PINTORES TRUJILLANOS RENUEVAN SUS BRÍOS

"Huanchaco visto desde el muelle", óleo de Eduardo Urquiaga Morillo

Por LUIS ALBITRES MENDO

Grata sorpresa fue encontrarme, después de mucho tiempo, en las inmediaciones de la Plaza de Armas de Trujillo, con el pintor Pío Ángel Muñoz, quien me condujo a la Galería de Arte del Ministerio de Cultura de Trujillo, que está muy cerca.

Gracias a este querido amigo tuve la suerte de asistir a una auspiciosa exhibición artística, organizada por un grupo selecto de pintores, liderados por Pío Ángel precisamente, en torno y como homenaje al conocido pintor liberteño WÁLTER ROMERO RUIZ (Santiago de Chuco 1945, Trujillo 2007).

JUSTO Y MERECIDO HOMENAJE

MARÍA ELENA CÓRDOVA BURGA, Directora de la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad, señala en la presentación del excelente catálogo:

“En esta ocasión el Ministerio de Cultura se complace en presentar a un grupo de compañeros y amigos de Wálter Romero, en el convencimiento de que las deferencias a personas que han sentado su presencia en el ámbito cultural siempre tienen una gravitación especial en el quehacer de la sociedad.

La presente muestra exhibe pinturas de su producción acompañadas de obras de sus colegas quienes a través del arte le brindan un justo y merecido homenaje en recuerdo a su gran valía como amigo, profesor e impulsor de las artes”.

Quedé admirado. La amplia sala, que no dejaba de ser familiar, por visitarla frecuentemente antaño, lucía espectacular. A todos los expositores los conozco desde que se iniciaban en las lides artísticas.

Y aquí constato que han renovado sus bríos y mantienen la calidad adquirida desde que salieron de la Escuela de Arte dirigida por el maestro PEDRO AZABACHE, discípulo predilecto del gran pintor cajamarquino JOSÉ SABOGAL (Cajabamba, Cajamarca), fundador del Indigenismo en el PERÚ.

REIVINDICAR LA IDENTIDAD AMERICANA Y PERUANA

Con un profundo pensamiento, al parecer de origen sufí, si no me equivoco, conociendo la personalidad de CÉSAR POLO BLANCO : “ Quien mira el exterior sueña,/ quien mira el interior despierta”, este conocido antropólogo trujillano inicia su presentación del artista homenajeado, quien además de pintor, era abogado, profesor y dibujante :

"WÁLTER ROMERO RUIZ, motivado por el indigenismo, movimiento liderado en nuestro medio por su maestro Pedro Azabache Bustamante, busca a través de líneas y colores revelar y hacer vivir al espectador exaltación plástica y estética.

Su temática pretende reivindicar la identidad americana y peruana en sus procesos de aculturización. Sus temas reflejan costumbres que son testimonios de su tiempo y espacio”.

Con un colorido andino y un impresionante dominio de la composición, se exhibieron seis óleos de WÁLTER ROMERO RUIZ (Santiago de Chuco, 1945 – Trujillo,2007).

Wálter y sus obras evidencian calidad formal pero cuánto hubiese avanzado si viviera aún.

EN PLENA MADUREZ ARTÍSTICA

Artistas en plena madurez artística, conforman un grupo compacto, homogéneo.

Afirmados en sus capacidades creativas y el oficio que detentan nos entregan una muestra memorable, basada en planteamientos novedosos que calibran sus capacidades pictóricas y amplían su espectro estético.

Regocijado por la obvia evolución artística. Para alguien que ve sus obras después de varios años, la superación es evidente. Un impacto muy positivo ya que Trujillo es uno de los polos culturales del Norte Peruano, junto a Cajamarca, Chiclayo y Piura.

En el Sur vibran en el campo cultural impulsando las artes en general, Arequipa, Cusco y Puno. En el centro, además de Lima, por supuesto, están Ica, Huancayo, Ayacucho y Huánuco.

Iquitos y Pucallpa y La Merced en el Oriente Peruano.

SUBYUGAN POR EL BRILLO DE SUS LUCES

EDUARDO URQUIAGA MORILLO (Santiago de Chuco, 1945), exhibe dos óleos de formato grande que subyugan por el brillo de sus luces, y el despliegue ondulatorio, rítmico, en la composición, que les concede una impronta muy personal.

Y lo más importante, guardando siempre el inconfundible estilo de Urquiaga.

NUEVOS Y CERTEROS HALLAZGOS

PÍO ÁNGEL MUÑOZ (Huaráz, 1945), presenta tres cuadros de formato grande, de los cuales hay uno que hace recordar a Gauguin en aquel famoso cuadro, que más o menos se titula así “Quién somos. De dónde venimos?. Hacia dónde vamos?”.

La mencionada pintura de Pío Ángel, que podría convertirse en tríptico, engloba también una triple oferta: El trabajo dignificado que ostenta la dinámica de pescadores y el esfuerzo plasmado en obreros de la construcción.

En el medio está pintado un Cristo. El predio de la espiritualidad que todo hombre debe enfrentar por naturaleza y origen, sin olvidar que somos cuerpo y espíritu.

En el tercer espacio aparecen en todo su esplendor las mujeres, fuente y origen de la vida.

Pío Ángel asombra con los sesgos que han tomado sus últimas entregas, lo confirma en esta muestra, en las cuales se aboca a la creación de nuevos y certeros hallazgos en color, matices y ofertas pictóricas.

ENCOMIABLE ENTREGA Y SUPERACIÓN CONSTANTE

HÉCTOR SUÁREZ GARCÍA (Piura, 1953), mantiene una encomiable entrega a la superación constante. Sus dos obras “Negra con turbante” y “Perfil de un andino” sorprenden pictórica y psicológicamente, por haber descubierto para nosotros cuán poderosa es nuestra gente.

En este caso, sus expresiones en el retrato, además de sumamente originales, adquieren una extraordinaria calidad. Ha retratado el alma de nuestra gente.

Con gran penetración psicológica el pintor ha captado magistralmente expresiones individualizadas de andinos y negros, retratando magníficamente, no razas sino personajes emblemáticos que disponen de un mítico sentido humano, sumamente carismático que causa admiración y empatía.

PALETA Y PINCELADAS DE UN MAESTRO

CARLOS DEL MAR PACHECO (Cusco, 1953), ha logrado, sintetizando los elementos de sus pinturas, ofrecernos tres óleos de gran atractivo pictórico por el colorido fastuoso aplicado con detalle de experto.

Paisajes de espacios amplios y bien estructurados. Se nota la paleta y las pinceladas de un maestro.

MÁGICO ESPLENDOR DE LA CAMPIÑA

Y terminamos con el más joven de todos, el pintor cajamarquino TITO GRAUS ÁVILA (Cajabamba, 1960), quien sencillamente nos muestra dos impresionantes paisajes enriquecidos con los colores y los elementos del mágico esplendor de la campiña de Cajabamba (CAJAMARCA).

La maravillosa gama de los colores andinos sustentados en un impresionismo refulgente, definitivamente atrae y asombra.

La luz que le ha conferido, radiante y esplendorosa, de acuerdo a los cambiantes movimientos del sol nos informa el momento preciso en que los ha pintado, cuando la transparencia es culminante.

ÉMULO PARA LOS JÓVENES ESTUDIANTES DE ARTE

Reparando en sus lugares de origen, estos 6 pintores conforman un puñado selecto de peruanos que provienen del PERÚ PROFUNDO, entronizando con ello una representación nacional.

Y con excepción de Carlos del Mar y Héctor Suárez que trabajan en la Sección Restauración Artística del Ministerio de Cultura de La Libertad, los demás son o han sido profesores de la Escuela de Bellas Artes de Trujillo.

Un motivo más para plácemes. Pues ellos, con su entrega y pasión por la pintura influyen vigorosamente en la motivación y deseo de superación de los jóvenes estudiantes de arte.

TRUJILLO Y CAJAMARCA, TIERRA DE PINTORES

Trujillo y Cajamarca, tierra de pintores, remontan sus talentos a los ancestros.

Mochicas y chimúes han dejado muestras fehacientes del esplendor de su arte, y los Caxamarcas no se quedan atrás, confirmando su estro y genio plástico desde la aurora de sus culturas e incluso desde la época del virreinato, cuando resaltó en pintura la sobresaliente Escuela Cajamarquina a la misma altura que la Quiteña y la Cusqueña de aquellos tiempos.

En el marco de la tradición trujillana, cuyos vientos renovadores se remontan hasta las dos famosas Bienales de Arte, versión I y II, que las nuevas autoridades bien harían en resarcir con auspicios y apoyo incondicional, pues ellas, junto a los Festivales Internacionales de Ballet y Folclore Universitario impulsaron y dieron lustre cultural y artístico al Norte del PERÜ.

Como fruto de las inquietudes de las bienales y la bonanza de la Escuela de Bellas Artes de Trujillo, surgieron jóvenes pintores que han marcado huellas imborrables con su talento en Lima y el extranjero.

Para nombrar a algunos de ellos, recuerdo a Demetrio Saldaña, Tito Monzón, William Pinillos, Jean Paul Zelada, Héctor Acevedo, Luis Alarcón, Carlos León, Julio Ñiquén, Adolfo Asmat, Carlos Alvarado, Tadeo Zavaleta, y tantos otros jóvenes valores que año tras año salen a la palestra, constituyendo una pléyade de pintores entusiasmados con ardientes ganas de mostrar el genio que llevan dentro y que los impulsa a seguir creando.

Una vibrante realidad digna de ser celebrada y estimulada.