JOSÉ ANTONIO BENÍTEZ BUAIS
POÉTICA CON SABOR Y DULZURA DE ETERNIDAD
Por LUIS ALBITRES MENDO
JOSÉ ANTONIO BENÍTEZ BUAIS (Tarija, BOLIVIA, 8 de
febrero de 1940): Con la
poesía clavada en el alma, maestro a carta cabal, sindicalista solidario y
tantas otras cualidades que hacen de él un personaje único y original, su
producción poética exhibe un inmenso, maravilloso arsenal de catárticos
elementos líricos. Todos pugnan por elevar, evolucionar y enriquecer la
conciencia humana. No solamente a nivel individual. También a dimensión
planetaria.
La Humanidad es una y los poetas, junto a otros, como sacerdotes y
auténticos líderes espirituales, artistas, filósofos, científicos, etc., son
los verdaderos impulsores de su crecimiento solidario.
Esta reseña poética reúne breves comentarios sobre algunos de los
fascinantes poemas que regularmente suele publicar en las redes sociales y
otros, el magnífico poeta boliviano, quien con una sencillez inaudita, nos
entrega constantemente, poemas, enriquecidos con una carga emocional de
innegable belleza, los cuales llegan a gran jerarquía poética con suma
facilidad. Con experimentaciones e intentos lógicos en este universo de la
poesía, en su vertiginoso caso, con innumerables galardones, entre premios y diplomas
virtuales de muchas instituciones poéticas internacionales, de diversas partes
del mundo, ha inspirado expectativas y va consolidando su nombre.
Su poética va incrementándose paulatinamente día a día y va arraigando
su madurez lírica con mayor fuerza y
reflexión.
Alucinante
enfrentamiento a textos poéticos, abordando temas cotidianos. Sin alambicadas
técnicas literarias, su claridad y comprensión literaria son proverbiales.
Realzan la riqueza y y profundidad filosófica, magisterial y humana de su
mensaje poético. En realidad, inaugura un vínculo de la realidad con su pasado
o una inspiración para el porvenir. Y
por supuesto, señala con gran donaire, muchísimo de la riqueza espiritual y
cultural, la raíz y avances de la tradición de su tierra y la riquísima
capacidad artística de su gente, que es comunitaria y exhibida en toda
Andinoamérica.
Todo esto lo manifiesta en sus poemas, que pronto integrarán sendos
libros, junto a la importancia del amor en todas sus facetas, el valor de la
solidaridad a todo nivel, y la compenetración con el diseño integral de la
Patria Grande, que debe empezar con nosotros mismos, en la interrelación diaria.
LA MÁS REFINADA Y ENTRAÑABLE RECEPCIÓN DE AMOR
AMOR DE NAVIDAD. Breve poema de intensidad plena. Romántica
plegaria, donde obtener como regalo de Navidad el ansiado beso en los labios
rojos y sensuales de la amada, se convierte en la más refinada y entrañable
recepción de amor : “El tiempo, un soplo divino,/ que disipa penas y
alegrías,/ acorta distancias y olvidos/ entibia corazones en invierno.// Cómo
olvidar nuestro momento. Conocerte a distancia, en Navidad, con trineos de amor
y felicidad, con besos en alas del viento,/ sellarlos en tus labios escarlatas.//
¡Aunque lejos! Nuestra pasión,/ consumió el hielo de nuestra soledad,/ la
blonda nieve, paciente, contuvo/ los corceles de nuestra ansiedad/ a pesar de
no tenerte en mis ojos,/ tu perfume de pinos enamorados,/ penetró mis venas
hasta mi alma.// Cómo poder expresar esta felicidad, / de sentirte llegar
cuando arriba la Navidad./ Cómo poder tocar la estrella de Belén,/ Cómo, besar
la estrella de mis sueños.// Mi carta se llevó la estrella fugaz,/ en ella pido
con profunda devoción,/ pueda depositar
mi beso de amor,/ con sabor y dulzura de la eternidad,/ en tus labios
sensuales carmesí,/ y así, amor mío, se cumpla nuestro sueño. ¡Pero por favor,
que sea en Navidad!”
Ese eterno amor niño que pervive fragoroso, vivaz y travieso, cuya
intensidad atraviesa el tiempo y las distancias que separan a esta emblemática
pareja de amantes, que se remonta a esa iluminada etapa de la primera juventud:
ESTA VIDA NO ALCANZA: “….Es fácil
decir adiós, como decir te quiero,/ difícil creer que no estás, como no está el
día/ dónde estarás, mi primavera sin alegría,/ despreciado frío invierno,
todavía la espero.// ………/ Ibas a dejarnos, a mi corazón y mi alma,/ estrella
fugaz, viajas a gran velocidad,/ así te fuiste, de a luz a la oscuridad,/ no
cantan ya, arroyo ni pájaros, todo es calma.// Fundirme en la tierra, soy
semilla de esperanza, / otra alma, para olvidarte o quererte de nuevo,/ que
para llegar a ti, el cielo o el averno muevo,/ ¡Proclamo!, que para amar, esta
vida no alcanza.”
LA CANCIÓN DE LA UNIDAD. CUÁNTO ANSIAMOS MEJORAR
Uno se pregunta. Cómo andará el anecdotario de la vida de este poeta,
aleccionado de fantásticas y simpáticas, pero inquietantes y maravillosas
reacciones y actitudes ante las circunstancias que le deparan, a diario, el
destino y la vida.
Llama la atención esa larga historia de encuentros y desencuentros,
propios del avatar personal de cada quien y que cada uno maneja de acuerdo a su
capacidad intelectual y sensibilidad.
Y de esa maravillosa mente, nacen enternecedores versos que conminan a
reflexionar, acerca de lo mal que estamos y cuánto ansiamos mejorar.
Apreciemos la excelencia y el resplandor del poema “EL MUNDO AL 2024”, ansia de
bien, candorosa implicancia en el progreso de su inquietud humanitaria,
pregonando el desarrollo comunitario, adorable inspiración la suya, cuando
menciona todo un ideario para crecer : “Ver a mi pueblo y al mundo feliz,/
hombres y mujeres cantan a la paz,/ niños, pintan sus sueños de felicidad,/ la
Madre Tierra se viste de fiesta./ Cantan los mares, junto a sus peces,/ las
nubes se visten de gala, a sus aves/ el cielo infinito le sonríe a la tierra,/
el viento, peina los trigales dorados,/ que mañana serán el pan de cada día,/
que nunca faltará en ninguna mesa./ Los pueblos elevan himnos de libertad,/ no
hay más guerras, desarme total,/ el mundo, canta la canción de unidad,/ la
guerra bacteriológica fue vencida,/ unidos, festejan los mandiles blancos. Se
acabó el racismo, la marginación,/ la discriminación y la explotación,/ las
armas se transformaron en oración,/ en herramientas de trabajo, de estudio./ La
Madre Tierra, florece de nuevo,/ los seres de la tierra, el agua y del aire,/ agradecen al cielo, el divino
milagro,/ ¡Señor!, haz que todo esto, sea realidad,/ que solo despierte para
verlo ¡el 2024!
Poesía redentora. En todo momento exhibe identificación, compasión, inmenso
amor por los seres humanos, empezando por los niños y continuando con las
mujeres y ancianos. Redobla su inspiración al ocuparse de las madres, padres y
maestros. El amor, es su leit motiv y el lar natal y la Patria Grande ocupan un
lugar preferencial.
AL POETA TODO LO HUMANO LE CONCIERNE
Y como para ponerse a tono con la vigencia de nuestra historia universal,
toca ese álgido tema de la guerra en GAZA. Su inquietud planetaria se
traslada. Todo lo humano le concierne. Esta vez, escrito con la integridad de
un maestro, escribe un poema que tiene alcance universal, pues va hasta los
confines de nuestra PATRIA GRANDE, hasta PALESTINA. Y escribe estremecido.
Imbuído de conciencia planetaria, humanística, con palabras conjugadas a sangre
y fuego.
Es la madurez del poeta la que prima, imponiéndose a pesar de la
consternación e impotencia, el horror y el caos de esa terrible realidad.
Decididamente, un combate desigual, con ventaja a ojos vista para Israel. Una
hecatombe se cierne sobre un pueblo indefenso que paga culpas existenciales
injustas e inclementes.
En sus versos emerge la piedad, la misericordia secular y profunda que vive
en el interior de espíritus nobles. Esa proverbial carga energética proviene,
de algún modo, también , del Cosmos Infinito de la Inteligencia Cósmica, cuya
fecundidad y conciencia se reproduce en
ciertas almas privilegiadas, para hacer magisterio frente a los
extraviados y despistados seres humanos.
Qué infamia, el grito de Palestina debería sobrecoger y el mundo rechazar
esta desdicha, esta injusta guerra de lesa humanidad. Que este grito, cuasi
desesperado, en que se constituye el poema no caiga en oídos sordos. Algo se ha
hecho. Manifestar su malestar frente a la masacre. El poeta ha pronunciado un
aullido estremecedor, como para ser oído. Ojalá sirva de émulo para esta
desventurada Humanidad. Para alborear ha escrito el poeta. Para aclarar el
panorama. Para alumbrar sobre tremenda injusticia en la contienda.
APOTEOSIS DEL BESO Y EL ABRAZO. LA DICHA DEL RETORNO
¡AÑO NUEVO! El poeta, sobrecargado de amor en el pecho, el
leit motiv de toda su poética, se luce en este poema que expresa la dicha del
retorno, el júbilo de la reconciliación del invierno y la primavera, el pasado
y el presente , aprisionados y remanentes, sofisticados y antiguos. Versos que
siendo clásicos, apuntan a la vanguardia del corazón. El autor, incendiado de
euforia romántica, escribe obsesionado por la belleza de un romance que pudo
ser pero será, en el infinito espacio de una voluntad y un deseo irrefrenable,
ansioso, apasionado por un reencuentro y un renaciente y eterno amor. Renueva
su oceánica entrega a un amor de adolescencia que no culminó, pero que
permanece fresco y vigoroso. Late, como podemos corroborar, con una fuerza
arrolladora. Una esperanza que no se diluye fácilmente. Por el contrario, surge
abundante, triunfante y enaltecedora: “Otra vez llegamos ansiosos,/ al
puerto fatal de nuestro tiempo,/ donde brillan felices y alegres,/ las
estrellas de la esperanza. // Tus ojos, cristales de ilusión,/ iluminan lo
oscuro del incierto,/ mi corazón, crece en lontananza,/ abriga la distancia,
cruel y fría,/ que separa tus besos y los míos.// ¡No quiero otro
amor!¡Jamás!,/ no quiero nada nuevo, ni mañana,/ ni hoy, que suplanten tus
besos,/ que aún no llegaron a mis labios,/ que sin conocer su virginal
frescura,/ mi boca se desnuda,, en su dulzura.// Se apaga la hoguera de la edad,/ se enciende el nuevo ciclo,/ con
el sol apasionado de tu mirada,/ mis brazos crecen a la distancia,/ tratando de
aprisionar tu sombra,/ que se diluye en lluvia de mil besos.// ¡Oh, amada mía!
Inmensa ternura,/ consuelas esta soledad en agonía,/ será una estrella fugaz,
esta noche, / alegría, felicidad traerá el nuevo día/ ¡Tú y yo! Seremos nuevos
amantes,/ renacerá nuestra estación del amor,/ los trigales cantarán nuestra
canción,/ los arroyos embriagados de pasión,/ soltarán los vientos, ágiles
heraldos,/ que dirán al mundo de nuestra unión .// Porque tú y yo, hemos
decidido,/ la eternidad de nuestro intenso amor,/ así pasen cada día los años eternos,/ siempre seremos
tú y yo, ¡siempre!/ Con lluvia de lágrimas de dicha,/ abrazados al infinito,
diremos/ ¡Felicidades amor, es Año Nuevo!
INMENSIDAD INCONMENSURABLE DE SU PERSISTENTE Y EXULTANTE AMOR
ELEGÍA AL AMOR PERDIDO. La noche cayó para el poeta y las estrellas negaron
su hechizo, pero al poeta le llegó la luz. Cerró el telón sus cortinas dejando
al amor ausente y vacío el corazón. Qué hacer ante tragedia tal. Distanciados
por manos sin piedad. Miles de kilómetros separan nuestros sueños, pronuncia
desquiciado y desvalido el autor. La inspiración en cambio, inundó su mente con
abundante exultación, refugiándose en la calidez de sus versos y la inmensidad
inconmensurable de su persistente amor.
AL AMOR DE UN POETA NO LO DERROTA NADIE. ES INDESTRUCTIBLE, PUES NACIÓ
DIÁFAMO E INFINITO
MI ALMA SUSURRA AL CIELO. Se trata de un amor que nació cuando eran niños y
luego adolescentes. Ellos eran tal para cual. Se amaron tanto que lo diseñaron
eterno. Por eso pervive en el tiempo. Un primer amor cuando él y ella eran muchachitos.
Pero el destino fatal, una sociedad ciega, cruel e intolerante, se la arrebató
de una manera asaz dolorosa. La enviaron lejos, para que nunca más puedan
comunicarse.
“Así ocurrió y quedó para siempre en mi corazón y
en los amargos recuerdos. Nos conocimos, ella de 12 años y yo de 13 y nos
separaron: ella de 18 y yo de 19. Primer amor con raíces muy profundas y
regadas entre la adolescencia y la juventud. Ni modo. Así es la vida”
Pero al amor de un poeta no lo derrota nadie. Es indestructible. Imposible
amedrentarlo o extirpar de su corazón lo que nació diáfano e infinito. He aquí
el Soneto de Amor: “Mi alma susurra al cielo/ se queja el tiempo cuando te/
recuerdo,/ porque insisto en verte cada/ momento,/ en la distancia, más cerca
te siento,/ nuestras almas ya tienen un acuerdo.// Ellas cantan cuando estamos/
dormidos,/ lloran dolientes, si no las sentimos,/ temen yacer sueños que/
concebimos./ Distancia y tiempo nos quieren,/ ¡hundidos!// ¡Nunca! Dejaré de
amarte un instante,/ mi alma susurra al cielo,/ cuánto te/ amo,/ mi corazón
siempre, será constante.// Porque en soledad como ésta, te/ llamo,/ en la
noche, se convierte en mi / amante,/ y mi alma te susurra, ¡Cuánto te amo!”
Es la historia de siempre, los prejuicios y las vallas que interpone una
sociedad pacata, cuya absurda intolerancia es notoria e inadmisible. Pero el poeta vence, a través del tiempo, con
su egregia poesía, de esencial entereza y alto valor humano. Con su poesía,
realmente está salvando al mundo, por la pedagogía de su vida, el coraje y
valentía ante las dificultades y escollos que nunca faltan y él las enfrentó
con gran temple y firmeza.
OPTIMISMO CÓSMICO. TROCAR TRISTEZAS EN ALBRICIAS Y EXPLOSIONES DE FELICIDAD
¡ABRÁZAME FUERTE MI AMOR !!!: Al fragor de un amor infinito,
impenetrable y absoluto, el poeta involucra, esperanzado e intenso, alberga y
abarca al sol, al viento, al arroyo y a las doradas mieses. Tanta fuerza
imprime en ese sentimiento amoroso, que pletórica su alma, la colma de un
optimismo cósmico y se eleva por encima de valles y montañas y al mismo tiempo
su voz, entrelazada a los labios de la amada, asciende, acuna y sella besos que
arrullan y acarician, labios felices de trocar tristezas en albricias y explosiones
de felicidad. Qué fácil es descubrir para el poeta el oasis de la felicidad,
que en el poema estriba en la voz susurrante o cantarina al oído de su musa y
beber el agua encantada de sus labios, instaurando besos que lo encaminan hacia
el éxtasis. Con este asequible y placentero, diseñando un triunvirato del amor,
el autor nos conduce gozoso hacia la luz y el deslumbramiento. Tal es el
encanto de su magia poética.
EL ARTE QUE LO ARROBA, PRODUCE LA CATARSIS
FATAL ESPERA : Poema que rezuma un riguroso combate con la
distancia y el tiempo. La soledad asoma sus tentáculos, pero se enfrenta a la
obstinación del amor. No obstante, puede ser dulce el amor , pero también
impone ciertas amarguras que a veces lo hacen distante, duro e indiferente, y
el amante, entonces, acude al arte que lo arroba y, de inmediato, se produce la
catarsis.
FATAL ESPERA rememora el Mito de Sísifo. El eterno ascender con la roca
del amor y el eterno caer, por la indiferencia, desamparo y el desamor. La
inútil espera ante la No Correspondencia.
REGISTRAN DIFERENTES TONALIDADES Y DECIBELES EMOCIONALES
GITANA: Sin llegar a ser lujurioso, con una despampanante sutileza, el poeta nos
invita a un insinuante y pletórico baño de sensualidad oral, al abundar en la
gozosa y placentera experiencia del beso, el amor sensual expresado en la
experiencia de los labios.
Un romance, en suma, una historia de amor a primera vista, al primer
instante de las miradas. Una explosión poética de atracción fatal por una
fulgurante mujer apasionada y su exótica profesión, donde la tenue suavidad de
manos y dedos, mirada penetrante y dulce timbre de voz, disponen de una
predisposición tan delirante y emotiva, en los asuntos del ensueño y la
ilusión, que capturan para siempre al autor del poema y sus lectores,
catapultando automáticamente al poeta a la posteridad.
ILUMINAR LAS MENTES DE LOS DEMÁS
DÉJAME SOÑAR: Escuchando este poema, grabado en las redes
sociales, uno llega a la conclusión, que es una pieza fantástica, plena de
esperanzas, bendecida con lluvias, semillas y frutos. Llama la atención la
embriagadora voz del poeta, la cual adquiere una dulzura inédita, al caudal de
emoción poética. Versos exquisitos, ahítos de amor y abrumadoras ansias,
envueltas en volutas de romance, explícito amor sensual y deseo.
Jamás alguien ha donado un beso, tan repleto de infinito calor, desbordando
placer, al tener en sus brazos a su musa, la walkiria adorada. Pacífico remanso
de dulzura. Canto rumoroso al Amor Soñado. Sutil ventura. De su añorado linaje
se ha enamorado una doncella y feliz el veterano amante vela la belleza
capturada y jubiloso asciende hasta cielos de infinito azul. Ante amor tan
intenso surge perdurable estela que oscila, ya incandescente y tenso ante un
posible e inminente abrazo primordial.
Ascender a los poemas de Benítez Buais, es ingresar a un mundo cálido, un
universo donde las emociones de diversa índole, registran diferentes decibeles
y tonalidades emocionales.
El poeta es tan sincero, franco u espontáneo que logra introducirse en
mentes y corazones, afiatando sus mensajes y significantes. Revalidando sus
sentimientos, a tono con los temas que toca. Al día, actualizado con lo que
sucede en el mundo, para José Antonio, nada le es ajeno. Por eso escribe,
fustigando todo tipo de injusticias y mezquindad de naciones y entidades
poderosas, que insisten a toda costa, en soliviantar nuestras reacciones a
favor de los desposeídos, los niños, mujeres y ancianos: ¡Bendita misión de los
escritores y poetas de su estirpe!
TÚ ERES MI PRIMAVERA : Rebosante de elán vital, José Antonio, ostenta iluminada inspiración solar. Poema
que posee la misma jerarquía de GITANA. En sus versos brotan espontáneas las
mismas ganas de vivir. El poema, de jubilosos espasmos vitales, finaliza el
círculo de un romance, pletórico de pasión y euforia.
PONIENDO REGOCIJO EN SU CORAZÓN, REDOBLE DE UNA SINFÓNICA ALEGRÍA
NIRKHA: Apoteosis de amor paternal a una hija predilecta, cuyo nombre, NIRKHA, o
sea LUZ en otro idioma, puesto con óptica de poesía, marca su destino: Alumbrar
doblemente, la ya luminosa vida, de un
padre que ha hecho del Amor, su credo, su religión, su ruta y su emblema, el
sendero por donde marcha su generosa
existencia.
Para ella, para Nirkha, un amor puro que brilla rutilante, con luz propia,
teniendo en el pecho la insignia y el redoble de una sinfónica alegría,
rebosante de felicidad. A su vida llegó la niña esperada con ansias, la
estrella del contento, la dulzura hecha criatura, quien sería la que pondría
regocijo en su corazón y en sus días para siempre.
SUBLIME ESENCIA DE LA UNIÓN QUE SOLIDARIZA: ANDINOAMÉRICA
CORAZÓN DE LA PATRIA GRANDE: Vibra en este poema intenso, ese corazón
gigante, que alturado y esperanzador, canta alborozado lo que su mente
profetiza, la concretización reveladora de una Patria Grande y poderosa,
afincada en la resolución decidida de todos sus hijos. Tú, José Antonio, hijo
predilecto de TARIJA-BOLIVIA, envalentonado y robustecido, por ese amor
fortísimo que sientes por la tierra, adelantado en las artes que reverencian la
sublime esencia del amor, has entendido
las urgencias de la unión que solidariza.
Solidaridad, unión y comprensión de nuestros pueblos, llamados a conformar
la PATRIA GRANDE, afincada en la resolución decidida de todos sus hijos. Qué
perspicacia e intuición. Qué palabras tan premonitorias de algo maravilloso que
sucedió y volverá a suceder: La instauración de la Patria Grande, la Patria
Morena, o mejor dicho la PATRIA ANDINA. Por eso algún día se llamará
ANDINOAMÉRICA.
EL AMOR ALCANZA SU PLENITUD. INUNDA DE JÚBILO LA PRADERA
JUVENTUD: Casi una arenga a los jóvenes, los cuales se
caracterizan, casi siempre por su generosidad. Ínclita proclama, lanzada a los
cuatro vientos, de un estremecido y oceánico amor a sus semejantes y a la
Patria.
JUVENTUD, ETERNA PRIMAVERA: En este poema el autor entroniza, su
propia y restallante exaltación por todo lo noble y bello de la vida: Niñez, juventud y
todo tipo de existencias que renacen cada ciclo. Y canta con jolgorio,
insuflado de emoción y brío, a las flores, las plantas, la luna, el sol y las
estrellas. La juventud, signo de energía, crecimiento y vigor, primavera en
flor. Renace el verdor y el cielo se despeja. Renace la tierra y la vegetación
inunda de júbilo la pradera. Festejos, celebración de la vida por el amor que
se manifiesta en la naturaleza y en los seres humanos. El amor alcanza su
plenitud.
UNA INFINITA PORCIÓN DE SU CORAZÓN
LA ÚLTIMA COPA: No es que huela a despedida. Es una licencia del
autor para manifestar la enorme capacidad de poetizar un desprenderse.
Un alarde de emancipación. Un deseo intenso de liberar esos profundos
sentimientos de amor hacia todas las personas que transitan por la vida. Ya sea
que se queden o desaparezcan, la sensibilidad del poeta las considera a todas,
por las huellas emocionales impresas en el alma del poeta. Afán
de trascender y entregar con magnanimidad, una infinita porción de su corazón.
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