- TRUJILLO – PERÚ
MI AMIGO SULTÁN DE
CARLOS SÁNCHEZ VEGA
DESCUBRIENDO LAS
MARAVILLAS Y MILAGROS DEL MUNDO
Por Luis Albitres
Mendo
LIBRE DE ABALORIOS Y CARGADO DE ESPERANZA
“La obra no hace alarde de pomposidad técnica,
pues prefiere mantenerse dentro de los modelos clásicos de la narración (…). La
obra nos informa, en un lenguaje coloquial y con una ternura honesta, sobre la
relación y las aventuras de un perro y su amo. La historia del amigo Sultán,
desde su nacimiento hasta su muerte, discurre limpiamente con certeras
interpolaciones de riesgo y tranquilidad, de humor y drama, de alegría y
tristeza. (…) A los lectores de cualquier edad y condición les debe resultar
muy agradable encontrarse con un relato libre de abalorios y cargado de
esperanza” Sigfredo Burneo
El distinguido poeta y
escritor Sigfredo Burneo, desde Piura ratifica la sencillez del estilo y la
grandeza de su significado en cuanto a valores, que hoy en día se van dejando
de lado.
FANTASÍA Y HUMANIDAD EN UN CANTO A LA VIDA-
PARA ESA ETAPA TAN FÉRTIL Y PROMISORA
La poeta, escritora y
pintora ecuatoriana Marietta Cuesta Rodríguez, inspirada, nos entrega sus
excelentes comentarios desde su natal Cuenca (Ecuador):
“Carlos Sánchez Vega, conocido escritor
peruano, dueño de una amplia trayectoria literaria y un rico caudal de
imaginación creadora, tiene varias obras editadas en poesía y relato, en las
que fomenta los valores y la calidad humana, que en esta época de la
posmodernidad se van perdiendo Ël dedica su tiempo, su
creatividad a los niños y jóvenes lectores y brinda lo mejor de su ternura, de
su nobleza y sus vivencias, con la visión de recomenzar un nuevo destino, para
sembrar desde la infancia esa “chispa de luz” de los buenos sentimientos, recreando
y creando historias, cuentos, leyendas para esa etapa tan fértil y promisora
que es el mundo infantil y juvenil En Mi Amigo Sultán el desborde de la imaginación nos conduce a los
mejores momentos de la magia narrativa y la recreación, a pesar de su escenario
concretamente real. (…) A la vez que su descripción es sencilla y motivadora para despertar el
afán por la lectura. Mi Amigo Sultán es un magnífico manual de valores humanos:
sutilmente incide en el alma y en el proceder de los lectores, calidad y
calidez humana, gratitud, fidelidad y el sentimiento profundo tantas veces
buscado al cual llamamos amistad” Marietta
Cuesta Rodríguez
El libro, desde sus
inicios es un recuento biográfico que empieza con los recuerdos del cachorrito
que llevará por nombre Sultán. Sus primeras impresiones y las detalladas
descripciones que realiza son tan nítidas y pormenorizadas que dan la impresión
que estamos asistiendo a la auténtica remembranza infantil del autor. El
ambiente rural de sus inicios y lo que Sultán va engarzando en el cuento de su
vida es exactamente lo que un niño podría haber pensado en el recorrido
memorioso desde su infancia respecto a los adultos.
EL ALTER EGO DE CARLOS
NIÑO
Vayamos a sus textos: “La desgracia de los adultos –pensé con
tristeza-, es que suelen pasar de la calma a la ira con suma facilidad”. Sentencia
que como sigo opinando, hace de Sultán, el alter ego de Carlos niño. Todo lo
que él podría haber pensado: “Desde
aquella vez fueron muchos los castigos, algunos justos y otros injustos, pero a
pesar de todo, lo que a mí más me complace, es que nunca perdí el afecto de la
familia”.
“Sin la amistad, el mundo es un desierto” , “La
gratitud es una de las flores más hermosas del amor”, “Cuando cante la
paca-paca es porque alguien que vive cerca está a punto de morir”, “la fe
tranquiliza, guía y cura”; “En sus manos dejo a mi hijo, si tiene que
corregirlo, hágalo nomás, por mí no se preocupe”, “Si les exijo es por su bien,
les repetía una y otra vez, estoy seguro que algún día me lo van agradecer”,
“Ahora sí tienes que dar el ejemplo en todo”, “Para que los conozcan (a los
héroes de la patria) y traten de imitarlos”.
“Sin duda el hombre es un animal mucho más
egoísta, despiadado y frío, pensé dolido y desilusionado” fue el pensamiento de Sultán frente a la escena
de la carne con veneno que le arrojaran a Rocky produciendo su muerte.
Los toques poéticos
que lucen estos capítulos son abundantes. Las descripciones
de atardeceres o auroras y la narración de creencias, como la aparición de una
mariposa sobre la tumba de Rocky.
Mención aparte cuando
habla de aparecidos, fantasmas y duendes que viven en los árboles, sus silbos y
encantos. “Son pequeños y blanquitos y
les gusta raptar a los niños”.
Sembrado de refranes
en labios de adultos, como el padre u otros:
“Mientras más conozco a los hombres, más confío en mis perros”, “La cólera
ciega y embrutece, por eso siempre será una mala consejera”.
“Solo con amor, disciplina y perseverancia,
logra uno lo que se propone”, “Dicen que la metrópoli es como un enorme
monstruo –me dijo mi madre, como advirtiéndome de los peligros--, espero que
tengas cuidado y no dejes que ella te devore”, “sabía que el hábito no hace al
monje”, “A palabras necias, oídos sordos”, “Caramba, sí que resulta difícil que
a uno lo quieran hacer cambiar de viejo”.
SULTÁN INMIGRANTE: DEL
CAMPO A LA CIUDAD Y VICEVERSA
Algunos títulos de la
primera parte: Un nacimiento con destino
propio, La primera visión del mundo, Un retrato de cuerpo entero, (…) Aprendiendo
la lección, (…) La importancia del aseo, Al borde de la muerte, Luis Enrique y
sus estudios, Puro instinto sexual, (…) La primera prueba de fuego, Lealtad y heroísmo,
El ingreso a la Universidad, La pesadilla y El viaje a la ciudad.
Son señales claras,
elementos inequívocos de la humanización del protagonista. Sultán, siendo un
perro reflexiona, aprende y dispone de refranes como un ser humano.
En la segunda parte,
de igual modo: Un barrio aristocrático,
Noches de insomnio, Sueños de una criada, Un amor imposible, La cabra tira al
monte, Una nueva mascota, La desaparición de Bobby, La vida de Gitano, El
barrio y los vecinos, Andanzas por un pueblo joven, Un amigo tierno y
divertido, Nada cuesta soñar y La muerte de Gitano.
El cambio y la transformación del ambiente son evidentes.
IMÁN Y MAGNETISMO DE LOS NATALES
El epílogo, compuesto
por tres apartados: De regreso a la
campiña, Días de otoño, Sueños de invierno. Un diáfano ejemplo del retorno a
los inicios, el clarear del final, el imán y magnetismo de los natales, la
primera luz.
“¡Cómo extrañaba el campo y la huerta de la
Campiña”. Cargado de nostalgias,
noches soledosas que se volvían interminables, Sultán descubría alborozado, en
su nuevo hogar de la ciudad, que menos mal que la luna y las estrellas, en las
noches, lo habían venido siguiendo y estaba muy complacido de verlas en el
cielo.
“Eso de irse a otro barrio me parece que no es
la mejor solución, pues si uno no cambia su forma de ser por dentro, vaya donde
vaya, continuará siendo el mismo comediante de siempre”, filosófica reflexión en boca de Sultán que
refleja la tersa humanización de su personaje.
“Este animalito ha sido más humano (hablando de Gitano) que muchos de los que viven en este barrio”
COMPARTIR SUEÑOS Y ESPERANZAS
No hay duda que existe, entre líneas, un magistral enfoque en su visión del mundo, una aguda observación de su entorno y la vívida enunciación de una existencia valiosa en cuanto a experiencias, vivencias y reflexiones.
La amistad que surge entre Sultán y la criada lo explica él mismo: “Nuestra condición de seres marginados tal vez nos llevó a
congeniar y a compartir sueños y esperanzas" “La verdadera amistad (pensó Sultán respecto a
Gitano) es como una fuente de agua cristalina, cuanto más profunda, más
transparente y perdurable”.
Una gran oportunidad para examinar la conducta humana: “Por lo general, las cosas son artificiales o falsas (afirmó Gitano,
frente a la falta de franqueza de los saludos en el vecindario, hablar más por
compromiso que por amistad); además pretender que todo sea natural o auténtico,
es algo así como pedir peras al olmo”, “No olvides que mientras haya
desigualdad y pobreza, habrá demonios y fantasmas propiciando caos y
violencia”.
En el persuasivo diálogo de Sultán y Gitano respecto a marginación, hauachafería de clases, gente presumida y alienación, surge la chacota y la ironía que caracterizan la obra completa del autor: “…aquí quienes deberían hablar de abolengo o de sangre azul, no son los
vecinos, sino las mascotas del barrio”.
LEJOS DE LAS PRIMAVERAS QUE TODOS QUISIÉRAMOS
COMPARTIR
La descripción de una barriada no puede ser mejor en “Andanzas por un pueblo joven”: “…un paisaje desolador y sombrío, muy
lejos de las primaveras que todos quisiéramos compartir” , “La tristeza se
filtraba entre las rendijas de las paredes. Sin embargo era admirable el
espíritu combativo de la gente por sobrevivir y salir adelante. Sabían que la
fe mueve montañas, en ella cifraban sus esperanzas y futuro”.
SEMBRADOR DE CANTOS Y COLORES
“Es el mes de setiembre y la primavera empieza
a sembrar de cantos y colores todos los campos”. Así describe Sultán su retorno a La Campiña, “antes que lo mate la soledad y la pena”, tal
como la sabiduría del tronco de la familia, don Esteban, había detectado.
La muerte de su amigo Gitano lo había sumido en una profunda depresión. “Qué difícil debe ser desterrar las penas
cuando se alojan en lo profundo del corazón”.
Al regresar confirmó
con amargura “que la magia de los bosques
y la alegría de los pájaros estaban desapareciendo como por encanto”, a
causa de invasiones y desorden.
LA FUERZA TELÚRICA DEL
CAMPO
Logró su recuperación
gracias a “El cariño que me prodigaban y
la fuerza telúrica del campo”.
En esos trances, a
Sultán le hizo bien “salir a pasear por
la huerta de la casa y respirar el aroma que desprenden flores y plantas”. Y
gozaba al sentirse “libre como un pájaro”.
Sin embargo ya sentía el peso de los años “Ya no comía ni saltaba como lo hacía cuando estaba en la plenitud de
la vida”.
Un párrafo de gran
valor, humanizando al máximo a Sultán: “Ahora
me siento más reposado y maduro, valoro mejor la vida y sigo siendo útil e
importante. Naturalmente que ya no estoy para tantos juegos o aventuras, pero a
pesar de los años, no pierdo la oportunidad de entrar en los campos a saciarme
con el color de la primavera y, sobre todo, la alegría que siempre hay en mi
corazón cuando recuesto mi fatigado cuerpo sobre la benéfica hierba”.
“El ritmo de la ciudad, generalmente
desequilibra y martiriza, el ritmo del campo, en cambio, vivifica y calma las
tempestades del alma”, sentencia
el espíritu reflexivo de este libro en labios de Luis Enrique, el mentor y
amigo de Sultán.
Al mismo tiempo,
Sultán no se queda atrás. Piensa: “Conociendo
como soy y sabiendo que la naturaleza es transparente y auténtica, y que en el
campo no hay artilugios ni medias verdades, Luis Enrique estaba convencido que
la verdadera estación de mi vida por fin había empezado”
LECCIONES DE
LONGEVIDAD
El mérito de Carlos,
pues ya otros han cogido el tema de las mascotas, haberse apropiado del tema y
haberlo escrito a su manera, enfrascándose en la sabiduría y experiencia que
conceden los años.
Sultán los manifiesta,
como en todo el libro, a través de hermosas frases parecidas a refranes y sentencias:
“La vida florece con el trabajo” aclara
don Esteban a sus hijos que desean que ya descanse y alienta a sus nietos a que
“sean como esos pájaros que desde
pequeños intentan volar sobre la copa de los altos pinos”, “Solo vuela el que
se atreve a hacerlo” afirma rotundamente.
ESTÉTICA DEL REFRÁN
Los refranes se
esparcen en boca de los diferentes personajes: “Yo sabía que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”,
“Fue como se dice un amor a primera vista”, “nos separaba el linaje y también
la decisión de su dueño”, “Un compromiso por conveniencia y por raza”, “¡Qué va a ser como en mi pueblo!¡Allí la relación es
libre y natural como el viento que mece y agita los árboles”, “Había sido
educado, qué duda cabe, para ser un caballerito atildado y consentido” (así
pensaba Sultán de Bobby, un Cocker Spanish). La desaparición de Bobby les cayó “como un baldazo de agua fría”.
Como hemos visto a lo
largo de los textos y diálogos de este bello libro, el autor ha insertado sabia
y oportunamente los refranes más sensatos y castizos, recurriendo a ellos ha
conformado una original estética que le confiere acercamiento humano, calor ,
color y sapiencia.
DESCUBRIR LA BELLEZA
DEL MUNDO Y VALORAR SUS MARAVILLAS Y MILAGROS
El entendimiento,
colaboración y afecto entre generaciones está diseñado precisamente en estas
últimas páginas. Sultán comenta sobre el nuevo cachorrito traído a casa
últimamente Rocky: “…hasta juego con él
como si fuese un niño. Desde aquellos días nunca he dejado de ser su amigo y
maestro. Le he enseñado a descubrir la belleza del mundo y a valorar sus
maravillas y milagros. Con ternura y paciencia le hablo del encanto de las
luciérnagas, la magia de los bosques, los misterios de las huacas, las
costumbres y creencias de la gente, y también de los deberes para con los
dueños”.
Incluso se da el lujo
de sintetizar: “Nuestra responsabilidad,
es protegerlos, cuando están en peligro, consolarlos en sus momentos de
tristezas, y ser fieles hasta la muerte”.
CON SERENIDAD Y SIN PRISA. EN SEÑAL DE PROTECCIÓN Y ABRIGO
Hermosa imagen
comparativa: “Los fríos vientos han
comenzado a balancear las ramas de los árboles y estas se abrazan en señal de
protección y abrigo”.
Su resistencia y
entereza se notan en las sabias palabras finales: “desde hace tiempo he comprendido que la vida y la muerte son dos caras
de una misma moneda, por eso espero, con serenidad y sin prisa”.
Valiosísima afirmación de la vida y aceptación
de la realidad.