes e incandescentes días, que se convirtieron en precioso tiempo para la creación, evolución y el ascenso espiritual del ser humano sufriente.

Y a la par de nostálgico, no deja de ser irónico:

“Bajo el sombrero diáfano de mi madrastra, querida niña/ que me contagió sus manías/ de comer maní, pistachos, castañas, pequeñas alegrías/ grandes albedríos/ y los modales decentes que te caracterizan/ para ser difícil en los tratos/ con los que no tienen gestos nobles, galantes.”

O tal vez no lo abandona nunca ese niño que baiotea permanentemente en su cerebro y en su corazón, por eso resalta ese poema donde se atreve a enumerar sus juguetes primigenios inventados con abalorios naturales, tronquitos, piedritas, etc., los cuales internados en su imaginación se transformaban en lso más poderosos sueños de su infancia, combinándolos con las posibles profesiones a escoger, para dar fin al poema en el incontenible chorro poético de tierna inspiración:

“Y tú, calladito mirando los remansos/ donde las agüitas hacían los grandes lagos/ de tus visiones/ por ahí entre los musgos/ como las chalguas/ o acogerse a contemplar/ cómo el día cambiaba de colores/ entre el espejo de las cochas y tus miradas serenas campesinas.”


DULCE VIOLETA DEL ENCANTAMIENTO


Inspirado en su madre, bellísimo poema, de acuerdo a la sensibilidad heredada, con la maravilla hecha infancia y todos los felices recuerdos de esa venturosa etapa.

“Mamá,/ maestra mía/ estás en las alegrías íntimas/ que llegan con lloros profundos/ para sentir la diferencia/ entre la alegría plena la tristeza pena./ Ver transparentes cascadas de cariño/ mucho más,/ que nunca olvido,/ oro derramado en el mar./ La plenitud de saber que estás al centro/ del plenilunio entregando a tu sombra/ la iracunda violeta dulce del encantamiento/ tu flor preferida aquella sencilla y humilde/ nativa de jardines nuestros,/ la añoranza.”


AMANECES CON LAS MISMAS QUIMERAS


El titilar de la inestabilidad y la relatividad de todo, se muestran en estos memorables versos, la tentación del fracaso, el acoso de los infortuniosranz, y sin embargo, oculta la persistencia, la esperanza :

“Dices que un lunes de harto trabajo/ caerás bajo el real manto de tu porfía/ de insistir en las causas ya perdidas/ las justas.// (…) Abandonado de dilaciones ciertas/ te llenas de incertidumbres y amaneces/ con las mismas quimeras”

Remembranzas fugaces de sus fragorosos años estudiantiles en la universidad:

“Los volantes subversivos entre los cuadernos/ y ese sabor a nostalgia de los cantos/ huaynos/ vagualas/ yaravíes/ mulizas/ huaylarsh/ Los tuyos, la melodía alta de pájaros salvajes”


EL RARO ENSUEÑO DE ESTAR CON VIDA


Versos que aquilatan la rebosante alegoría poética del sorprendente fraseo DESPÚES DE LA SÉPTIMA PUERTA que da título al libro y que constituye el principal poemario.

Es la crónica de ese sentirse entre la vida y la muerte, y ese sabor a nostalgia, el vislumbrar de algo desconocido. La convincente sensación de estar entre la vigilia-vida y el sueño-muerte, justo después de un accidente, en plena experiencia hospitalaria de médicos, quirófanos y salas de recuperación.

“Tomó mi mano la enfermera/ me sacó del raro ensueño de estar con vida”, “Frente al gran ventanal oscuro/ Es inquirirse/ Encontrar que las puertas se cierran/ Es buscarse en el entrecejo del alma”, “Cae un sol diablo casi rojo sobre mis cejas./ Vuelvo al valle me encuentro con mis palabras brotando/ de nimbos y pajarillos/ jilguerando saudades./ Un microbús me vuelve a tender/ su anzuelo de realidad”, “Agradezco haber quedado maltrecho/ me hablo/ al contemplarte destrozado cráneo mío”

La valentía y el coraje, combatir la rabia e impotencia frente al dolor, con mucha poesía y mucha laboriosidad pensante:

“Saber que vivo más intensamente/ yo que proclamé sentir la vida adentro/ (…) Me admiro percatándome de los silencios puros bajo una caverna de cemento/ sin respirar y no salgo del asombro de verme completo.”, “es una venganza de libélulas/ las que me traen los dolores.”


ESTE REGOCIJO DEL NUEVO DÍA


Un soliloquio fuera de serie, atrayendo hacia sí retazos de pragmática meditación en venturosa travesía poética:

“Cuando las dudas ensombrecen las sendas verdaderas/ que son incólumes de tu cierto pensar/ Ver/ Escribir/ Estar al acecho/ O en guardia/ de tus menesteres/ abrigándote de cualquier infortunio/…/ entre los meandros de este Mantaro/ Tardo, apacible, que transcurre las reflexiones/ trayéndote presencias de datos íntegros/…/ Solo quedarán en tus adentros/ en esplendoroso sol de tarde/ haciéndole ribetes a tu ventura.”

“la contemplación me cogió llorando/ viendo ese cielo/ hasta cuando tarde los luceros/ me entibiaban el alma/ …/ El amanecer era escuchar a los gorriones/ en sus nidos,/…/ Ver cómo las acrobacias de los picaflores/ eran por alegría y sabía que estaban conmigo comulgando/ este regocijo del nuevo día.”

 
AUSENCIA – E.42011: PERSISTIENDO EN AMARTE, ESTA CIEGA NOSTALGIA


Cual otro TRILCE de VALLEJO, poemas cortos, plenos de sonoros versos con ideas que bordean la experimentación, el creacionismo de vocablos nuevos, la descripción y el acercamiento al haiku japonés, con mayor espacio :


“Persistiendo en amarte/ Facto tácito secreto.”, “Laderas de acantilados/ Piqueros cual penas zambulléndose/ en el líquido y ardiente verano/ soñado/ Ahí estás parado/ tiznado de ternuras idas.”, “…cantan los himnos/ En el silencio sonoro/ de los ichus titilantes.”, “crece el río sagrado/ baja desde el atardecer cardenado/ esfumándose felino en el llano/ cual ordenada flor ciclán nos besa”, “De los encuentros soledosos como dos sonrisas/ la diminuta resplandeciente flor siempreviva violeta de los vientos” , “…en un amanecer fundando amplitudes/ a insondables azules esmeraldados” , “liturgia/  cantiga de aves/ cielo/ espejeado eco en el lago.” , “Aún cuando sueñan florestas selvas nuestros ríos gaviotas, picaflores, un olvido entre tus manos./ ¡Un lirio!”

Seis poemarios de Sergio Castillo que marcan un derrotero trascendente y valioso en la poética latinoamericana.


1 comentario:

  1. Siento un gran placer leer la crónica de Luis Albitres Mendo. Cuánto fuego le pone a las palabras para comentar el poemario maravilloso de Sergio Miguel Castillo Falconi, un ¨poeta de estirpe soñadora¨, como lo define, autor de la nota.

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