GLADYS
ELIZABETH Y JAIME FRANSILES
REGOCIJADA
FELICIDAD DEL AMOR QUE TRIUNFA
Por
LUIS ALBITRES MENDO
Bajo el verde follaje conformado por sauces, alcanfores y saúcos, en un
marco de jardines y flores, ingresamos al espacio abierto, a pleno sol, donde
nos recibiría una acogedora capillita,
Verde eufonía de praderas orilladas de eucaliptos, se extienden, alargando
la vista, alrededor del complejo de cabañas de hospedaje de turismo ecológico y
el Restaurante D*MARIE.
El verdor diferente de arboledas y campos corre parejo al color de la
esperanza, reflejado en el intenso azul del firmamento. El amor, desplegando su
potente tono dorado en celajes escarlatas y celestes, y en la eclosión de
ocasos encendidos, se impone para siempre.
Eternos paradigmas que bullen en nuestras almas, en momentos como éstos,
abren de para en par los bulliciosos augurios y las efusivas albricias, de
todos los invitados, para con la pareja de novios.
De este modo llegó en HUACARIZ, a veinte minutos en auto del centro de la
ciudad de CAJAMARCA, este 2 de julio, al
mediodía, la triple celebración familiar: Bodas, Bautizo y Onomástico.
Qué algarabía espiritual, festejar en medio de bosques, revelador cielo
azul y bajo el calor de influyente luz
solar.
ALGARABÍAS
EN TODO SU ESPLENDOR
GLADYS ELIZABETH Y JAIME FRANSILES: Podría escribir que se enamoraron, se
casaron, comieron perdices y vivieron felices…O que JAIME tuvo la fortuna de
prendarse de una bella joven y que GLADIS encontró al príncipe azul que
ansiaba.
Habría que añadir, no obstante, la formidable experiencia que significa toda una vida, por seguir
disfrutando del portentoso amor, el lazo perpetuo que los une: JEYMIE, la
encantadora e inteligente niña de doce años, hija de sus amores, quien florece
en gracia y en hermosura en su corta edad, para llenar de plenitud vuestras
existencias, jóvenes aún, plenas de innegable inquietud, certezas y esperanzas.
Redoblan campanas de jolgorios y alegrías gualdas. Exhalan a esta hora los
verdes de la campiña, exhibiendo vitalidad
y energía en todo su esplendor, por el sol que reverbera. Magnífico sol
cajamarquino que anuncia primoroso vuestra regocijada felicidad del amor que
triunfa.
PRIVILEGIADO
AMOR QUE FULGE EN CORAZONES ENAMORADOS
Deslumbrados ante el sacramento que se les ofrece, con la generosidad del
PADRE AMANTÍSIMO E INFINITO, MANANTIAL DEL ETERNO AMOR, quien ha dispuesto y bendecido
esta unión, en vista de la existencia de un gran amor, que se remonta a los
doce añitos de JEYMIE, su amada hija, quien vino a coronar esta bella unión
matrimonial.
La felicidad abrió sus puertas para ellos, de par en par, desde que ella nació.
Por eso llegan también estos rituales espirituales de sus Bodas Religiosas para
acaparar bendiciones y exitosas
bienaventuranzas.
Premie DIOS PADRE, vuestros afanes y esfuerzos. Reavive para siempre ese
privilegiado amor que fulge en vuestros enamorados corazones.
VUESTRO
AMOR RESPLANDECE. EL AMOR SE IMPONE SIEMPRE
Celebremos, envueltos en júbilos y plegarias, robustecidos por los
abundantes afectos familiares, salidos a luz con motivo de esta fiesta
familiar. Fantásticos algunos, por el humor que los vigoriza o la sagaz y
fecunda calidez del conocimiento pleno, en la fragua de la vida.
Rendimos honores al amor que reina en vuestro hogar. GLADYS Y JAIME,
vuestro amor resplandece. El amor se impone siempre. Y triunfa ante todo tipo
de resistencias.
JUBILOSOS
Y AHÍTOS, DOBLEGAMOS LA RUTINA DIARIA
Alrededor de las mesas, antes, durante y después del baile general y el
apetitoso compartir, en base a platos típicos cajamarquinos: Remembranzas,
conversación, risas, recuerdos, comentarios, bailes, algazara y canciones,
fueron los frutos que obtuvimos en esas horas esplendorosas en que, jubilosos y
ahítos, doblegamos la rutina diaria, en luminosos instantes que alegraron
nuestros días posteriores.
Y
LOS FASTOS DE LA NOCHE CULMINARON LA FIESTA
AUGURIOS
CLARÍSIMOS DE ÉXITOS Y TRIUNFOS
Esta ceremonia religiosa ha concitado mucha expectativa, convocando la
asistencia y participación de numerosos familiares y amigos de Cajamarca y
Pacasmayo. A tal punto que los festejos han sido espectacularmente amenizados, por músicos
locales de gran talento y una chispa
particularmente cajamarquina, en un espacio, que a esa hora, la luna reinaba
sobre las nubes.
Reluciendo la atención esmerada, justo cuando la alegría de esta festividad
familiar llegaba a su máximo esplendor y alcanzara ribetes de notorio afianzamiento
emotivo, los fastos de la noche envolvieron el ambiente en un entorno mágico,
por los colores que aparecieron en las luces adornantes y los cimbreantes guiños
de luceros que duplicaron los destellos, del cielo raso y el firmamento.
Augurios clarísimos de la fascinante trayectoria vital que les espera.
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