OBSTINADA EN HURGAR PRODIGIOSOS ENIGMAS
Por LUIS ALBITRES MENDO
“Los changos, pescadores
prehistóricos del litoral de Arequipa fueron los primitivos habitantes de los
valles de Ocoña, Camaná y Quillca y demás costas sur peruanas”
José Morante Maldonado
CANTAR DE CHANGOS
Saludamos efusivamente el
lanzamiento del nuevo poemario de la notable poeta nacional SOLEDAD MALDONADO
ZEDANO, nacida en Arequipa, publicado bajo el sello de La Manzana Mordida Nº 120, revista
literaria dirigida por el reconocido poeta CARLOS ZÚÑIGA SEGURA.
SOLEDAD MALDONADO
ZEDANO: Poeta, crítica literaria y ensayista. Ha publicado los
siguientes libros de poesía: El lugar de la esperanza (2 ediciones), Salmo por
las mujeres de mi Patria, Camisa de fuerza, Testigo de cargo, La piel violada
de América (quechua-español), y, Polvo de Luna (francés-español). Ejerce la
crítica literaria y de arte, es ensayista, ha realizado estudios literarios
regionales y peruanos. Es autora de los estudios: El contenido social de la
Literatura Infantil Peruana, y, Evolución de la Poesía Infantil Peruana. Es
Presidenta de la Casa Nacional del Poeta – Filial Arequipa, Presidenta
Honoraria de la APLIJ Nacional, Promotora y Gestora Cultural, Past Decana de la
Facultad de Filosofía y Humanidades, Catedrática de la Escuela Profesional de
Literatura y Lingüística. Fue Directora del Centro Cultural de la UNSA, además
dirigió y promocionó la Sala de Cultura y Galería de Artes “César Atahualpa
Rodríguez” del Centro de Idiomas de la Universidad Nacional de San Agustín de
Arequipa.
AREQUIPA, como CUSCO, CAJAMARCA, el PERÚ entero y toda ANDINOAMÉRICA es un
lugar místico, sacro por excelencia. Por eso sus poetas, casi en trance, se
inspiran en sus raíces ancestrales y crean poemas como quien cincela obras de
orfebrería, esculpiendo con la finura y delicadeza de quien está tallando una
escultura para la eternidad, en pleno risco a roca viva o en un escarpado
acantilado, frente al mar, desde donde se otea la grandiosidad del océano y sus
misteriosas e inmensas profundidades.
KAY PACHAPI PAQARIMOQ = NACIDA
EN ESTE MUNDO
“Los
changos son una etnia predecesora a las culturas que posteriormente serán: nazcas,
paracas, collas, puquinas, incas; en un orden de evolución en el tiempo. El
chango es el poblador primitivo de la zona sur del Perú”
Soledad Maldonado Zedano
SUEÑO, EN PROSAPIA POÉTICA, DESATADO
CANTAR DE CHANGOS
Trashumante travesía poética por
intrincados retazos cósmicos de fragorosa especie. Prehistórica, antiquísima,
flora, fauna, cielo, mar, montaña. Frecuentando riscos tutelares, imantada para
siempre por hondonadas amables. Fecunda Pachamama e hijos creadores, capaces de
inspirar a una mente poderosa, obstinada en hurgar prodigiosos enigmas.
I.
Kay
Pachapi
Desparramando versos de estirpe
poética sumamente alturada, la poeta nos conduce hacia predios, mitad reales,
mitad oníricos (“Paraíso de piedra o limada soledad sepultados/ en la terrosa
médula de estas voces ajenas./…/ Ni oigo las pétreas wífalas fugadas de los
churales”)
CRONOLOGÍA DEL RITO ESTREMECIDO
II.
Quillcapampa
Estilizada descripción de costumbres
ancestrales como la caza y la pesca, en base a flechas o redes (“Alunada de
noche alumbró a hurtadillas/ hordas de protohombres.// …dardos/ fogonazo
antiquísimo/ inmolando el dorso del huanaco/ y en la dureza memoriosa de las
conchas/ las atarrayas preñadas de peces constelados.// Quillcapampa Santuario entre las ocres
ancas/ coloreadas de ciervos acezantes/ agitada costilla del barro americano”)
POR AIRES Y RESQUICIOS
III.
Quillca
El yo poético de la autora,
privilegiada transeúnte, desplazándose a su libre albedrío, por antiguas
trochas, ancladas para siempre, en zonas inaccesibles donde solo llegan las
aves, por sus alas y sus crías, sin respuesta alguna, en salobres arrecifes que
atraen empecinadas por sus riesgos y quimeras. Entonces la muerte ingresa y
arrasa, sin miedo, poblaciones enteras.
LA PIEDRA, EL AMOR Y LA MAR
IV.
Quillasca
Petrificados murallones absortos
pero luego satisfechos dan la bienvenida a la eternidad del mar. Y la voz
poética, resueltamente calmada más siempre inquieta, indaga sobre roquedales y
empinados farallones, disfrutando la delicia de las olas a la hora de
inspirarse y meditar, pues es una fruición leer cómo se regocija con la
abundancia de los cromatismos aurorales o crepusculares, avivando el placer de
vivir: (“… devolviendo el cielo al agua en que muere/ y nace la dicha de la
vida.// Tripulada en sus sueños perdía la quietud al mediodía/ transformada en
canoa su dilatada roca/ y pintada de risas cruzaba la caleta/ frotando al
viento cálido el canto de los niños.// Solo ella sabía del tiempo inagotable/
de esas manos de arena en su espalda granítica/ bañándola de siglos/ ovillando
en sus celdas la ñusta luminosa/ que la gente en penumbras creía divisar/
esperando al guerrero que partió sin retorno.// Por esto una obscura madrugada/
se acercó el cielo a la tierra y entre centellas y truenos/ quebró el lomo de
los montes para amar a la q’oya/ y modelar la caleta/ que guarde celosamente a
la sufriente Amanate.// Así seguirá inmóvil, congelada, desprendida/ del gran
abrazo cósmico desde donde arribó/ Quillasca/ Asteroide esculpido en los
acantilados”)
V.
Quellcasupay
( Libro de piedra y de sol )
Todo un inventario del talento de los changos: Serpiente bicéfala reveladora
de enigmas, las cuales adornaron con perlas de obsidiana y las gargantas
repujadas, como observan los versos (“fluyendo petroglifos desde Quillca y
Arantas// ¡Oh!, las colinas de Quillcapampa”)
Después de guerras e invasiones se asentaban tiempos de paz y los guerreros
convertíanse en agricultores y alfareros (“dulcificando el vientre de arenales
y dunas/ con la bondad del camote, algodón, lúcuma/ y los frijoles ululando en
los ceramios/ mágica hoguera del barro hecho piedra/ sobre las q’onchas
calcinadas/ Sagrada liturgia de los Ayllus// Quellcasupay oráculo/ entre el
camino infinito/ del mar hasta las sierras”)
VI.
En el Exilio, es turbada libélula la Nostalgia
Otra vez el yo poético de Soledad
retorna a inaugurar su retozo cósmico. Y nos deleita con versos memorables,
plenos de una poética poco común, entronizados en una rara intuición. Seguramente
Vallejo y todos los emigrantes, sentirán parecida perturbación lejos de su
patria, su tierra y su familia. Soledad medita (“Es la nostalgia turbada
libélula zumbando la testa del exilio/ (…) / y es remoto el recuerdo/ La
distancia deshoja la flor de su aflicción/ pero sus pétalos vuelan besando este
abandono”)
VII.
Ese
chango confuso atisbando dentro de mi
El sinsabor y la zozobra de la
violencia arrasaba también por igual estas comarcas (“Nazcas, aymaras, waris,
changos, sentaron artes y guerras/ Asimismo Inca Roca/ Brotaba furtivamente del
abdomen de los cerros/ para embarcar en sus balsas/ Y en la Colonia arribaron
por mi caleta de Quillca/ los negros del Senegal/ y afirman abochornados que
también en esos tiempos/ llegó una plaga de ratas -las primeras del Perú-/ Por
este muelle zarpaban peruanos y realistas/ y además partió La Serna cancelando
el Coloniaje/ Después el célebre Huáscar anclaba en esas aguas/ reparando su
coraza protegido entre las peñas.//
Extiendo sobre mi piel/ dentro y más allá de mi/ la mar de sus arenas./
Y siento que soy de ahí.// (…) / Ese chango confuso atisbando dentro de mi/ me
viene pausadamente desde el fondo de la historia.//)
IMPULSADA POR EL FRAGOR DE LA FUERZA ÉTNICA
Con júbilo nos enteramos de esta nueva publicación de Soledad Maldonado
Zedano. Me enaltece ya que grandes son los lazos amicales que nos unen.
Imaginamos a Soledad, invirtiendo su tiempo, inmersa en una exhaustiva
investigación previa, de libros antiguos, ya que el diseño prospectivo de este
poemario partía desde la perspectiva de historias, leyendas y por supuesto
también teniendo en cuenta al imaginario popular, cuyo remanente es muy
importante en la memoria colectiva.
Inspirada en las raíces, la prehistoria, los inicios previos a la Historia,
en este poemario hay un desbordante apego a la tierra, al espacio ganado por
los nuestros y la identificación con nuestra gente primigenia.
La autora exalta el gesto heroico del pueblo aborigen, impulsada por el
fragor de la fuerza étnica, que a través del tiempo, presenta resistencia a
diluirse y morir y en un acto digno de admirar, sobrevive a tantos intentos de
abolirla y desaparecerla.
A pesar del tiempo y todas las inclemencias y desdichas humanas, que la
Historia ya ha recogido de algún modo. Pero, desafortunadamente, continúan las
desidias de los dirigentes de toda laya que no hacen ni hicieron nada por
preservarla.
Ante esa falencia, Soledad Maldonado opone su inteligente, terco y lúcido
reclamo y hace de su poesía una franca resistencia: Enorgullecernos de lo
nuestro, de nuestros orígenes. Para recuperar nuestra memoria histórica. Para
que las nuevas generaciones también lo sepan. Para que nadie lo olvide.
Y más bien, poner todas estas verdades a buen recaudo, en el coraón y
mentes de nuestros niños y jóvenes, doblegando al racismo y clasismo, otrora
dominantes, pero a los cuales aún no se les ha cortado las cabezas.
INSTINTO
EMOCIONAL Y POÉTICO DE GRATO LINAJE
“CANTO DE CHANGOS”: Aquí hay instinto emocional y poético: La piel
cobriza, la sangre nativa, los aromas del mar, los colores de la arena, los
paisajes, valles y horizontes, la prehistoria y el largo bagaje de la Historia.
Todos estos elementos presentes en los poemas, imponen un sello, en pos de una
marca indeleble y personificada.
SOLEDAD, pionera en estas lides, con un estilo eminentemente original,
avanza hacia estratos poéticos de grato linaje peruanísimo: El genuino color
broncíneo de la piel, la sangre autóctona, el abundante cabello negro, señal
inequívoca de vitalidad, son otras tantas perlas ancestrales. Motivos más que
suficientes para sentir un soberbio contento de pertenencia.
Este poemario nos lleva a atisbar tiempos adánicos, donde reverberaban
manifestaciones de sincera humanidad en expansión edénica, la solidaridad no
desapareció nunca pese a las guerras. Pero ante la sobrevivencia surgían
expulsiones de los paraísos creados (huertos y chacras) y las invasiones no se
hacían esperar. Ante eso solo cabía la unión, la defensa y la construcción de
mundos nuevos.
A fuerza de pugnas y avances sorpresivos, la Historia se ha ido
desplazando. Por eso, afianzando el orgullo de lo nuestro, de nuestra raza, lo
que la Historia nos va enseñando, no debemos olvidar jamás.
CREADORA
DE UNA SONATA EXUBERANTE
Inexorablemente “Canto de Changos” expresa un vigoroso aferramiento a la
tierra y a su gente. Dejémonos llevar por la magia de esta musicalidad poética,
afianzada por el eximio trabajo literario de su autora, verso a verso, logrando
presentarnos una sonata exuberante, donde son revalorados, además del hombre de
esos lares, su epopeya marina en aquellos remotos tiempos y su creatividad y
actividad agrícola en valles y zonas donde creó y cultivó auténticos edenes
para construir la felicidad de su prole.
Desde entonces empezó el milagro del Perú al mundo. Por el sudor y el
esfuerzo de estos hombres prehistóricos nuestros primeros peruanos pudieron
realizar genuinas gestas, teniendo en cuenta las andenerías, los canales de
irrigación en superficie y subterráneas y toda la gama de frutos domesticados, del
cual hoy en día la humanidad goza y usufructúa, para no hablar sino de unos
cuantos: camotes, papas, maíz, quinua, kiwicha, tarwi, pallares, ocas, ollucos,
chirimoyas, capulíes, etc.
Envalentonados, orgullosos, los ANDINOAMERICANOS, por esta bien planteada y
brillante lección, gracias al ojo avizor de la poeta Soledad Maldonado Zedano,
asistimos victoriosos ante tal batalla ganada. Es un triunfo previsto y
aclamado. Nunca más al vasallaje físico y mental!!!
Muchas felicidades a la poeta, Soledad Maldonado Zedano, por su obra. Gracias por inspirar a las nuevas generaciones a escribir y a no olvidar nuestras raíces ancestrales.
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