TRES DÍAS
EN LA DESLUMBRANTE BUENOS AIRES
Por LUIS
ALBITRES MENDO
Cuán sorprendente es la vida. Y cuán perplejo queda uno ante prodigiosas circunstancias. Cuán trascendental es vivir para adquirir sapiencia.
El vuelo que hice a Buenos Aires- República Argentina,
será inolvidable por diversas razones. Pero gracias a imprevistos, errores y
pérdidas, uno avanza en sabiduría y experiencia.
Mi breve estancia en la Capital Argentina,
renovó mi fe y esperanza en el ser humano. Mis exalumnos del añorado Colegio de
Roma-Casa Grande del VALLE CHICAMA en Trujillo-LA LIBERTAD, me regalaron su
valioso tiempo y fueron obsequiosos y magnánimos al hospedarme en el propio
hogar de Carmencita Rabello y Luis Aguirre; y al concentrarse, coordinando con
otros exalumnos, en mi primera noche en la gran ciudad, en un restaurante
típico del Centro de Buenos Aires, para disfrutar de un asado, asentado con un
generoso vino tinto.
Fueron de la partida, los organizadores
Carmen y Luis. Cuál no sería mi
agradable sorpresa al volver a ver, después de tantos años, a Hermosina Mochy
Carbajal Sánchez, Felícita Estílita Cubas Marquina y José Teófilo Meléndez
Calderón. De un modo agradable se cerró con broche de oro, mi primer y
alucinante día en la bellísima ciudad de Buenos Aires. Varios fueron los
contactados, mas como era día entre semana, les fue imposible acudir a la
convocatoria. No obstante no dejaron de manifestar, vía telefónica, su saludo y
bienvenida.
Antes, apenas llegado al aeropuerto de Ezeiza,
en plena madrugada, desperté a Carmencita con mi llamada. Me recibieron junto a
Luis, y después de un riquísimo desayuno en los alrededores del frondoso Parque
Palermo, me hicieron disfrutar de un City Tour, quedando encantado ante la
hermosura, la amplitud y el verdor del Parque Central de Palermo.
ATAVIADO
DE ESTIMULANTE FASCINACIÓN
Mi segundo día en esa Capital fue
una epifanía, un deslumbramiento contínuo ante avenidas y plazas. Descubrí
regocijado, gracias a la sagaz iniciativa de Luis Aguirre, quien conocía muy
bien esas calles y avenidas céntricas, por razón de su trabajo y prácticamente
guiado por él, siguiendo ya solo, en línea recta por la calle Esmeraldas,
descubrí repito, en plena calle Arroyo, plurales, elegantes y muy bien montadas
Galerías de Arte, cada una de ellas, a cual más, atractivas y originales,
tanto en presentación como en montajes.
Conocí a directores y entablé
conversación con ellos, iniciando charlas pictóricas, posibles proyectos
creativos y amistad.
“ARROYO” será para siempre, en el
ámbito artístico, símbolo de maravillosa calidad y arte sensacional. El tiempo
pasó volando, y las horas parecieron cortas. Salí encantado, ataviado de
estimulante fascinación ante el arte pictórico y escultórico de diferentes
artistas, locales e internacionales y de cómo los valoran.
MI TERCER
DÍA EN LA ALUCINANTE BUENOS AIRES
Fue en este mi tercer y último
día en la alucinante Buenos Aires, en que Carmencita, su esposo Luis, sus hijas
Liesel y Gabriela, sus yernos Alejandro Poza y Oswaldo Julca, su hijo Junior y
la bondadosa madrecita de Carmen, doña Marcionila Merino (Mamá Maché), me
concedieron la prueba más dulce de amistad y afecto familiar. Como era día
entre semana, se debían a sus propias labores y quehaceres. Aún así, se dieron
tiempo para fotos comunes, almuerzo con mucho cariño preparado por la propia
Carmencita y acompañamiento final. Van para ellos, desde esta CAJAMARCA – PERÚ
mis abrazos afectuosos y mi gratitud más grande por todo el afecto,
consideración y cariño que recibí de parte de ellos.
Este tercer día, abrumado por
tanta bondad de Carmencita y Luis y toda su familia, sería coronado por mi
visita, en su hogar, al renombrado personaje Alejandro D´Alessandro,
creador-fundador de “ACCIÓN para la PAZ”, institución de gran celebridad en
varios países de Latinoamérica y Europa.
Fue un joven taxista, vecino y
conocido de la familia, quien fue designado para conducirme hasta el domicilio
de Alejandro D’Alessandro, quien con gran alborozo, nos recibió, pues ya tenía
conocimiento de mi llegada y de mi intención de viajar en conjunto, de Buenos
Aires a Rosario.
Luego de un simpático intercambio
de informaciones y diálogo, intercalado, con un fragante cafecito, en el hogar
de Alejandro, contemplé admirado y reverente, los innumerables galardones y
diplomas obtenidos por D’Alessandro en su proteica carrera en pro de la
Justicia y la Paz, tanto a nivel de Argentina, como en el extranjero.
Pronto partimos de su casa, rumbo
a donde estaban esperando nuestros compañeros de viaje, en busca de Carlos Tula
y su nieto, con quienes haríamos la travesía Buenos Aires – Rosario.
EL VALOR
DE UNA MÍSTICA
Tula, es un mítico hincha del
equipo nacional, de la selección de Argentina. Desde hace muchos años lo
acompaña donde va, es decir, donde le toca ir y lo hace acompañado de su ya
afamado bombo.
Una vez en su residencia, nos
invitó, con no poco orgullo y donaire, a su hogar. Adjunto a él, ha
acondicionado sendos espacios donde funciona un original MUSEO TULA, lugar
donde ha colgado una singular colección de fotografías alusivas a campeonatos
futbolísticos y también, por supuesto, expone innumerables objetos y recuerdos,
coleccionados durante más de cincuenta años memorables de acompañamiento, apoyo
y espaldarazo al equipo de sus amores: La Selección de Fútbol de Argentina,
varias veces Campeón del Mundo.
Todo esto exhibe, de algún modo,
un ideario deportivo y una mitología nacional, el valor de una mística, del
fútbol argentino, como elemento de identidad y cohesión nacional, tal como se
comprobó, una vez más, cuando Argentina se coronó Campeón del Mundo en el
último campeonato. A ello contribuyen, en la ascensión planetaria, futbolistas
de la talla de Maradona y Messi, quien precisamente nació en Rosario.
SEMBRADA
DE ANÉCDOTAS, VIVENCIAS Y REMEMBRANZAS
Nuestra travesía Buenos Aires-Rosario
fue sembrada de anécdotas, vivencias y remembranzas, abarrotada de bromas y
chistes, planteadas con mucha jocosidad y humor entre Alejandro D’Alessandro,
quien iba con el timón y tenía a Carlos Tula como copiloto. Las risas y
carcajadas no se hacían esperar, llovían a cada momento.
Y la travesía continuaba con solo
una parada intermedia para tomarnos un café, que invitó Alejandro. Fuimos
llegando a la ciudad de Rosario con el afamado bombo de Tula, quien ha
recorrido medio mundo con él, acompañando al equipo que ama, la Selección de
Argentina.
BELLEZA
IMPREGNADA DE PATRIOTISMO, EL MONUMENTO A LA BANDERA
Por la
hora en que llegamos, que ya era de noche, desde el coche pudimos apreciar la
majestuosidad del monumento a la Bandera, con los nobles colores, azul y
blanco, que en esta hora crepuscular, resplandecían con una belleza impregnada
de patriotismo, espectáculo solo comparable en alguna forma con la
espectacularidad del rojo y blanco de la Procesión a la Bandera Bicolor en
Tacna, Ciudad Heroica, en PERÚ, que resistió al asedio hasta el heroísmo. El
fervor patriótico prominente que exhiben, simbolizado en su amor y pasión por
la Bandera Peruana, a quien la pasean, anualmente, en un aniversario
tradicional en la ciudad, con reverencia y amor, es algo impresionante y digno
de emular.
Finalizó nuestro viaje al llegar
a nuestro destino. Nuestros corazones palpitaron y dieron un vuelco de
felicidad al divisar en la puerta del hotel PLAZA DEL SOL, nombre, que
emparenté con la ciudad del CUSCO-PERÚ, a varios hermanos escritores liderados
por el gran MIGUEL SALDAÑA, organizador, junto a ALICIA, su esposa, del evento
al cual nos había invitado. Sobrevinieron, para cerrar, los saludos y
abrazos efusivos y la charla y las conversaciones alusivas cosecharon
fraternidades anteladamente ya enlazadas, en anteriores eventos literarios.
Con Doña Marcionila Merino (Mamá Maché), madrecita de Carmencita Rabello y Junior, el hijo varón de Carmen y Luis.
El joven nieto de Carlos Tula, que lo acompañó hasta Rosario, junto a D'Alessandro y Tula
Sonrisas del triunfo de la Amistad: Alejandro D'Alessandro, LAM y Cristhian Mansilla
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