jueves, 2 de abril de 2020

POEMARIO ILUMINADO POR EL FUEGO HECHO PALABRA: Por Jorge Horna Chávez


POEMARIO ILUMINADO POR EL FUEGO HECHO PALABRA




            Por JORGE HORNA CHÁVEZ


En el prólogo del libro RAÍZ CÚBICA. La Antología (Casa Nuestra Editores. Trujillo, 2019) el experto escritor piurano Alberto Alarcón con un estilo de concisión analítica nos entrega las lumbres que ha encontrado en la obra poética de Manuel Alcalde, Ángel Gavidia, Fransiles Gallardo y Bethoven Medina; en ese orden aparecen los antologados. Además, con ojo de buen cubero ha hecho una óptima selección de los textos

 

DIÁSPORA POÉTICA  EN CAJAMARCA.


Es trascendente que en la década del ochenta haya surgido dentro de la diáspora poética en la provincia de Cajamarca, un grupo de estudiantes universitarios cuya meta fue mantener el impulso de su propio quehacer creativo. Atípico y celebrado caso: tres futuros ingenieros que residían en aquel lugar y un médico que vivía en Trujillo sembraran un vigoroso arbusto en una maceta cúbica; en ella abonaron la tierra para que los filamentos de forma y espesor disímiles de la raíz reverdecieran los brotes y sus versos memorables.

CANTO DE MÚLTIPLES ARISTAS


Bethoven Medina Sánchez lideró el grupo, de él consta íntegro ese canto de múltiples aristas “Necesario silencio para que las hojas conversen”, que el poeta rinde a la Vida que es el símbolo de la esencialidad e intenso cariño a su Madre. También están los extractos de sus numerosos poemarios.

Sus aportes actuales muestran a Bethoven muy activo: participa en diversos acontecimientos literarios, hace periodismo cultural y es difusor de sus propias obras en espacios de todo el territorio patrio.

LA SOLEDAD COMO LEIT MOTIV


En la obra de Ángel Gavidia Ruiz hay un tema recurrente, la soledad, pero no la evoca como dolor sensitivo, sino que la transforma en el puente necesario para llegar victorioso a sus recuerdos, a las moradas de sus vivencias que transita a cada paso, a la energía de las uvas de un racimo en constante efervescencia de las que bebe para saciar su sed poética.

CAUDALOSO TORRENTE IMAGINARIO


Para escribir, Fransiles Gallardo Plasencia tiene a la mano los aromas, los rítmicos cantos de las aves, el murmullo de la vegetación, las aguas: lluvia, ríos, escarcha; los desentraña y los recompone para ofrecernos desde la aurora al crepúsculo un fresco henchido de natura. Por la vertiente de sus pasiones atiza el fogón de su amor con la crepitación de los leños. Afirma el crítico Alarcón, que el trabajo de Fransiles es la suma del torrente imaginario de sus compañeros cúbicos.

BRÍOS INCONTENIBLES DE UN OBSTINADO AMANTE DE LA POESÍA


Me place tener referencias de Manuel Alcalde Palomino a través de sus poemas publicados en el libro. En el prólogo se lee “nos entrega una obra limpia y sencilla cono pocas (...) con una asombrosa inocencia”. Intuyo, entonces, que conformó la agrupación como un obstinado observador, labró su permanencia porque bullían en su ser los bríos incontenibles de hacer oír su voz desde los resquicios muy íntimos de su espíritu. La escritura de Manuel Alcalde fluye espontánea sostenida por la oralidad cotidiana. “Quizás me encuentres / jugando con los pájaros / como quien aprende a volar”
.

CAJAMARCA Y TODAS SUS PROVINCIAS: CRISOL CREATIVO


La provincia de Cajamarca y más allá de sus linderos es cuna de narradores y poetas lo que le confiere a todo el departamento un perfil de crisol creativo. Sin menoscabar la gran tradición literaria que se forjó allí en tiempos ya pasados, merece mencionar a Manuel Ibáñez Rosazza, decisivo consejero de Raíz Cúbica. Desde ese universo, el grupo RC viene a confirmar que el camino recorrido permanecerá iluminado por el fuego hecho palabra reflexiva y belleza inagotable.

LO ANECDÓTICO


1.“Como un caracol cargando tu recuerdo / trazo mi hilo de plata sobre el césped / o, más precisamente, sobre la soledad”

En un evento cultural el año 2010 coincidimos en Santiago de Chuco con Ángel Gavidia, a quien recién conocía. Al días siguiente se cruzaron nuestros pasos en la plaza principal del pueblo; Ángel me invitó a conversar alrededor de un café, cuando entramos al restaurante noté que los saludos abundaban para él de parte de los comensales. Hablamos muy poco. Al salir, Ángel le compró a un campesino vendedor de hierbas que estaba en la vereda un manojo de panisara, me indicó que era uno de los más efectivos digestivos naturales. Por allí nos dio alcance el pintor y escritor Luis Albitres junto a la poeta chilena Olga Toro, y decidimos ir al cementerio de la ciudad, visitamos la tumba de los padres de César Vallejo; Ángel abrió su mochila, sacó los tesoros que siempre carga y se dio a la lectura de aquellos versos ya universalizados (“Los pasos lejanos”, “Mayo”, “Áscuas”...).

2.“Y regreso con la visión de hacer de mi vida una estación de luz”

Hace ya varios años recibí la llamada telefónica de Bethoven Medina desde Trujillo, me comunicaba que venía por unos días a Lima por asuntos laborales. Cuando fui a la amical cita estaba él y Fransiles Gallardo en el acogedor barcito del hotel donde se hospedaba; intercambiamos opiniones sobre el rol de la poesía y sus cultores. A las 9 de la noche, Bethoven levantó la tertulia con un ademán que trasmitía su nobleza personal.

3.“Delante del arco iris / está Magdalena / mi pueblo / como madero antiguo / tendido en el camino”

Por la primera década del 2000, en varios eventos culturales veía la presencia asidua de Fransiles Gallardo; me enteré que procedía de Cajamarca, esa fue la motivación para el inicio de nuestra amistad. Eran los tiempos que nuestro común amigo Jorge Roncal desplegaba una profusa actividad editorial y cultural, y Margot Palomino llevaba adelante los “Jueves Arguedianos” en el local de la homónima Escuela Nacional de Folklor.

Fransiles, hasta ahora no entiendo por qué, me pidió que presentara, primero, su poemario Ventisca tu (des) amor (2004), y después su libro de relatos Entre dos fuegos. Historias de ingenieros (2007). Sobreponiéndome a mi inexperiencia en esos asuntos acepté la gentil invitación. Los dos actos se realizaron en los amplios y cómodos salones del Colegio de Ingenieros de Lima.

JH
L. abril del 2020




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