RAMÓN NORIEGA SALAZAR
REFERENCIAS AFECTIVAS DE UNA VIDA FRUCTÍFERA
Por LUIS ALBITRES MENDO
Cuán veloz pasó un año, en que RAMÓN NORIEGA SALAZAR fue llamado por
el PADRE CELESTIAL. Exactamente en 24 del 2022.
Excelente esposo de mi prima hermana CRISTINA ALVITRES MENDO, quien
también ya está junto al PADRE, y un padre excepcional de sus dos hijas: ISABEL
CRISTINA Y ANA CECILIA, las dos magníficas profesionales. Y sus tres hijos:
HERNÁN RAFAEL, (actualmente en Canadá), JUAN RAMÓN Y JOSÉ ANTONIO, sobresalientes
profesionales los tres, con su propia empresa los dos últimos. Todos con
posgrados importantes en prestigiosas universidades.
Formados en un hogar cuya atmósfera cristiana influyó en sus caracteres y
personalidades, Cristina y Ramón, con mucho amor y firmeza, hicieron de sus hijos unas personas netamente
íntegras, generosas, imbuidas en la
honestidad y decencia a carta cabal.
LOS DONES DE RAMÓN
Ramón disponía de una hoja de vida realmente fuera de serie. Graduado en el
glorioso Colegio San Ramón de CAJAMARCA, ingresó a la Escuela de Oficiales de
la Benemérita Guardia Civil. A causa de un malhadado accidente, tuvo que
abandonar lo que había iniciado con tanta aspiración y entusiasmo.
Eso no fue óbice, para que una vez fuera de la institución, descubra las
grandes cualidades que estaban en su bullente interior. Y surgió su intenso
deseo de laborar, su afanosa decisión de superarse y estudiar. Cada vez más y
mejor. Se preparó justo, en lo que más
llamaba la atención en esa época, la incipiente Computación y todas las
competitivas inquietudes de la Programación virtual.
Una vez ingresado a laborar en el Banco del Progreso, ya nadie lo iba a
parar. Y en base a esfuerzo, estudio, punche y pundonor, ascendió hasta gerencias, que ejerció con gran
responsabilidad.
Su fuerza de voluntad, el ahínco y
perseverancia, que puso en todo lo que emprendió, hicieron de él todo un
personaje. A tal punto que pronto escaló
puestos, en los trabajos que abordó, arribando a gerencias bancarias, de gran
importancia, trascendencia y responsabilidad, que aprovechaban sus cualidades
especiales.
Tal fue su grado de entrega e identificación con su institución e impactó
tanto, por su profesionalismo y compromiso, que al primer Cajero Bancario que
se impuso en la Gran Lima, le pusieron por nombre “RAMÓN”.
Ese gesto y galardón, lo pinta de cuerpo entero, en cuanto a la excelencia
de su profesionalismo y el misticismo en su labor bancaria.
Finalizó su gestión profesional
justo cuando laboraba como Gerente en el Banco Continental, después de haber
realizado viajes de liderazgo y ampliación de conocimientos e información, a
Santiago de Chile, México, Estados Unidos y España.
LA FUERZA DEL EJEMPLO
Ramón ejemplo dio, para que sus hijos reiteren hoy en día, las mejores
realizaciones de su amado padre, haciendo de la memoria de su célebre padre, un
paradigma existencial, un espejo y un programa de vida.
Los resultados saltan a la vista y sus hijos le mostraron orgullosos sus
propios logros, afianzados en los ejemplos y enseñanzas de sus padres. Por un lado, su madre Cristina Alvitres Mendo
de Noriega, una gran maestra, profesora de Lengua y Literatura en el nivel
secundaria y por otro, de parte de su padre, Ramón Noriega Salazar, cuya reseña
es de vital importancia, al conmemorar el primer año de su partida a la eternidad.
Subrayar, cuán orgulloso se sentía de ellos, desde sus años iniciales.
SEMBRARON EL AMOR INDESTRUCTIBLE POR SU FAMILIA
RAMÓN NORIEGA SALAZAR, revelador caso de un cajamarquino sobresaliente y
triunfador., cuyo elevado sentido de la familia, lo convirtió en un esposo
comprometido con su hogar, un jefe de familia, empecinado en sacar adelante a
sus hijos. Y vaya que lo consiguió.
Y nos alegramos que ya en vida pudiese vislumbrar de lo que han sido
capaces, gracias a sus padres, que además fueron maestros, guías, enseñanza,
lumbrera y cariño paternal.
El mejor regalo y herencia que Cristina y Ramón les concedieron
fueron la educación, el ejemplo y las ganas de avanzar. Logrando con ello, con
empuje y sana ambición, sus propias, eficientes y esperanzadoras realizaciones
profesionales.
El recuerdo imperecedero de sus progenitores, junto a la fervorosa memoria
de cariño y afecto, revelará para siempre, la eficacia de sus vidas y el amor
indestructible que sembraron en la mente y corazones de sus hijos y de toda su
descendencia.
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