domingo, 27 de octubre de 2019

OLGA TORO MUÑOZ (CHILE): CON EL ESPLENDOR DE UNA GESTA. Por LUIS ALBITRES MENDO


OLGA FONTANA TORO MUÑOZ  (CHILE)

 

CON EL ESPLENDOR DE UNA GESTA MÍTICA

 

Por LUIS ALBITRES MENDO

 

Thelma Muñoz Sotomayor, expresa entusiasmada, en magistral comentario:

“Olga vierte su canto, poseedora de todo el esplendor de una gesta mítica y de misterios líricos.
Olga Toro, con voz potente –tomando como suya la voz de la raza sojuzgada- deja oir la urgencia de su canto, la solemnidad de sus vertientes, paridos en las entrañas de la Araucanía. Olga es hija de la lluvia, hija de la selva húmeda, hija del silencio de la historia, mecida en los colgantes copihues.

Hay un rumor de hojarascas, hay un secreto ritual de las aguas que se precipitan sobre la tierra virgen como demonios desorbitados. Hay una extraña comunión con el mundo alucinante y verde, perpetuamente verde, inmortalmente verde.

La vida estalla alucinada en la maraña de la selva, mientras, pausadamente, sin prisa, se va extinguiendo. Es la eterna verdad, la muerte es solo el comienzo de la vida.

Cierro el libro, pero aún queda en mi la entrañable e inquietante permanencia en ese otro mundo, tan húmedo y vegetal. Entre las oscuras montañas es posible escuchar los cantos de la tierra, las voces del linaje de la lluvia”

Poemario breve pero intenso como son las pletóricas lluvias torrenciales de su entrañable Pucón, en el sur de Chile, región de los lagos.

Por eso el renombrado poeta chileno Gonzalo Rojas afirmó que “…la poesía de Olga Toro es de primer nivel, de gran jerarquía”.

Profesora, investigadora del folklore y escritora. Olga Fontana Toro Muñoz, nació en Matte y Sánchez, comuna de Carahue. En 1992 funda y promueve la agrupación “Poetas de la Lluvia” junto a Andrea Irribarra Parés y Gloria Dünkler en la comuna de Pucón e impulsa el proyecto “Familia de los Poetas de la Lluvia”, el que se desarrolló entre los años 1993-99, destinado a recoger la sabiduría del pueblo a través de la poesía.

Ha sido incluída en varias antologías internacionales, ha participado en Encuentros y Congresos internacionales en Chile, Junín de los Andes (Argentina), Bambamarca, Chota, Santiago de Chuco y Tarma (Perú), Manta (Ecuador) y La Habana (Cuba).

Tiene reconocimientos, distinciones y galardones varios, recibidos en Chile, Argentina, Perú y Brasil.

VIENTOS LIBERTARIOS DEL PODEROSO MOVIMIENTO INDÍGENA


Olga Toro y Wilma Borchers escriben sobre una temática similar. Emparentadas en el objetivo primordial de su poética: afianzar vigorosamente los cimientos de su identidad, como país y sociedad civil, en el contexto de la América Andina.

Que de algún modo se enlaza con los vientos libertarios que corren en todo el espacio americano, incluyendo a Norte América, Centro América y América del Sur.

Inkas (quechuas y aimaras), Mayas, Aztecas, Pieles Rojas, Araucanos, Yaganes y todas las demás etnias, incluyendo a las que viven actualmente en las selvas de Perú y Brasil, que poblaron primigeniamente territorios de América toda.

Y que se entroncan, afianzan y entronizan en el poderoso movimiento indígena, que ha resurgido en los ámbitos americanos, y que acude a los ancestros para diseñar y construir un mundo más humano y justo, en el marco y bajo el régimen de los principios básicos de vida de la cosmovisión andina.
   
Asombra la asimilación de todos los contubernios, encuentros y desencuentros que trae la muerte. Habiendo tenido experiencias de primera mano, por los que partieron siglos atrás a manos de una atroz invasión, en el pasado, asocia a todas las desventuras familiares, amicales o simplemente locales.

VÉRTIGO REDENTOR DE LA ARAUCARIA



Olga Toro, hija del vértigo, envuelta en la borrasca de su historia, en los confines atribulados de tormentas en su tierra.

“Linaje de la Lluvia” ( Imprenta San José Villarrica, Chile): Copiosa inspiración enfrascada en los fenómenos naturales que abundan en su suelo, los cuales fueron connaturales y referenciales a las tradiciones y a la cosmogonía de nuestros ancestros americanos, los cuales supieron convivir armoniosamente con ellos. Un ejemplo que hoy en día, definitiva e infortunadamente, el mundo ha olvidado.

Nutriéndose de la poética de César Vallejo, transpira versos encabritados de enjundia en su poema TELÚRICA, con el cual, en pocos versos, rinde homenaje a su tierra y al poeta peruano.
Hija del vértigo relampagueante de poderosas tormentas avizora vigilante desde la gigantesca montaña los vaivenes de vientos y borrascas de toda índole, en la naturaleza y en los hombres.

CLAREAR EL HORIZONTE DE NUESTRAS CONCIENCIAS


Para internarse en una conciencia preclara (“Es urgente afilar las pupilas/…/ clarear el horizonte de mi plasma/ que se asoma y se levanta/ en el andamio de mis pómulos altos/ en la irreverencia de mi palabra”).

Para llegar al signo primigenio de una existencia plena, exorcisa sentimientos negativos y no tiene ningún complejo en confirmar desarraigos mentales en Catarsis (“En estos signos preñados de dioses/ quiero/ corregir: mis contradicciones/ mis omisiones/…/ No quiero blancos persiguiendo/ a los que tienen ojos negros/…/ gira en ronda salvaje mi optimismo/ en enroque magistral”).

Pugna por prolongar la resistencia de la raza y esto emerge en versos que pertenecen a Comunión (“Comulgo en la doctrina del fogón/ la indiferencia a la gesta/ de mis ancestros./…/ Enyugado a la tiranía del abecedario/ el mestizaje de los latidos/ sangra gotas en la frontera”).

LA LLAMARADA DE SU RESISTENCIA PERSISTE


Saga valiosa de la prolongación de la vida, proclamando orgullosa un mestizaje cifrado en invasión, a sangre y fuego, aunque, como señala la autora, también sirvió de inclusión en la cultura de Occidente.

Carahue (“Estuve allí/ donde nace el mestizaje/ nací./ Carahue ciudad que fue/ me abrió ojos/ de selva indómita./…/España gélida, materia aventurera/ rasgó las plantas fértiles de hembra./ El imperial mezcló su sangre/ ardió en la ruca/ la lujuria de la estirpe”).

Entuerto Insoluble (“forjó el ceremonial del agua/ mi temple de carne oscura/ aleccionó mi palabra/ la antigua voz de la araucaria”).

Soy nexo vivo (“corcovea en yunta/ la rivalidad centenaria/ en mis venas”).

Ritual del Ñachi (“Manso mana el vapor rojo/ de la vida recién ida./ Depredador felino de la urbe”).

Redención (“huérfana de costumbres/ me arrinconó la discrepancia de los signos/ la inquisición del racismo/ y su espada./ Silabeé hasta curvar mi boca/ el pentagrama del viento”).

Reiterada protesta inventariando los rescoldos celosamente guardados en el imaginario colectivo de la raza sometida “a sangre y fuego”, pero no vencida.

Exactamente, sucede en todos los pueblos del Ande: La llamarada de su resistencia persiste, holgadamente instalada en las venas de sus poetas, cantantes, músicos, labriegos y pobladores en general, quienes resguardan desde su “sangre primigenia/ en los dominios del Arco Iris”, la sagrada heredad de sus ancestros.

En Fresia del Bío Bío, no solo exalta la idiosincrasia de este personaje femenino (“Palpita el misterio de Fresia/ en una estrella de sur profundo./ Vuelve de su azul infancia/…/altiva , a recrear su historia”), la coloca también como ejemplo de férrea voluntad e indoblegable personalidad.

En Los Monumentos, arremete con furia e ironía, contra tanto monumento en las plazas “al invasor y su bota”. (“Se agarró el nativo/ como la hiedra a la fuerza de la tierra/ no obstante/ en la arcilla colectiva/ la dignidad ancestral/ por las manos de la memoria/ no fue moldeada./ Con el hacha en la raíz/ con el codo implacable/ borraron la huella invencible/ de los héroes verdaderos./ Rebelde la digestión de las palomas/ ha salpicado de justicia el bronce”).

Tanto en Soy militante de la lluvia, como en Volveré insurgen atrincherados versos insurrectos (“Me rebelo a causas arrinconadas/ mi puma sometido aúlla/ la infancia de su tierra violada”); (“Volveré/ desde mi latitud vegetal/ volveré/ desde mis huesos putrefactos/ absueltos de la arrogancia/ enquistada en la raíz de la razón”).

La contienda ideológica, social y cultural, a dos siglos de distancia, continúa incandescente e incólume.

LA HISTORIA CON VERDAD JAMÁS CONTADA


 

Capítulo Aprendiz de Muerto: Manojo de poemas en torno a la muerte y todas sus connotaciones.
Van Callando los vientos (“Sombra temblorosa/ de hueco oculto/ me miras con ojo seco/ Me subes a nube lejana”).

Matadero (“y un bramido sordo/ me arañó las venas.// El misterio es infinito/ en el paraíso de los esqueletos”).

Casa de silencio. Es asombrosa la descripción críptica de lo que podría no ser paz en la tumba y más bien: “cárcel de lo cotidiano/…// Las paredes mudas/ en pesado silencio gritarán/…/…Ya puesta la mano sobre el arado/ en el surco de los días/ sembrará letras de vida, la historia/ jamás con verdad contada”.

En Música celeste inventa una composición estelar con tantas venas dispersas de tantos cadáveres NN (“Tañe en azul/ música de las estrellas/…/ y en plata caen/ las notas despeinadas.// Rasguea la inmensa mano/ las cuerdas del universo/ para que continúe/ chorreando exacto/ el prodigioso círculo orquestado”).

DESVARÍOS DEL PODER. CONFINES DE LA TRISTEZA. VENDAVAL DE SUEÑOS



En La hora se detiene condensa magistralmente la malhadada atmósfera de los años vividos en Chile durante la dictadura: pánico, sobresalto, horror, a causa de la atrocidad de aquellos días y noches.

A Julio: Relumbra aquí una poética de notable jerarquía, aquilatando  de un modo especialmente inspirado, los contrastes, la transmutación y el valor supremo de la vida, la esperanza y la fe:

  “Caminaste con la dicha desgranada/ por el vía crucis de los días./ Anoréxicos los espíritus/ de tus afiebrados sueños no bebieron./ Olvidaste descifrar/ del poder sus desvaríos/ olvidaste/ que el tiburón reacciona certero/ a los signos de la sangre./ En los confines de la tristeza/ sigilosa sombra se clavó en sensibles sienes/ estallando en cristales rojos/ silente vendaval de sueños./Se detuvieron/ en los parches de tu investidura/ te llevaste a otro cielo/ los ecos fracturados de la luna. No olvidaste/ que al otro lado de la muralla/ viven los que sueñan.”

Antinatura es el poema que traza, en unos cuantos versos, el trascendental desequilibrio de una humanidad que se desangra inerme y por ende compromete la existencia del planeta:  
          
“De jirón y parche/ se construye la historia. / El poder sembró la sangre/ destripando cuerpos y razones. / Los desaparecidos/ en la conciencia colectiva/ perecieron. / Ensayos nucleares/ hacían temblar el ombligo del mundo/ en coma moral/ esperaban conquistar/ la soberanía del espacio. / Tiranos de razón fría/ hijos de la ira/…”

A mi Padre: Desbordante de un cariño dicharachero y muy suelta, le espeta casi reclamando por perderlo tan tierna: “Desertor de las costumbres/ a Tirúa amarraste/ tus pasos de pata e°perro el vicio de macho/perro/ el vicio de macho/…/ Elegido en el casting de la vida/ fuiste el primero en partir/ de esta casta de inmortales/ cuando la vida entera coqueteaba/ diecisiete años”

No solo es el amor filial explícito y tajante. También el orgullo genético por su raza de cantor contumaz y pasión por la vida: “…tu canto bohemio/…/Me dejaste/ trazas de quijote en la piel/ tu herencia la cargo en mis venas”

Fracaso: Se destila aquí, por demás en forma subrepticia, la descripción sombría de la indigencia unida a fandangos, cantinas, trifulcas y un dejarse llevar por la vida.

“La farra le salía por los poros/ con un ojo en tinta/…/ juntos habían caminado/ la vida y las cantinas”.

Al filo de la escarcha: Amargo retrato del triste final de uno de tantos seres humanos, abandonados por la sociedad, estragados por la desdicha y el llanto.

“…amaneció tieso “El Yaca”/ lo acompañaba su saco de miseria/ sus sueños no encanecidos/ y el palo para defenderse”.

TEJEDORES DE SUEÑOS


A Fuego Cruzado : De pronto, una iluminación. De repente, la visión descarnada de la realidad, un anuncio de lo que de un momento a otro reventó, está sucediendo ahora:

“…donde los Poetas de la Lluvia/ tejedores de sueños/ encendía en versos las palabras./ En un amanecer drástico/ se me descompuso el verbo/ cuando a fuego cruzado/ me presentó la vida/ la anatomía del desastre/ ¡Despojo, sangre, dolor, miedo!”.

Una vuelta al sol: Reseña de un mundo que se debate en la autodestrucción y la muerte. La humanidad ansiosa de otros amaneceres más faustos. El sol y el agua, elementos vitales, el hombre los despilfarra y daña sin ningún miramiento ni idea de futuro.

“Frente a la fogata enrojecida/ en éxtasis las olas arrastran/ el agua hacia lo eterno/ así, en la oralidad del mate/ arrastramos a los que partieron. Aprendiz de muertos somos,/ en la circularidad del horizonte.”

EL ANUNCIO APOCALÍPTICO TOCA NERVIO


La hecatombe que le espera al planeta, por culpa de la avaricia de algunos hombres, a raíz de sus desvaríos, pues no respetan las leyes naturales.

Sobrevivientes, en un mundo herido de muerte, las cábalas y temores van arrastrando a los hombres hacia tragedias previstas, cuyas advertencias desecharon. Necios pagarán su terrible indiferencia.

Despedida : Es quizás un poema emblemático de este poemario de Olga Toro:

“Navego en la marejada circular/ en el tatuaje de la lápida/ al vaivén de mis naves rotas./ El olor a noche me inunda,/ no me asusta el suspiro final/ solo la turbulencia/ con sus ruindades al desnudo./ Ya sin miedo abordo la odisea/ de volver en la memoria,/ a mis fragmentos y totalidades./ Será verde la sangre/ alumbrará el sol/ el gemido rojo de mis laberintos./ En el litoral donde agoniza la existencia/ naufragarán mis paganos fundamentos.”

Muerte y Aún de Pie: Dos graves poemas de toma de conciencia, en la cobertura de noticias broncas, inesperadamente replicando clarines de fin del mundo frente a nuestras narices. Pesimismo de cara a un futuro incierto, apocalíptico.

Dos poemas sencillos pero de un surrealismo vaticinador de calamidades y mortandad. El hombre, pasmosamente indiferente, relativiza los espasmos vertiginosos del planeta tierra frente a su constante destrucción.