jueves, 6 de octubre de 2022

TRUJILLO, LA LIBERTAD, PERÚ, ANDINOAMÉRICA: ANTONIO ESCOBAR MENDÍVEZ: Musical y Perenne, la Poesía inunda su creación. Por Luis Albitres Mendo

 

ANTONIO ESCOBAR MENDÍVEZ



MUSICAL Y PERENNE, LA POESÍA INUNDA SU CREACIÓN

Por LUIS ALBITRES MENDO

El autor, ANTONIO ESCOBAR MENDÍVEZ (Balneario La Boca del Río, Jequetepeque, LA LIBERTAD, 3 de Octubre de 1944), reconocido poeta, narrador, escritor, gestor cultural, editor y director de la célebre Revista Cultural RUNAKAY, de gran renombre a nivel nacional e internacional.

Inspirado eternamente en su lar natal, vibran constantemente en su mente e inspiración, los contornos de sus colinas y las lejanías de sus extensos campos, entre cañaverales y arrozales. Atesora con enorme ternura los árboles frutales de su huerto y los animalitos que viven en torno, ya sean domésticos, mascotas o simples insectos y demás integrantes de la fauna local. Los seres humanos disponen de un lugar preferencial, ya que al narrador le interesan todos los seres vivos y su destino.

PLETÓRICA Y SOLAR INSPIRACIÓN

Del amor de sus padres y hermanos, del afecto de amigos, de la vida en comunidad con otros niños como él, y de toda la experiencia que significa haber vivido en el campo. Tal como él mismo confiesa orgulloso y sintiéndose privilegiado, pues la naturaleza, su familia, el barrio y el pueblo fueron escuela y academia para su inquieta inteligencia y voluntad. De ahí le vino todo. Y bien que lo supo aprovechar.

Este universo tan especial lo envolvió para siempre. De allí obtiene toda la gama de su rica temática, su pletórica y solar inspiración para escribir, engolosinado y obseso con una capacidad de observación exacerbada por una curiosidad alentadora de sabios descubrimientos y asombrosas revelaciones.

Hoy en día, dispone de una exquisita sensibilidad poética  para abordar, estilísticamente hablando, temas sobre el amor, la amistad y la belleza, amén de toda la compleja perspectiva humana y los atractivos del reino animal y vegetal.

PLENOS DE LUZ Y ALEGRÍA

Antonio Escobar Mendívez nos entrega, en esta oportunidad, catorce cuentos plenos de luz y alegría, con personajes distintos y variados, diseñados en esta oportunidad, en función de los niños.

Allí, en su creatividad, captamos maravillados, su visión netamente idílica, agraria, campestre, en lo externo. Y el palpitar profundo en la constelación de los afectos familiares, amicales y vecinales, a los cuales podríamos denominar comunales.

Prácticamente abarca, en un abanico psicológico, un sinnúmero de expresiones humanas en su dimensión infantil y adulta, lo externo y lo interno. Tratando de adaptarse a una comprensión reveladora sin dejar de ser fascinante en todo sentido y con todos los recursos que utiliza.

Reafirmación ante la vida, para captar mejor lo que realmente vale la pena.  Estos relatos dan cuenta de su enfática interculturalidad entre flora, fauna y humanidad. Todo lo que abarcan sus retinas de niño inquieto y entrañable, acapara su atención. Y como la piedra filosofal, buscada y ansiada anteriormente, lo convierte en el oro de la poesía, palpitante y viva.

Siente el hechizo del mar, el bosque, el río y el firmamento. A todos les concede un lugar. Justo como vecinos que tiene a la vuelta de su huerto. Y nos hace compartir el deleite.

TERNURA SOLAR DE ESTE POETA-NARRADOR

Resalta nítidamente la ternura solar de este poeta-narrador, su tendencia inocultable de claridad lumínica que insufla de poesía ecológica y bella, la totalidad de sus cuentos, administrando esplendorosamente la estructura narrativa de cualquier tema que aborde.

Y de hecho, para gozo y contento de los lectores, sus cuentos y poemas están ambientados en el campo, al aire libre, con abundancia de sol, paisaje de égloga y el llamado de la gleba, en lontananza.

El huerto de Antonio, con sus engreídos, sus animalitos preferidos, incluyendo insectos, los cuales, cuando era niño, atrajeron su interés. Admirado o encariñado, cultivó una relación especial con ellos, expresándolo con ese magistral don de poeta, que él ostenta.

Estos prodigiosos relatos solo pueden nacer del corazón de un poeta que ama profundamente la Naturaleza, espacio que toda la vida fue el entorno familiar de Antonio, desde que nació hasta su madurez.

CONLLEVAN MAGIA Y MARAVILLA

Habiendo nacido en el campo, ama a todo ser viviente, sean humanos o pertenecientes a la fauna o flora.

Por eso aquí, la poesía no se ha extraviado, sencillamente convive armoniosamente (para fortuna nuestra y de todos los niños lectores), comulgando como en vasos comunicantes, con grillos, saltamontes, o avecillas, árboles frutales, etc.

Sutiles textos literarios en prosa, matizados con breves poemas, cuartetos especialmente inspirados para niños en edad escolar. Todos de un singular preciosismo, pues conllevan magia y maravilla. Encandilan al niño que todos llevamos dentro.

DE ELEVADO RANGO EMOCIONAL

Circunvalaciones poéticas alrededor de elementos paradisíacos y marinos, pues el autor nació entre el campo y el mar. Son los paradigmas de Antonio Escobar Mendívez. Todo lo que tiene que ver con la Naturaleza atrae su mirada, sus afanes y afectos, haciendo de sus poemas o relatos, genuinos cantos y fonemas de elevado rango emocional, enriqueciendo el alma y alegrando el espíritu.

En este volumen de catorce cuentos, reunidos para niños  (de 5 a 100 años) , Antonio Escobar hace gala de una prosa sencilla y ágil, con narraciones de diversos procesos emocionales, incluyendo elementos de su entorno.

Los cuartetos insertos dentro de cada narración se constituyen casi, en síntesis y extensión de los cuentos aludidos, lo cual los hace sumamente útiles para maestros y niños en edad escolar.

ÁMBITOS DE SUS ENSUEÑOS: EL RÍTMICO TRONAR DEL OLEAJE MARINO:  EUFÓRICO HOMENAJE A LA PACHAMAMA

 

En su estro creativo, riman los frutos y árboles frutales, intervienen las aves y sus trinos, para luego asociar lo entonado con el rítmico tronar del oleaje marino o su fantasía eleva por aires y brisas, gaviotas que recorren los ámbitos auspiciosos de sus ensueños.

Resplandece su estremecido canto al río y al mar, al cielo y la montaña, al labriego y al campo, donde con sus propias manos entierra la semilla, que recicla el milagro anual, el sembrío y la consiguiente cosecha. Resulta integrador y se constituye en un himno, un eufórico homenaje a la Pachamama, restallante cántiga a la Madre Tierra.

 

 ATMÓSFERA DE NOCTURNA INQUIETUD

 

VAQUITA LUNA, cuento que ingresa triunfante, con una poesía, que gota a gota, asombra y se apodera de nuestros afectos, con un lenguaje que nunca pierde el ritmo. Su hechizo estriba  en la sencillez con la que esgrime argumentos tan asequibles a niños y adultos, como el mar, la luna, el cielo, las estrellas y el campo, con todos los elementos afines, como el río, los árboles y los animales, temas a los cuales, el poeta y narrador ANTONIO ESCOBAR MENDÍVEZ, prodiga afectuoso tratamiento y selectivo protagonismo.

“¡Qué rica leche caía/ de las ubres de la luna! / Qué hermosa y sonriente vaca / Luna blanca de ojos buenos”

El hechizo de la poesía recorre todas las líneas, llenándolas de una atmósfera feérica y mágica: “La luna me está mirando / con su sonrisa de espumas, / bajo los sauces me sigue / con una hilera de quesos”.

Festejando una atmósfera de nocturna inquietud, absolutamente atractiva, este cuento está revestido de un realismo onírico. La fantasía está presente durante todo el cuento, y justo en la ternura del autor, al finalizar: “Las noches se hacen eternas y envuelto en las sábanas de sus ojos la siento cogerme las manos y nos vamos presurosos por las riberas del río, navegando su corriente hasta las puertas del paraíso: / Y me despierto riendo / de la luna que no es vaca / pero una vaquita blanca / está lamiendo mi boca”.

HECHIZO DE LA NOCHE Y UNA ENSEÑANZA INOLVIDABLE

 

En LA NOCHE, desfilan, casi espontáneas, imágenes que describen y pintan el escenario, sobre la arena, el rumor del mar, la espuma de las olas, ojos y alas de lechuzas, corretean huerequeques con característico y onomatopéyico canturrear, la invitación de las lechuzas convocando ladridos.

Premio al desprendimiento. Nuestras madres, siempre sabias: El cuento que una madre utiliza frente a sus niños, para animarlos a ser desprendidos y generosos. La gentileza de un labrador, cediendo su agua a un desconocido, tiene un premio inusitado. La chacrita de ensueño que le invita a visitar era mágica. Los choclos que le obsequia en pago… eran de oro. He ahí la recompensa. Este cuento fantástico dispone de obvias e inolvidables enseñanzas para los niños.

EN LOS SURCOS DE LA VIDA. LA FIESTA INFINITA SOBRE LA PIEL DE LAS CASAS

 

LA DANZA DE LA LLUVIA:  Con la intencionalidad de insistir las alegrías que traen y causan las lluvias, el poeta-narrador sorprende agradablemente con textos tan poéticos  de un lirismo superior: “hinchándose de besos incandescentes para iluminar el universo con relámpagos, rayos y truenos”.

“… y los ríos inflan sus cauces cuando baja por las laderas trayendo a Dios con su sonrisa ancha para bendecir sembríos, mamíferos y aves”.

“Árboles y campos sonríen cuando empieza la danza de sus gotas sobre las hojas, cuando besa las mieses maduras”.

“Es música su paso de canción interminable e ingresa por entre las olas canosas de espumas a entreverarse en las aguas de mar”.

De un modo tan sencillo, en este cuento, poesía hecha en prosa, deleita a chicos y grandes, explicando  animosa pero con simplicidad, el complejo ciclo de cómo se genera y recicla la lluvia: “…para otra vez ser gaviotas en un ciclo de esperanzas para la vida de la tierra”, enfatizando cuán importante es la lluvia para los sembríos y cómo regocija su llegada entronizando alegrías plenas de esperanza y consuelo en los corazones de los campesinos.

El agua que trae la lluvia es la vida para la tierra, la fecunda y hace crecer las sementeras.

Con el estilo que, pensando en los niños, ha impuesto a sus relatos, el autor refuerza y agiliza la narración, coloreándola de algún modo, con cuartetos en poesía, cual resumen o síntesis: : “Un taconeo de brillos / alumbrado por luceros, / la lluvia baila tonderos / con grácil canto de grillos”.

La descripción no podía ser más acertada, pues la imaginación del autor-narrador-poeta, vuela y en sus alas nos eleva, a fin de oír la fabulosa música que produce la lluvia al caer, contemplar los brillos que titilan en sus gotas y escuchar atentamente la orquestada onomatopeya de los grillos cantores, que arman la fiesta al compás que impone la lluvia.

Y después de enseñar a los niños que hay que agradecer a Dios, Antonio Escobar, siguiendo el ejemplo de Vallejo, incluye con gran acierto, palabras de los labriegos de esos lares : “De seguro nos moriríamos de hambre”.

El narrador poeta, con extrema sensibilidad, canta y privilegia los dones de la lluvia, dulce carición la denomina, “y al calentar el sol, se vuelve rocío brillante y las aves la engullen con sus trinos y el perfume de la tierra mojada besa al viento y es una fiesta infinita escucharla sobre la piel de nuestras casas dibujando sus huellas en la tierra”.

Solo un poeta de la talla de Antonio Escobar Mendívez ha podido encerrar en unos cuantos versos todo un capítulo relevante de la vida agraria y sus atributos.

SUBLIME CANCIÓN A LA AUTÉNTICA AMISTAD

FRATERNIDAD : Sublime canción a la auténtica amistad. La lección que Miguel les da a sus compañeros de labores consiste en su propensión a la unión y su generosidad. Dos valores de gran importancia en la genuina amistad.

La amistad, “un edén de la amistad”, “Bailemos como hermanos / felices y con palmas / uniendo nuestras almas / juntando nuestras manos” , “Juntemos nuestras manos / almas y corazones / como dulces canciones, / unidos como hermanos”.

TERNURA EN LA DESCRIPCIÓN

LA HORMIGUITA ARLITA: Hermosa la lección de las hormigas: trabajo, disciplina, unidad y solidaridad. En la memoria de los niños quedará grabada la historia de  Arlita y el trozo de grano que lleva en su boquita, para alimento de todas las demás.

MI PERRO PAÑUELO: “La fidelidad es el ropaje del amigo leal y perenne”,  pinta maravillosamente lo que significa para el hogar del autor, la presencia y luego la ausencia definitiva, de “Pañuelo”: “la gran lección de amor y de fidelidad”.

ESCARMENAR EL PAISAJE

 

GALLITO MADRUGADOR: CANDELA, nombre emblemático de este gallito. Tal como el CABALLERO CARMELO o el AJÍSECO de Valdelomar, se nos hace simpático después de leer la soberbia y detallada descripción de la bella estampa de Candela y su  típico accionar como despertador durante todas las madrugadas mientras vivió. También nos enteramos, con lujo de detalles, sobre el gallo viejo, su padre, la gallina Cachuja, su madre y sus seis hermanas.

SEMBRANDO ALEGRÍA ENTRE LOS NIÑOS

 

PICO LARGO DE ALHELÍ: Un relato de insondable valor por lo estético y rítmico, al compás del vuelo de la avecilla y la esmerada inspiración de Antonio, el cual le tiene especial delectación.  El colibrí o típico picaflor, acapara todos los elogios, por los destellantes colores de su plumaje y representar con el vibrante resplandor de su vuelo al besar presto a las flores: “néctar y dulzura para la vida” y “presencia de rubí”.

LA MEJOR TONADA DE AMOR

DULCE GRILLITO CANTOR: Fantástico cuento humanizando a los grillos. El grillo y su guitarra, armaron toda una orquesta: chicharras y clarinetes, zancudos con chirimías. Y las flores servían de coro, amenizado por rosas, dalias y alhelíes. Y también las margaritas se sumaron al cromatismo de este exitoso coro de la verde naturaleza.

Interviene aquí un grillo fortachón que oficia de sacerdote para bendecir el concierto, junto a un tulipán adornado de jazmines. Todos esperan a LEONIDAS, el grillo cantor.

Después de su espectacular éxito estelar, llegó el matrimonio con MERCEDES.

VALOR DEL ESFUERZO Y LA CONSTANCIA

TRAVIESO RATONCILLO: Como siempre, triunfa la perseverancia y el tesón. Protagonizan: DOÑA ROSITA, Ratona RIGOBERTA, VENANCIO Y NAPOLEÓN.

CONSTRUYENDO EL HORIZONTE:  LA SONRISA QUE NO SE APAGA NUNCA

 

MAMITA BUENA: Narración enriquecedora y pedagógica. Gaviotas y pardelas disputaban los muymuyes en la playa. Desfilan cangrejos y ancocos, barquillos y caracoles.

De camotes y zarandajas verdes. De cómo doña LUISA, la mamá buena, curó en una oportunidad al terrateniente Carlos Quiroz, quien vivía en la Boca del Río. Y todo, en base a medicina natural, incluyendo hierbas y otros menjunjes.

LA VIDA ES LA SUAVE ARENA DE LUZ Y FELICIDAD

EL PATITO PERIQUITO ENAMORADO: Simpática historia de amor de los patitos PERIQUITO Y MATILDA y su lograda felicidad junto a sus hijos.

Oasis transparente: Inacabable ilusión. Con algazara, Periquito pensó en su novia (“que la caricia del viento en esas horas de amor, el tiempo se volvió flor y aromado el sentimiento”)

COGIÓ EL SOL, ESA APETECIBLE NARANJA

UN SUEÑO

Instalado en un sueño, el narrador despliega, en la voz de un venerable anciano, unos paternales consejos a favor de las aves y en contra de esa pésima costumbre de algunos niños, de matar pájaros, utilizando una honda y piedrecillas redondas.

UNA PATRIA CUAJADA DE VALORES (Eso es lo que deseamos)

LA MAESTRA LORENZA

Cuajada de valores, eso es lo deseamos y por eso Antonio, el autor, en este relato trae a colación la impronta que les dejó la profesora LORENZA, al dictar su curso sobre Ciudadanía, Valores y Civismo. En una larga y bien cimentada clase, la profesora llegó a la conclusión que los valores y la honestidad se aprenden en el hogar y la escuela. Eso es innegable.

Inculcar desde niños las nociones  de valores, eso es algo que los educandos siempre recordarán.

RADIANTE ANTE EL RECUERDO:  LA GRATITUD

En este último relato “La Maestra Lorenza”, la gratitud, de alumnos responsables y comprometidos con la formación recibida, emerge radiante ante el agradecido recuerdo, tanto de los rasgos faciales y demás detalles de la inolvidable personalidad de esta singular maestra, como todas las enseñanzas impartidas,  las cuales calaron tan hondo en la vida escolar de sus jóvenes alumnos, que éstos jamás la olvidarán, pues les inculcó lo mejor para sus vidas, logrando dejar su impronta que se podría resumir en honestidad, rectitud e integridad.






 

 

 

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