viernes, 30 de septiembre de 2022

FRANSILES GALLARDO (CAJAMARCA-PERÚ- AMÉRICA ANDINA) Y SU NOVELA AGUAS ARRIBA: LA GESTA DE UN PUEBLO. Por Luis Albitres Mendo

 

FRANSILES GALLARDO y su novela AGUAS ARRIBA




LA GESTA DE UN PUEBLO

Por LUIS ALBITRES MENDO

DISEÑO DE TODO UN MURAL

FRANSILES GALLARDO, con su novela AGUAS ARRIBA, nos envuelve en un viaje hacia la historia de una familia, inmersa en la construcción de una comunidad, a partir de narraciones de su niñez y adolescencia, entrelazando recuerdos propios o transmitidos por el entorno familiar o amical y nos sitúan en una época determinada.

Conforme avanza la novela, no ha dejado de sorprendernos con la dosis cargada de nostalgia que insufla en sus escritos, al describir la interacción entre padres e hijos, vecinos y autoridades, entre hombres y naturaleza, entre tradición y modernidad: El diseño de todo un mural de la sociedad constitutiva de su pueblo natal: Magdalena.

CUAL OTRO MACONDO UNIVERSALIZA SU PROYECCIÓN

Cual otro Macondo, Fransiles nos entrega una novela teñida de un matiz familiar que universaliza su proyección, ya que toca asuntos tan humanos como cálidos, cuya ternura y espontaneidad visibilizan la personalidad del autor, sus afectos, preferencias, anhelos, proyectos y sueños; que al final se combinan, se enlazan, entrecruzan e interactúan con el destino de las ansias de surgir de su Magdalena entrañable.

ALBOROZADO SE LEVANTA EL TRIUNFO DE UNA FAMILIA JUNTO AL DESARROLLO Y PROGRESO DE SU PUEBLO

Novela impactante, con el rostro de un niño asombrado, asomando su inquietante figura a la vida que se le abre, rica en sensaciones y vivencias, no sin sufrir con todos, los sinsabores y peripecias de un hogar que se inicia, los niños que llegan con necesidades y exigencias.

Pero al mismo tiempo también, junto al sacrificio y abnegación de unos padres amorosos, se levanta alborozado el triunfo de una familia, junto al desarrollo y progreso de un pueblo.

FRAGORES DE FULGOR VARIOPINTO

De todo esto, con desenfado y picardía, con nostalgia y rotunda franqueza, asincerando su testimonio autobiográfico, nos habla Fransiles Gallardo, de quien emerge la veta lírica y los escarceos épicos, que todo combate o lucha por la vida conlleva, fragores no obstante,  plenos de fulgor variopinto, que ofrece la población, que al nacer y alcanzar luego su apogeo, revierte a sus pobladores la belleza de su vitalidad y la solidaridad de su gente.

 

RECIA PERSONALIDAD

Con desenfado y denuedo va engarzando en el primer capítulo, el azaroso recuento de sus familiares más entrañables, entre padres, abuelitos, tíos, y demás parientes cercanos.

Hay que resaltar cómo expone las imágenes más risueñas, afirmando el lado irónico y lúdico que tiene la vida, pero en especial: Cómo hasta el campo, y no solo en las ciudades, llegan también las novedades, invasiones y subterfugios que utiliza el capital, a fin de vender, lo mismo que en las urbes.

Gesta de un pueblo valiente que forjó una recia personalidad citadina en base al sembrío del arroz y la caña de azúcar. Pueblo señero, hecho al trabajo, donde priman los valores de la familia.

A través de la trama y los personajes, despliega tanto la nobleza como la miseria del ser humano, con todas sus incidencias, resultados y consecuencias.  Exhibe la codicia y deshonestidad de unos cuantos.  Mientras unos trabajan denodadamente, con esfuerzos supremos; otros (y que encima son de la propia familia) cosechan fácilmente lo que no han sembrado. Y lo hacen con cinismo y menosprecio.

 

CON LA RABIA CONTENIDA

“Mamá Beca, con los ojos llorosos y la rabia contenida en el pecho, mira incrédula desde la lomada cómo el Fedorio, hijo de su prima hermana, la Florencia, desfila dos veces por semana, con sus piaras de burros y mulas cargaditas, por el camino del cerro del Trapiche, rumbo al mercado Central de la provincia de Wamanmarca”

“trabajador eres, Joshua; hombre de bien eres, Nu’ay durar mucho tu tragedia -abrazándolo le dice don Domingo Rojas-. ¡Te levantarás, ya lo verás, te lo digo yo, y sé por qué diablos hablo así, porque soy más viejo que tú y así ha de ser! Pero ese mierda del Fedorio algún día hai’ pagar todito lo que ti’a hecho. ¡Como su padre casi ha sido, testigo soy, ingrato es, malagradecido es; pero eso nu’a de durar mucho, Joshua!”

CON LA GENEROSIDAD DE LOS QUE NADA TIENEN

Con la generosidad de los que nada tienen, siempre surgen otras soluciones y la solidaridad emerge de la familia o de otros seres próximos.

Sale a relucir el coraje del cajamarquino, que ante la falta de tierras para sembríos, se desplaza lejos y funda la población NUEVA CAJAMARCA en la selva del departamento San Martín, donde se afinca y prospera en base a laboriosidad y ahínco, (“Si el gusano con ser gusano bajo la tierra vive,  ¡Qué de menos seré yo, que soy un hombre, carajo! 

VIEJO JOSHUA : Un simpático capítulo breve donde describe con jocundia y endilgando a sus letras todo el sabor del fiestero, desde los trajes que usan, zapatos nuevos; potajes y bebidas y el modo cómo festejan a la Patrona del pueblo, sin faltar, desde luego, los tragos de bienvenida y el ir y venir de los mayordomos.

IRRADIANDO DULZURA

MAMÁ BECA : Remembranzas de cómo se enamoraron sus padres y la tierna pedagogía de una madre, entre supersticiones sobre los duendes y terapias costumbristas que un niño nunca olvida.

SANTA ROSITA : Narra detalles del enlace matrimonial de Joshua y Beca. Y de cómo la madre de Beca e hijo, vendieron casa y terrenos en Santa Rosa para asentarse en La Playería. Beca perdió muy tierna a a su padre. Por ello ayudó a criar y educar más tarde a sus hermanitos.

EL ETERNO SABOR DE LA INFANCIA. EL QUERENDÓN AROMA DE ESA VIEJA CAMA

CAMA : Partiendo de un catre, inmemorial para los niños que fueron  ( “abrigaron inviernos lluviosos y madrugadas tibias de nuestra lejana infancia”)

Haciendo mención de “la lava”, típica costumbre cajamarquina, sobreviene la nostalgia  y la candente reflexión  (“revolvemos tristezas, desempolvamos recuerdos, hurgamos nostalgias”, “si es que antes no se deshacen de ella por estar vieja, ocupar sitio y ser solo un triste estorbo. Como todas las cosas viejas”)

EL RACISMO LATENTE QUE NOS VIENE DE LEJOS

En el Capítulo ASENCIO Y MERCEDITAS sale a relucir un rancio racismo y clasismo de nuestros abuelos y que era fuerte en aquel entonces, durante la niñez del autor y qué bien lo registra. En la Cajamarca mestiza, aún se respiraba, hasta hace muy poco, ciertas reminiscencias hispanas, dizque de abolengos y otros adefesios de títulos nobiliarios. Por cierto, eso ha devenido a convertirse hoy en día, en un racismo soterrado, mimetizado en el dinero. El que tiene plata puede “cholear” y por eso ya hay estudios sociológicos que investigan hasta qué punto , el racismo sigue vigente hasta en aspectos y circunstancias por demás inofensivos e improbables  de nuestra sociedad peruana actual;  ( “Pa’ no mezclarnos con tanta cholería, compadre, y de repente, pues, todo lo que conseguimos con tanto esfuerzo, vaya a parar a manos extrañas. ¡Ni pensarlo, mi estimado Reynaldo; hay que aumentar las tierras y las propiedades!  Sí, pues, don Rufino, en Wamanmarca abundan los marrajos y badulaques. Es bueno unir apellidos de tradición”)

Hace referencia al estilo de antes, los matrimonios arreglados, entre sornas e ironías y sentido  del humor. El autor hace mención del caso de un extranjero que contrajo matrimonio con la hija de un hacendado ( “En La Playería eso se llama braguetazo. ¡Sí, sí, claro, braguetazo, eso es, eso es!”)

Enumera también casos contradictorios o paradójicos, pero guardando aquello que fijaban los mayores, por intereses y conveniencias ajenas a los casamenteros ( “Los matrimonios son así de simples, se arreglan entre padres y padrinos, los hijos no deciden sino hasta que cumplen los veinticinco y son ciudadanos de a verdad: Los De la Piedra con los Castañedas, los Iglesias con los Barragán, los Castrejones con los Puglieses, los Castro con los Chávez, y sigue la lista”)

Finaliza este capítulo rememorando de cómo fue la pedida de mano de la abuela Merceditas y las exigencias de su padre, el bisabuelo Don Romualdo.

EBRIOS DE LICOR Y NOSTALGIA

YOVANITA : El recuerdo de esta creativa tía, genial tejedora, quien con mucho talento en dedos y manos era una artista a la hora de tejer frazadas, ponchos y también manejaba con primor el croché y los palillos. Y además cantaba tristes y yaravíes, no porque esté deprimida, sino, habiendo nacido en Contumazá, bullía en su sangre el sentimiento poético que la hacía proclive a las saudades, al recordar su linda tierra.

Seguramente de niña, eso escuchó. De estos cantos tristes se nutrió y se colaron en su imaginación para siempre.

De paso, la letra de este famoso “triste”, qué cajamarquino no lo sabe…”Ay, qué lejos me lleva el destino/ como hojas que el viento arrebata/ Ay, de mí tú no sabes ingrata/ lo que sufre este fiel corazón// Estos ojos llorar no sabían/ El llorar parecía locura/ Ahora lloran su triste amargura/ De una sola y ardiente pasión.”

CREPÚSCULOS MULTICOLORES DE LA SANTA TIERRA

A PULSO, SUDOR Y SENTIMIENTO

RETORNOS SIEMPRE POSTERGADOS

“Esos cobertores de lana cardada, hechos a pulso, sudor y sentimiento, abrigaron nuestros cansancios, arroparon nuestros sueños, amainaron los fríos de las madrugadas y fueron cómplices febriles de nuestros placeres adolescentes”

“Sus ponchos -granate, nogal, onza de oro o marrón- cubrieron nuestros cuerpos de la lluvia, defendiéndonos también del viento, la helada o cuando las madrugadas nos sorprendieron regando las chacras y caminando distancias.                                                                                              Testigos mudos de amanecidas junto a las muchachas generosas y querendonas de La Playería.                                                                                                                                                                 Compañeros en noches de cañazos cortos y amistades largas, de luna plena y de exquisita inmadurez”

TÍO EVELIO : El yo narrador del autor. Breve descripción  de este familiar y narración corta y asombrada del por qué, a causa de su retorno a la casa materna después de muchos años…lo atienden a cuerpo de rey.

TÍO JUANITO : Anécdota de una mataperrada de Don Joshua, ¿ O es que fue realmente un accidente?

TÍO FELISBERTO : Historia que describe la tan conocida verdad, que la amistad se mide en la desgracia y tristeza, pues cuando hay abundancia los “amigos” sobran.

TÍO ROSARIO : Esposo de la tía María Luz (hermana de doña Beca). La hilaridad surge  a causa de una “travesura” de don Joshua, ante los aprietos que sufre el tío Rosario, justo cuando le urgía lucirse, en pleno noviazgo, montado a caballo. En lugar de eso ocurre un aparatoso deslizamiento sobre el pescuezo del potro. ¿Qué había sucedido?  Una broma pesada del Joshua. Luego de este penoso incidente para el novio Rosario, se hicieron muy buenos amigos.

Vienen luego historias complejas por las andanzas callejeras de uno de sus hijos: Cushuro, un zamarro de siete suelas.

Aquí finaliza el CAPÍTULO I : LA BUGANVILLA ES UNA FLOR.

Y se inicia el CAPÍTULO II : RÍO ARRIBA ( El valle que se inicia contigo )

“NUEVO PUEBLO”, la descripción del nacimiento de una población. Sus precarios inicios. La historia de su trazado en manos de personas conocidas por algún don. La deserción de un sitio para fundar otro con mayores expectativas: La Playería.

LA BLAQUIÑOSA: Jocosa e irreverente, aunque no deja de mostrar el enfervorizado e ingenuo parecer de los poblanos creyencieros sobre Santa Magdalena, Patrona del pueblo.

LA CASA DE LA PLAYERÍA: La voz del autor narra de cómo Mamá Beca decidió afincarse de una vez por todas en el pueblo. Y se hizo la transacción. Y la casa, de adobe, dura cien años ya, y seguirá existiendo por todos los pormenores que han sucedido en su interior y en su historia familiar.

HUERTA: Breve crónica de la acequia que provee agua para la huerta y los demás. Aprovecha para hacer referencia a la clásica rivalidad entre Choropampa y La Playería, ( “Aún ahora seguimos preguntándonos: cierto será lo que dicen los muermos choropampinos: -Los pueblinos toman agua de muerto, por eso son gafos y turumbos”

Estas remembranzas vienen combinadas con reseñas de sus escarceos deportivos en las canchas polvorientas, los afanes infantiles por triunfar en los campeonatos  y el humor se cuela en los nombres raros y los apellidos foráneos que van dejando trabajadores foráneos, que temporalmente pasaron por ahí, en nombre del progreso, la construcción de la carretera.

CATARSIS EN LOS ÁRBOLES Y EJEMPLO DE SOLIDARIDAD EN LOS BOSQUES

ACHIOTE : Alborozada o angustiada, el tronco del achiote era el consuelo y confidente de María Beca, quien descargaba todos sus sentimientos, contrariedades o confidencias, alegres o tristes, en este noble y generoso árbol.

“Solo el achiote conoce el tamaño de su desesperanza y soledad”

“Prometimos cuidar ese achiote por los siglos de los siglos, amén, como un monumento a su memoria, a su dolor, a sus lágrimas, a sus confidencias, a su soledad.

“Prometimos también cuidar por siempre el añoso árbol del paltto, donde el viejo Joshua reposa sus obligadas siestas de mediodía”.

Ingenioso paralelo entre la vida de humanos y árboles. Algo que la Ciencia certifica y corrobora. Por eso, los expertos afirman que es muy terapéutico abrazarse al tronco de un árbol, se produce cierto intercambio. Y ya se sabe, hoy en día, que los vegetales también tienen sentimientos. E incluso, Naturaleza prodigiosa, Divino Creador, existe una clase de hongos en los bosques, los Micelios, que hunden sus raíces en zonas subterráneas y establecen un tipo de comunicación (mismo internet subterráneo) y practican una ayuda solidaria cuando un árbol ha sido talado y sufre en agonía. No lo dejan morir. Le proveen de todo: agua y nutrición, a fin de que logre regenerarse y conseguir una recuperación total.

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