MARGARITA RODRÍGUEZ PALMA ( 2 )
EL
PLUMAJE DE LA AURORA, LA LUZ QUE NOS ENCANTA
Por LUIS
ALBITRES MENDO
El amor, siempre el amor haciéndose escuchar. Con gran acento e innegable
confirmación:
ME SIENTO PLENA ( “en los dorados tapices del
otoño/ ebrios de constelaciones,/ en el lirio arrebolado/ de la piedra del
sendero/ en la piedra del sendero;/ en la acuarela de luna/ entre la lluvia y
los faroles encendidos/ de mi hogar,/ bajo mi frondoso árbol,/ en la certeza de
mi nido,/ en mi calle, en mi patio,/ al lado del hombre que amo”)
En GRITO DE MUJER, hay algo de agónico, ululante , existencial y también una angustiante desolación..
Mientras en SI TÚ SONRÍES aparece el optimismo y de nuevo llega la
alegría.
De igual modo en DIECISIETE PRIMAVERAS, poema aparentemente
inspirado en su primogénita, reverdece su jovialidad y contento, ante el
esplendor de la juventud.
Un poema también puede ser una catarsis. En AHORA (“en esas desoladas
distancias,/ donde sin mi/ te vuelves olvido,/ en las cifras estelares/ de todo
lo vivido”)
O en LOCURA, junto a una fina ironía ( él aguarda/ …/ por esa
mujer bendita/ que en pleno otoño/ entrará a su templo,/ buscando ese abril/
que es todavía.”)
HOMENAJES
ESENCIALES
En UN CAFÉ PENSANDO EN DAVID, recordando a su padre , de un modo
sencillo, revisa elementos próximos de
su espacio. Y elementos vitales: la inmensa falta que hace en el hogar: (“en
su aliento fecundo/ entre los trigales/ que aprendí de memoria,/ en sus
siembras filosofales/ para ser mi pan de cada día/ desde la raíz a la espiga”)
EL SUAVE ALELUYA DE SU BESO: Desde el título intuimos la asombrosa
poesía sembrada en este poema dedicado a
su hermano Delifín Rodríguez, ( “que
con su sonrisa generosa/ duplicaba mis alegrías/ que convertía mi mundo/ en un
carrusel de colores.// El soñador/ que hoy nos trae el viento/ en los ecos
jamás apagados/ en su esbozo de lluvia,/ …/ en el suave aleluya de su beso,/
sellando su adiós en mi frente/ aquella mañana/ de luciérnagas en flor.”)
PARA
DAR RIENDA SUELTA A TU SENTIR
Entre personajes homenajeados con sendos poemas, figuran: GABRIELA MISTRAL (Maestra de Maestras),
PABLO NERUDA (Es tu verso, Capitán),
VICENTE HUIDOBRO (Señor de las Lunas), MARTA BRUNET (Montaña adentro),
OSCAR CASTRO (Luna de cantos mojados): “en esa precariedad material/ que
siempre se sentó a tu mesa,/ dejando tantos cabos sueltos,/ tanta primavera/
para dar rienda suelta a tu sentir”
ENTRE
COLOQUIOS Y EVOCACIONES SATURADAS DE
ADMIRACIÓN Y AFECTO
Entre coloquios y evocaciones saturadas de admiración y afecto, da rienda
suelta a la proteica lista de sus autores preferidos.
DULCE
METÁFORA DEL VINO, EN ESE CLAMOR DE CEPA AÑEJADA
EFRAÍN BARQUERO: Te Saludo
Efraín ( “en el agua cantarina/ de tus
versos de luna,/ en el surco y la semilla/ de tu campo labriego,/ en la
incógnita profunda/ de la dulce metáfora del vino,/ en ese clamor de cepa
añejada/ en noble madera/ palpitando en tu esencia. // …/ en el trino que se encarna/
en los trigales/ de esta tierra morena,/ que es tuya, que es mía,/ en el aire
que se prolonga/ en su dialecto de memorias” )
A VIOLETA PARRA : Violeta
Azul ( “Ni explicación superflua/ para
un ciego amor/ para sus tristísimos acordes,/ para un gracias a la vida,/ para
Violeta Azul,/ para Violeta sin tiempo,/ ensimismada en sembrar/ un campo
nuevo,/ en el rústico yute/ bordado de sus sentires.”)
PÁJAROS
CAMPESTRES, EMBRIAGADOS DE SU DULCE VID
Nicanor ( A NICANOR PARRA): ( “Bajo la excelsa luna/ en solemne fiesta/ de coplas sal viento,/ una
patria larga/ celebra agradecida/ al surco vivo/ de tu poesía sideral” )
Ya te duermes con el “Rin
del Angelito” ( A ÁNGEL PARRA ): ( “…
al alero/ de esa pródiga parra/ que te vio nacer/ serán miles los coros/
de pájaros trinantes/ que recen tu linaje campesino/ embriagados de su dulce
vid” )
REMENDANDO
SU AGONÍA
Continúa la saga de homenajes: “Es agosto y hace frío” está dedicado a POLI
DÉLANO, “Solo el otoño habla”, a
FERNANDO ChÁVEZ, “Hija de minero”,
a HIPÓLITO BRITO, para finalizar este Capítulo con “Se ha dormido un ruiseñor” de JUAN
ZÚÑIGA ( “veo venir como antes/ a ese
hombre que desde niño/ quiso ser poeta/ y sus alas perfumadas rozan mi frente/
floreciendo mi alma jubilosa/ …// Ahora que no estás,/ te anuncias en los ecos
de la tarde,/ en el murmullo del río que pasa ligero,/ en el pequeño lirio que
crece/ entre la peña y la flor/ y me hablas desde el agua,/ desde los valles y
los cerros/ sonriendo sobre el arco iris/ porque un poeta nunca muere,/ porque
deja una huella indeleble,/ …// Y te quedas por siempre, poeta,/ …/ en el
rostro querido del organillero,/ en la mirada de la alfarera de Pomaire/
moldeando la greda,/ en la bordadora que envejece/ entre agujas y arpilleras,/
en el zapatero remendando su agonía,/ en las palomas de la plaza/ poblando el
surtidor,/ en las alamedas de Pelvín/ donde las estrellas encendidas/ se
enredan en tus cabellos,/ en el corazón
de una simple Margarita/ que jamás será otra flor”) Deslumbrada por la palabra
sugerente, redescubre el lado poético de lugares, personas, paisajes y plantas…
en un luminoso solar poético de remembranza y afecto.
ECOLOGÍA
Y RECLAMO
GRITO SOCIAL, es el título de este último capítulo de este
poemario. Y aquí van sentencias y versos de calcinante refriega social, reclamo
y sentimiento altruista.
Así en
“Como Poncio Pilato”, estremecido alegato ecológico, se lee “Enciendo el televisor/ y veo las
noticias/ más insólitas e irreverentes/ pisoteando la silueta/ de heridas araucarias,/ en esta
tierra encorvada/ por un vigente cambalache/ y arterias maceradas por siglos/
de convulsionados inquilinos.// …todo tiene su precio,/ la polémica vende,/ ya
nadie confía/ en un gesto/ de buena voluntad,/ la amistad es la respuesta/ a
nuestras necesidades/ y la palabra empeñada/ ya no tiene valor,/ ya no se
respeta.// Entre la leyenda urbana,/ la fauna herida,/ los dolores
ancestrales,/ actos demenciales/ desgajan el universo/ y a nuestra madre tierra/
no es su vestido/ sino su propia piel/ la que arrancamos a jirones/ para luego
lavarnos las manos/ como Poncio Pilatos”.
En “El mendigo y su sabueso” y “Navidad en la ciudad”, quedan
impresas las airadas imprecaciones, de una franca toma de conciencia
ante la injusticia y ferocidad de este malhadado sistema que nos tiene
acogotados y solo alienta un inhumano individualismo y un consumismo atroz y
materialista:
“Navidad en la ciudad” es un grito sosegado sí, pero contundente, contra
la negación completa del sentido de la Navidad Cristiana. El mundillo de la
sociedad mercurial que nos sojuzga actualmente, ha hecho de ella un objeto de
negociación, un mero intercambio comercial, y lo mismo aplican a los diferentes
“Días de…” que inventan, solamente para aprovechar al máximo el hambre
emocional del ser humano.
EMBRIAGADOS
DE LUZ Y POESÍA
“Incendio en el bosque”, una crepitante descripción del sufrimiento de la
Pachamama. Inducido o no, por mano del hombre, la flora y la fauna ven arder
sus frutos y sus vidas, en un alucinante poema que esgrime argumentos contra
descuidos, desidias e indiferencias tanto oficiales como civiles.
“embriagados de luz y poesía” , contempla, la poeta, a los osados seres
humanos que combaten los incendios.
RESTREGANDO
PRECARIAS ALEGRÍAS
En claro homenaje a la mujer trabajadora, en “Costurera de pueblo” resalta
nítida su identificación alucinada y confesa, con la humilde tejedora de
sueños:
“En la arpillera que he recreado/ con lanas de
colores,/ punto a punto,/ desatando mis espigas,/ desmadejando con pasión/ mi
oficio de artesana,/ quiero rendir un humilde homenaje/ a la costurera de
pueblo,/ a la dulce mujer/ que a la vuelta de la esquina,/ entre linos y percales,/
en puntadas creadoras/ va remendando sus dolores,/ a esas manos laboriosas/
pegando botones, haciendo ojales,/ que no piden piedad ni halago/ a los grillos
desvelados/ en sus pestañas infinitas,/ enhebrando las horas con esmero/ en la
aguja y el dedal,/ a la modista de barrio,/ en su antología de tijeras y
texturas/ que nada turba ni fatiga/ la rutina de su afán,/ a la bordadora de
sueños,/ forjando una vida/ en el cántico y la magia/ de la tela y su noble
bastidor.”
Y por supuesto, en “La Canción de Rosa Aurora”, emerge airosa y
rotunda, enhebrando versos sostenidos, plenos de jocunda poesía:
“Desde el rocío matinal/ hasta un sol indefinido,/
desde el regazo invocado/ y la palabra que trasciende,/ se escucha la canción/
de Rosa Aurora/ escobillando, escobillando,/ bajo la sombra del manzano.// Como
claro manantial/ en sonora algarabía,/ es la voz fecunda/ de la mujer honesta/
que se gana el pan,/ junto a la vieja artesa de madera,/ de la lavandera del
rosal/ dolorida de fragancias/ de la madre con la luna enredada/ en su propio
delantal.// En sus ojos de horizonte,/ en el desván de su mirada,/ cruzando los
esteros,/ es suya toda el agua de la fuente,/ y de la vida y el lucero,/ el
suave aleluya de su beso/ acunando a su niño un día,/ y aquella oración
dormida/ en sus manos laboriosas,/ restregando su precaria alegría,/ en el
blanco mantel/ de la digna mesa compartida.”
EGOLATRÍA, evidencia la nimiedad de los soberbios, en todos los estratos y
niveles. La certeza de sus imágenes
catalogan, vigorosa y reciamente, la precariedad y vileza de sus fútiles
atavíos, restregándoles en sus rostros, la inutilidad y bajeza de sus impúdicas
arrogancias e inertes altanerías.
EL GALLO CANTA HASTA MORIR: Alegato encorajinado y pertinaz contra
injusticias sociales. Estos poemas se inscriben como autoafirmación de tomas de
conciencia. Aquí la poeta, traza sus puntos de vista, encolerizada y harta,
ante tanta avaricia y falta de equidad. La sociedad adolece de valores. Los
poetas siempre están llanos a denunciar. Los poetas no dejan de señalar los
desvaríos de una sociedad enloquecida por ensueños materiales.
En MINERO DEL SALITRE: Versos que traslucen algo tácito y previsible: La
inutilidad de una guerra que fue manipulada por los poderosos. ¿Qué ganó el pobre
obrero? Nada. La guerra de Chile contra
Perú y Bolivia, ya es una evidencia, una verdad , refrendada incluso, por
jóvenes historiadores chilenos, que fue monitoreada por Inglaterra. Por sus
intereses.
Una verdad clarísima, que nuestros pueblos jamás deben olvidar. Nos
impulsaron a esa malhadada y cruel guerra por sus conveniencias.
Los poetas sostienen y siempre cantarán a favor de la Paz, en contra de las
guerras.
(“Minero del salitre,/ en tu corto trayecto/ y
larga historia/ tras la huella/ del traslúcido/ oro blanco,/ otrora ilusión/ de
la pampa,/ ya todo duerme/ en tu pueblo/ fantasma,/ entre fichas/ y soledades/
de un inmenso/ océano de olvido.// (…) Y
tu presencia/ se corporiza,/ ante mis ojos/ acongojados,/ en la arena candente/
del desierto/ que se abre/ al soplo enajenado/ del viento/ sobre la inhóspita/
calichera,/ que congela/ mi aliento/ y sobrecoge/ mi espíritu/ de salitre/ y
sudor.”)
Estremecida solidaridad que llama a demandar nuevas estrategias sociales y
replantear el sistema actual, a todas luces, obsoleto e incapaz de soluciones
para todos, a la altura de todos los cambios, necesidades y nuevas realidades. Constituyen plataformas y reformas de urgente
planteamiento y pronta realización.
ADAGIO Poema, decididamente afincado en ese conocido refrán (“Mientras más conozco al hombre, más
quiero a mi perro”) hecho popular,
teniendo en cuenta las atrocidades que es capaz de perpetrar el ser humano en
pos del poder, la rapiña de tierras o riquezas y el afianzamiento en el poder.
Las guerras actuales, en cualquier parte del mundo, lo confirman.
Diferente al hombre, el can es fiel,
leal y cariñoso hasta el final. El poema exacerba esa diferencia, con singular
énfasis, al sentir la ternura de este animalito suyo al que describe
lacónicamente:
“en su mirada/ transparente/ de húmedos/
horizontes/ brinca el sol.// En el llamado/ de la selva,/ tierno y salvaje,/ el tiempo ladra/
lamiendo/ los corredores/ de la coherencia”. (FINAL)
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