BUENOS AIRES –ARGENTINA: ALEGORÍAS DE
LA NOCHE Y OTROS POEMAS de JUAN CARLOS PRIOTTI
LA INTENSA AVENTURA DE SOÑAR
Por LUIS ALBITRES MENDO
“Soñar un poema me causaba una
extraña sensación, asimismo el efluvio hondo y humano de un desasosiego…(…) Y
como su grácil desolación está latente en todo poemario, debo decir en esta
especie de liminar, que la soledad es un sufrimiento sutil, silencioso, sin
palabras, sin formas, que puede borrar del corazón el interés por vivir y del
espíritu el bello significado de la intensa aventura de soñar. (…) donde el
corazón con su alegría, con su ternura y su sangre, da garantía de eternidad”
Juan Carlos Priotti ( Exordio al libro “Alegoría de la noche y otros poemas”)
BREVIARIO DE NOSTALGIAS
CAPÍTULO DE LA VIDA Y
DE LOS SUEÑOS
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n el poema ALEGORÍAS DE LA NOCHE, exultación de la
vida y un canto suntuoso de los deslumbrantes sentimientos que desfilan al
compás de las horas nocturnas, con sus temblores, fragilidad y claridades.
Una epifanía de
humores brujos celebrando la magia y el misterio del vivir, en medio de un
escenario de gloria, ornado del arco iris más esplendoroso.
Una desbordante
imaginación, con un lenguaje de altísima jerarquía poética.
SIN PALABRAS y SIN TIEMPO es en cambio la evocación del lar natal. La
comparación o el paralelo con la realidad actual del poeta, su nueva estancia.
En HUELLAS describe magistralmente un ocaso
entrañable del terruño abandonado:
“El tiempo pasa/ Pasa la vida,/ hasta un sol
rojo y agonizante/ y luego un borrón púrpura/ que se traga la noche”.
Para de inmediato
enumerar persistentes memorias de sus querencias antiguas: “me falta la ausencia/ que trae el sonido de la lluvia,/ el relincho de
un caballo,/ el viento en las montañas, el ímpetu del río”.
GRÁCIL DESOLACIÓN LATENTE
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n soliloquio que
engloba poemas plenos de estruendos y atisbos que el poeta enlaza con certero
dominio. La finitud del tiempo, el duermevela saturado de recuerdos, el péndulo
de las horas, la soledad de la noche:
“en el apacible torrente de las horas. / En tu imagen que se ilumina ya
a la dicha/ vuelvo de ti”.
Rapsodas, sombras
detenidas, elogio de las nostalgias. “Las
voces confusas del silencio”, omnivalentes, se resisten a desaparecer.
El insomnio, los
ensueños de la noche y los júbilos del despertar junto a la musa y el poema.
Eros y sus
connotaciones ejercen un poderoso aliciente en la inspiración de este poeta
enamorado del Amor: “ante el fulgor de
una mirada, / y no poder salir del asombro./…/ la ardiente geografía del
cuerpo. / Y en una explosión de delirios”, “¡ el recuerdo puede más que el
olvido!
APASIONADO
REFINAMIENTO GLORIFICANDO AL AMOR
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nmarañado enjambre de
versos diversifican los plurales mensajes amatorios.
El poeta se regocija
repartiendo caricias y gratificaciones que ensalzan y preludian éxtasis,
glorificando al amor en todas sus instancias :
“preludio: efímera luz, callada ausencia”, “…/ frustrado
y maravilloso primer amor”, “con la lejanía que te inunda/…/ caricias perdidas
en el sigilo de las horas/…/ ¡el encanto inefable de tu mirada!”, “insomne
frenesí de la madrugada”.
“con la misma ansiedad que te poseo”. “Tal vez
no eres el instante inasible”, “Soñé el dulce beso que eterniza/ el fugaz
estallido de la carne”, “Ama la embriaguez del silencio/ desde la desolación de
un paisaje”.
Bandada de palabras
dulces al recuerdo o nostálgicas frente a las ausencias. Crepúsculos y
amaneceres. Vértigos y abismos, el crujiente esbozo de un amor fugaz o los
detalles más preciados de amores perpetuos.
El rosicler de su
intensa experiencia amatoria se extiende sutilmente a sus versos, con ternura,
insinuación y apasionado refinamiento.
El hechizo de las
lágrimas, retornos y despedidas. Los rostros del adiós. Entregas, agonías,
risas, voces, palabras. Felicidad en los encuentros, tristeza en las pérdidas.
El amor lo cubre todo
y los efluvios emotivos y espirituales no se dejan esperar, brotan al contacto
con estos poemas. Expanden el alma.
VOZ QUE LLEGA DEL ATARDECER
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a vida y los sueños,
recapitulación de una existencia exorbitante en relaciones amorosas
enriquecedoras: AMAR SIN MEDIDA, podría haber sido el slogan que marcó el signo
de su devenir por este mundo.
Parece que esa actitud
de plenitud y gozo ha dirigido su vida, a tal punto que le confiere una energía
singular, extrayendo de cada relación lo más rescatable, regocijándose al
máximo en cada una de sus experiencias. Así lo confirman sus poemas.
ÁRBOLES DE LUZ EN LA PIEL Y EN LA HISTORIA
AMERINDIA : CON TODOS LOS FULGORES DE
UN ILUMINADO
CON LA FURIA ANCESTRAL : EN LA MEMORIA VIVA
DEL FUEGO
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ello e inspirado poema en prosa, concebido y firmado a su paso por la
ciudad de CAJAMARCA en febrero de 2004. En él, con todos los fulgores de un
iluminado, de un verbo enfurecido, blande la palabra y la sanción histórica por
el genocidio. Él mismo lo presenta y explica:
“Ni la exégesis ni la criba de la
memoria son suficientes para expresar en palabras, versificando la grandeza y
el posterior genocidio de nuestros abuelos patriarcales, árboles de luz en la
piel y en la historia de Amerindia, escrita y tergiversada por el conquistador
español. Y yo pertenezco a esa historia despojada gran parte de la verdad, de
la identidad, con el estupor del avasallamiento que sufrió durante más de cinco
siglos, a mano de otra cultura, hasta la hora feroz del ocaso. De allí nacen
mis poemas, con mucha rabia en los versos escritos y en el corazón”.
AMERINDIA EN LA SOMBRA DEL OCASO
“…inmenso el océano, larga la hora
feroz del ocaso. ¡Fue ayer! Y los bajeles más altos que las olas, sobre la
Puerta del Sol; las fogatas que velaban los chasquidos del viento en el Rumi
Tiana, arriaron los leños. El adelantado de Castilla cubierto de armadura,
todopoderoso, gritó en la Plaza Mayor: ¡Soy el conquistador, oh señor del
imperio! Obsedida la muerte, se despeña por la oscuridad del instante con
retumbo de corceles, mosquetes, despojos, y detrás la Hidra como ofrenda al
Dios emplumado. Así empezó el holocausto, el día sin nacer. El oro y la plata en
el Cuarto del Rescate, no saciaron la ambición ambicionada del barbado. En los
fuegos rituales callaron las quenas y a su vez la chicha, las danzas. La noche
fue larga en Cajamarca. Silencio en los templos, dolor en los Andes, y la luna
en la oquedad del crepúsculo, saliendo de vasijas como un rayo flamígero. El
buitre ensangrentado en la plaza, el verdugo impávido a los pies de Atahualpa
Señor del Tahuantinsuyo, y la muerte con relámpago de cordel y espada
trasegando el alma del Imperio a otro cielo. Fuego en el oro, sangre de lluvia
y el cóndor furibundo en el cuenco de arcilla de los dioses decapitados. Reinos
muertos, ¿dónde hallar la fuente sagrada que purifique los ojos que no ven al
Hijo del Sol? Entre tanto la sangre de los muertos insepultos, la sangre
cordillera empapada en las piedras, espera a la sombra de los dioses
decapitados.
…Y después de la noche, un poco antes
de la aurora, los muertos que acunan a los vivos, piensan en dibujos de
cerámica y sueñan con nacer de nuevo. El cóndor, heraldo del Ande, hace arder
un fuego de certezas en lo alto del nido, y sobre él se tiende y espera…¡más de
cinco siglos! Los pájaros en el umbral de la mañana, como rapsodas de otro
amanecer, cantan elegías en la memoria viva del fuego. Oh seguidores de
huellas, buscadores de semillas, arrieros de agua en la corteza del desierto.
En un presagio de Reinos Muertos, Amerindia despierta en la sombra del ocaso
con la furia ancestral en cada hueso, para trazar sueños imaginarios sobre los
Andes”. Ciudad de Cajamarca, febrero del
2004.
Este magnífico poema
se ha transcrito completo por su medular trascendencia. Retomando la memoria
hacia fechas nefastas para los auténticos dueños de estas inmensas tierras, el
inicio de la rapiña con los invasores.
CUSCO…EN SOLEDAD DE DIOSES
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n la senda del que
busca entre sus sueños, realidades idas, Priotti indaga entre las callejuelas
desiertas o pobladas de la ciudad imperial, para impregnar su poema de rabias
inconclusas y ansias no satisfechas:
Y este es el Cusco…/-claridad del ocaso sobre la piedra-/ de los siglos oscuros de la cruz y la espada,/ de la memoria ancestral en los altos muros/…/ como escuchando las sombras correr/ detrás de una herida que aumenta.// Mas unos ojos estirados y no tan negros/ anclados en la piedad de la chicha,/ no se dejan seducir por la mirada/ de llegar hasta mi piel y preguntarme:/ ¿Importa tanto esa luz en la memoria/ que alumbra el orgullo de los vencidos?// (…) Porque hay ruinas en soledad de dioses/ a los que el tiempo devora…/ más allá del grito germinal de los muertos,/ recién resurrectos a la verdad del canto.// Ante todo el olvido…¿serán solo palabras?/ el mea culpa que ronda en la conciencia/ esperando, como el Hijo del Sol,/ que el silencio nunca se vuelva vacío./ Hoy, por caminar sus calles, ¡me desvivo!/ Por su eternidad tiene nombre mi poema. Ciudad del Cusco, febrero del 2004.
La inspiración de un
poeta, embargado por sentimientos encontrados y presionado por la impotencia
ante el desastre y la injusticia, trae a colación versos memorables, sin dejar
de sellar sus sentimientos más prístinos a favor de los nativos, los genuinos
propietarios de estas feraces tierras, que nunca debieron dejar de ser dueños
de sus propios destinos.
El poeta recorre,
ahíto de sombras y visiones, alucinado, absorto ante sus calles de piedra en
subibajas; perplejo ante contradicciones e injusticias, cóleras contenidas con
resignación por los que antaño fueron señores de estos reinos. Reconociendo
deslumbrado la importancia sustantiva de una ciudad de contundente prestigio
planetario, Cusco, al igual que Atenas, Alejandría, Roma, etc.
PÉTREA BELLEZA, ALBA INVENCIBLE
ELEGÍA A MACHU PICCHU
“Entre el sol y el dulce don de la
lluvia,/ tus alas de niebla y de verde musgo/ emergen con la eterna majestad
del cóndor,/ y también tu azul mitología de silencio.// (…) Qué solsticio de lo
efímero duermes,/ ahora lejos, en tus ruinas, / más allá de los siglos donde el
sol iluminaba/ tu pétrea belleza como un alba invencible.// (…) Y en tu
eternidad de santuario crece el vacío/ como la memoria en tus piedras,/
recordándote paternal de mi canto.” Alturas de Machu Picchu, febrero del 2004
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ncontramos tanta
sensibilidad poética frente a la grandiosidad de Machu Picchu como la del
célebre Premio Nóbel Pablo Neruda, nacido en Chile. Otro gran poeta que
enorgullece a la privilegiada AMÉRICA ANDINA, por eso en sus Alturas de Machu Picchu, sintiéndose
americano y andino se inspiró tan conmovido.
AMERINDIA: Un
neologismo como título o lo que nosotros llamaríamos AMÉRICA ANDINA, un puñado
de poemas inscritos con fuerza implacable y a la vez convincente, zamaquea la
obsesión de invasores y sus instituciones, que se hicieron de la vista gorda
por siglos, con pocas excepciones como las de Bartolomé de las Casas y unos
cuantos más, dando pie a que la infamia y la inclemencia crecieran abyectas,
inhumanas y crueles, contra los genuinos dueños de estas tierras.
Según nos enteramos
por un artículo de Rodrigo Montoya Rojas, citando a otro autor, de doce
millones de habitantes, en aquel entonces, se redujeron a unos 200,000. Es
decir sobrevivieron solamente un 6 por ciento. Qué tal barbarie ¡ Nefando crimen
que la Historia no ha castigado!
De la eclosión del
furor y la rabia contenida, insurgen furibundos poemas de rechazo, resistencia,
reclamo y condena.
EL PARAÍSO DESCONTINUADO
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dílico y al mismo
tiempo trágico. Poema donde se agitan amarguras, dolor y un llanto contenido.
Magnetismos del sol, imán de
los rayos de la luna y todas las instancias emocionales de recuerdos dolorosos.
La verdad de toda invasión. Y la terrible sensación de las pérdidas de
preciosas sabidurías. Tener consciencia del paraíso descontinuado.
LLORA EL HIJO DEL SOL
“Conozco un rincón en el Valle
Sagrado,/ donde se ve la sombra de la luna/ y las lágrimas del sol/ (…) Edifica
Pachacútec en piedra dura/ la ciudad que aflora grietas de sol/ y siglos de amargura.// Renacida en bellas catedrales,/ el Evangelio contempla en sosiego/ el frenesí de la espada/ que abre las heridas, como si fueran ojos que despiertan./ Nadie ni nada puede comprender/ la gran tristeza del silencio/ que merodea entre los altos muros." Ciudad del Cusco, octubre del 2010
El GRITO DE LA SANGRE: COMÚN ORIGEN Y
FRATERNIDAD HUMANA
TIAHUANACO, La Babel Americana
El horizonte aún llena el espacio
vacío/ abismal y distante,/ Capital del Imperio Megalítico,/ laberinto
mitológico de Tapires Gigantes/ vidriando un crepúsculo de piedra./ Toco
pedazos de gloria con mis manos/ y siento cómo todo cambia…/ hasta la noche en
su inmensidad,/ cuando la luna se enreda al ocaso,/ sola, asomada, moribunda./
Y en el reflejo infinito del Titicaca/ reposan tantas, tan diversas historias/
escritas a espaldas de los dioses./ Aquellos que fueron divinidades/ y se
volvieron esclavos,/ tallaron a sangre la Puerta del Sol,/ pirámides, templos…/
donde mil años son como un día./ Transformado el discurso del tiempo/ y el
mundo olvide cómo fue el origen,/ quién recordará la mentira/ que por venir de
otra tierra/ no nos une el grito de la sangre,/ hermano mío, lejano,/ fundando
mi esencia americana. Tiwanaku
(Bolivia), febrero del 2013
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s el poema cumbre de una emoción espiritual empecinada en reafirmar la
esencia prístina del ser humano, que habiendo nacido aquí o allá, es la misma
sangre la que nos identifica doquiera veamos la luz, dando como resultado un
resquicio alucinante para asomarnos hacia horizontes inimaginables pero
ciertos, de reinos antiguos y felices.
AMERINDIA: Saga de memorables poemas con temas históricos y asuntos
medulares de nuestro pasado esencial que inspiran a Juan Carlos Priotti con un
ardor inmarcesible. Querencias
febriles abrazadas a la Historia con pavor y justificada ira estremecen a los
atónitos lectores quienes no salen de su asombro, cómo un argentino, de raíces
italianas, puede identificarse tanto con el ancestro sudamericano. ¡Grandeza
del espíritu humano de este genial poeta!
La influencia de los Inkas y de la Cultura Andina tocó Argentina
Norteña, que es la zona de donde procede el poeta y donde, según señala él
mismo en luminosos poemas, existieron Comunidades Autóctonas tan dignas que
defendieron con valentía indomable su libertad.
HOLOCAUSTO DE LOS QUILMES (Quinientos
Años Atrás)
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modo de explicación, ya que es totalmente
nuevo para algunos de nosotros. Es la primera vez que tenemos noticia de esta
aguerrida y valerosa comunidad.
“Los Quilmes fueron una de las más
célebres parcialidades de la etnia Diaguita, que habitaron el Oeste de la
actual provincia de Tucumán. Por más de una centuria opusieron una tenaz
resistencia a los colonizadores españoles durante los siglos XVI y XVII”.
Ante la derrota,
fueron desterrados.
“Las mujeres, desde un peñasco en lo
alto de la ciudadela, eligieron arrojarse al vacío con sus hijos en brazos
antes de verse sometidas. En el largo camino de mil doscientos kilómetros, de
los dos mil solo llegaron doscientos hasta la Reducción de Santa Cruz de los
Quilmes, en la cercanía del Río de la Plata, que devino en la actual ciudad de
Quilmes en el gran Buenos Aires”.
FINAL PARA UNA TRAGEDIA: EL DESTIERRO
DE LOS QUILMES:
ABRAZADOS AL RESPLANDOR DE UNA LÁGRIMA…SE
VOLVIERON UN RELÁMPAGO
Dantesco el panorama
del destierro.
“Los muertos que caminan por
Yokawil,/ son solo eso,/ espectros sin rostro ni sueños./ Y lo que dolor fue,
vuelve a ser dolor/ a la hora de evocar el destierro,/ abrazado al resplandor
de una lágrima.//
El dolor centenario
por estos terribles sucesos inflaman de un modo singular la sensibilidad del
poeta.
“Al pie del vasto manto de montañas,/
los pasos del tiempo penden exhaustos/ con la bárbara sentencia en la agonía,/
de los que resistieron acosados por años/ y se volvieron un relámpago de
piedra./ Solo los dioses reclaman por ellos/ con sed y pesadillas./ ¿Qué hacer,
si ya no están?/ Un vórtice de viento atiza las cenizas/ del pasado distante, cegado de oscuridad.//
Realmente impregnado
de esa mirada propiciatoria a los vencidos, el autor lanza su imprecación:
“Despojados del ritual junto a la
hoguera,/ el ocaso desciende con ojos turbios/ que miran hacia dentro,/
arrancando la epidermis de los gritos/ sobre un peñasco en la Cumbre del Alto,/
pucará guardián de la indeleble Gesta/ y sepulcro en que reposa el recuerdo.//
Cómo despertar la memoria del cóndor/ en ese abismo paraíso de osamentas./
Cómo.//
Y llega el momento de
la inspirada reflexión andina. Y también cómo la historia oficial, la que nos
enseñan en escuelas y colegios, no siempre está ajustada a la verdad. Más bien
es la versión de los vencedores. Y ellos se encargan de eliminar y ocultar la
verdad de los vencidos.
Por ello, nos da
ejemplo el poeta, qué importante es hurgar e investigar, a fin de encontrarnos cara a cara con la
verdad de los acontecimientos. Aquí entran a tallar historiadores, arqueólogos,
antropólogos, sociólogos, y con la intuición del genio, poetas y escritores.
“Y el Amauta me recitó el
Intihuatana,/ y todo parecía tanto…/ que no supe si sentir rabia o tristeza,/
por esa herida abierta y sangrante/ como un mal sueño que no despierta.//
Lejos,/ las raíces perduran tras la distancia/ con el olor a tiempo de los
libros,/ y el sol golpeando en la ventana/ de los vastos letargos de la
historia./ La que yo recibí,/ la que dejé hacer,/ la que yo hice,/ ya que son
muchas las páginas en blanco,/ y demasiado el olvido y la mentira,/ y las
sombras muchas/ en las que solo puedo escuchar…/¡el envolvente sonido del
silencio! Tucumán, enero del
2000.
EL FUEGO Y LA CENIZA. A Inkill, el
rostro de Yokawil
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eyendo este poema
fuera de serie, imbuído de magia y misterio; la magia de travesías etéreas y el
misterio de estar ante un dios ancestral, nos traslada a un universo particular
cuya singularidad estriba en el doble juego de los dos nombres (Inkill y
Yokawil) y el imposible diálogo y transmutación ansiados a porfía por el poeta.
Bellísimo poema que
trasunta la identidad absoluta con su medio, la integración con la patria chica
que lo vio nacer y el ensueño personalizado de un espíritu que ansía cierto
infinito, concretizado en un mito antiguo de su tierra, atisbado apenas por los
lectores, en versos engalanados de ese halo neblinoso que le confiere un matiz
existencialista y surreal.
“No sé para qué desdoblar mi desvelo/
siendo simplemente yo,/ un sueño atemporal que dibujo/ por un instante/ con el
lábil párpado de tu sombra./ Todo vuelve un día,/ despierta las lágrimas/ y mi
corazón comienza a ahogarse/ en esa lejanía,/ en la que tú no estás presente./
Aquí estoy,/ aunque no me veas/ me perderé en la pátina de tu vientre./ Pero me
doy cuenta/ de que solo eres un retrato,/ de que tú ya no me escuchas/ para
seguir ardiendo./ Tu fuego allá,/ el mío acá,/y entre los dos un abismo de
ceniza/ que llena no solo tus días,/ sino también tus noches. Tucumán, enero del 2000
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LEGORÍAS DE LA NOCHE Y
OTROS POEMAS, poemario de Juan Carlos Priotti (Argentina), finaliza magistralmente
con un capitulo especial titulado FLORILEGIOS de doble inspiración, a dúo con
la poeta Carmen Amaralis Vega Olivencia (Puerto Rico).
He aquí una muestra
transparente de integración y altruismo. Por ello, el análisis y la reseña de
este breve pero riquísimo e intenso intercambio merece artículo aparte.
Mis más caras felicitaciones al poeta Juan Carlos Priotti por sus hermosos poemas,amigo te deseo éxitos y disfrute de la vida en ese hermoso pueblo de San Nicolás-Argentina.Un gran abrazo Norka Brios --(Gaviota)
ResponderEliminarMi agradecimiento por tus hermosas palabras, querida amiga Norka. Debo decir que ha sido una grata sorpresa recibir el comentario del amigo Lucho sobre mi humilde poemario.Su pluma de eximio escritor y artista plástico, le puso belleza para regocijo de todos mis vuelo existenciales. Un largo abrazo. Juan Carlos.
EliminarGracias, muchísimas gracias Luis por tan excelso comentario sobre mi humilde poemario, escrito con el corazón. Tus palabras de un alto contenido emotivo, portando el talento de un eximio escritor y artista plástico, me acompañarán en lectura de cada uno de sus poemas, como así también en el tiempo. Un largo abrazo.-
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