MARGARITA
RODRÍGUEZ PALMA ( 1 )
BALADADEL AMOR, INEXTINGUIBLE BÚSQUEDA
Por
LUIS ALBITRES MENDO
“EL HOMBRE, LA LUNA Y SU LUCERO”, es el sugerente título del poemario que
acabo de leer. La autora, MARGARITA RODRÍGUEZ PALMA, destacada
poeta chilena, gestora cultural y fundadora de ODISEA DE LAS ARTES, es vice
presidenta para Chile de UMECEP (Unión Mundial de Escritores por la Cultura, la
Ecología y la Paz),
Además, también es Embajadora
Cultural de Chile, Miembro del Círculo de Escritores de Peñaflor (Santiago de
Chile); miembro del Colectivo Área Literaria de la SECH (Sociedad de Escritores
de Chile), Ha publicado 15 libros hasta la actualidad y participado en muchas
antologías, tanto en su país como en el extranjero.
LA
PLENITUD DE UN ESPÍRITU ROMÁNTICO
“El Hombre, la Luna y su Lucero”, avasallante título de un poemario, que de
arranque define el cariz de su contenido: La plenitud de un espíritu romántico.
De paso nos revela el ángel y la empatía de Margarita, la autora, que se
centran en sus bellos ojos, con cuya mirada hechiza instantáneamente a todos
los que llegamos a conocerla.
Marcela Royo
Lira advierte en el prólogo “De gran belleza lírica, cada
poema nos invita a contemplar el mundo con otros ojos, ella descubre belleza donde
la mayoría no la vemos, en una hoja, un ave, una flor, el rostro de un
sufriente. La poeta tiene su propia voz para encantarnos y llevarnos a su
propio yo interno”
En el Capítulo titulado ZONA LÍRICA: El poema El hombre, la
luna y su lucero, en pocos versos, realiza un trazado irreversible del
destino del hombre, inmolarse por ideales, luchar y sacrificarse por sus
sueños.
DESCORAZONADA
POR LA INCONSTANCIA DEL AMOR
TODAVÍA SOY: Descorazonada,
desgarrada intencionalidad, personalizada en los devaneos que agrietan las
esperanzas y los sueños, el terrible peso de la inconstancia y la
inconsistencia del amor.
La ausencia de la perennidad del
amor deseado : “…silente de orfandad/ me abrazo a tu aliento/ en la verdad
de una mirada,/ bajo raídas telas, remos rotos/ y urbes estremecidas./ …//
Todavía soy…/ Búscame en el silencio de la lluvia, / en el clamor del lucero/
contando las cicatrices de la luna,/ en la letanía del rocío/ donde todo estaba
y no estaba,/ en los maduros sueños/ que desabrigados doblan la esquina”
Continúa en ALLÍ ESTARÉ A LA
HORA DEL REGRESO, ahíta de un amor intenso, desbordado: “Quiero vivir,
quiero soñar,/ zambullida en el espacio/ de tus metáforas./ …/ como pródigas
gavillas/ que me envuelven/ en la plegaria
de los ecos,/ en el aliento de un suspiro”
Abre todas las válvulas de su
amor filial a su madre, entregándole, plena de ternura, toda la excelsitud de
su estremecido canto en su honor.
TODA
LA EXCELSITUD DE SU ESTREMECIDO CANTO
CONSTELACIONES
ROSADAS, se constituye en uno de sus mejores poemas. Aquí intenta
darnos a conocer la intimidad de sus anhelos, el fragor de sus luchas, ya sin
su madre, y su infinito afán de volver a contemplarla: “Mientras mis soles se bañan/ en la luz
cierta de tu mirada,/ te busco, madre,/ con mis ojos de niña/ mordiendo mis
otoños/ y sé que adivinas en ellos/ mi sed de mañanas junto a ti.// Tu
expresión sublime,/ con músculos de acero,/ ha fraguado y perfumado/ los
cimientos de la arcilla,/ donde mora este espíritu/ en tránsito/ y en las
constelaciones rosadas/ de tu regazo/ sabes que soy infinita con tan solo/
tenerte a mi lado”
MIENTRAS
REFULGEN LOS AFECTOS MÁS PUROS, AÚN AGUARDO POR ESE ABRAZO
Un aleteo lírico impregnado de
aire marino, inscribe retazos de orillas, mar y recuerdos que aún no se diluyen
en este poema descriptivo de atardeceres y remembranzas entrañables, mientras refulgen los afectos
más puros, el amor a la madre ausente:
CON MI SOMBRERO
DE CRETONA: (“Aún aguardo por ese abrazo/ que relampaguea constelaciones,/ aún
escribo tu nombre/ en el libre albedrío de la brisa/ y su secreto más inocuo,/
buscando ignotos versos”)
DONDE
EL OTOÑO DESPLIEGA SU BRONCE
Ya sea en EL INFINITO Y LA NADA o en TODO ES AYER, HOY Y MAÑANA, Margarita
Rodríguez, reverdece un espíritu poético inquietante que abarca la totalidad,
para trasladarse con los vientos hacia una luna azul o a un otoño dorado,
filosofando de paso sobre el origen y persistencia de los dolores
existenciales, el terror a lo diferente y el retorno de la vida después de la
muerte (“…/ en la magia de las estaciones/ que retornan sin cesar./ en ese
nido suspendido/ en los gajos de la higuera,/ en el árbol indemne/ y el deseo
en sus ramas,/ sin hojas qué mecer.”
ES
TAN IMPOSTERGABLE SOÑAR
Siendo el título de un poema
breve, se instala como todo un lema, una consigna o una frase adalid, que
programa una vida. Es tan importante este verso, que hace recordar las célebres
frases consigna que se leyeron en París con motivo de la primavera cultural y
revolucionaria que lideraron los estudiantes universitarios en París del
68. No obstante, acoge con sencillez,
toda la gama vital de una existencia: (“acunando sus latidos,/ en el rosario
de la mañana,,/ en el poema de una vida”)
Y escribiendo con este estilo tan
personal y apasionado, FÁBULA DE RELOJES, no escapa de su creativo
recuento fantasioso, fantasmagórico, pero plantado en la realidad de una pareja
amada, que rige siempre la vorágine de sus delirios y vuelos: (“Escribo en un retazo/ de
silencio/ …/ con una mirada añeja/ en la frescura de la flor.// Escribo en la
soledad/ de un claro manantial,/ …/ a la sed de cada beso,/ a las manos
prodigiosas/ del rostro aguerrido,/ sumergido en un abanico de recuerdos,/ en
el juicio de sus ojos”)
INFINITA
COMPLICIDAD, SEDUCIENDO AL UNIVERSO
A merced de empalmes hacia
recuerdos disímiles, la autora retoza , entre el VERSO OLVIDADO, “en su
agreste paisaje” y ENGRANAJE SIDERAL , retomando el transparente y constante ejemplo
que nos conceden todas las criaturas de las constelaciones celestes y que nos
conectan con su ilimitada canción (“Nunca deja de sorprenderme/ …/ la
augusta calma/ del astro rey/ y su espera milenaria.// Nunca deja de
sorprenderme/ la extensa caricia del cometa azul/ en el mapa de la ausencia,/
el nido fiel que le canta/ a la foresta,/ la ventura plena de las hormigas/
batiendo sus tambores,/ …/ para encender la hoguera,/ la luna danzarina/ sobre
nuestros cuerpos amantes”
Incógnitas y enigmas son resueltos en poemas sencillos pero que atrapan con
sensatez poética en escarceos estéticos que prolongan y propagan reflexiones
trascendentes.: MIENTRAS, ME PREGUNTO
(“¿Habrá un espacio/ para los dos/ en esta mesa servida/ que cubre de
abundancia/ el mediodía?/ ¿Estaremos estampados/ en ese prolongado retrato/
donde acontece el verano? ¿Llegaremos al invierno/mimetizados con la sabiduría/
del otoño?”)
En este mismo sentido y
ambientación continúan DISPLICENCIA INFINITA, SE VISTE DE FIESTA, relacionando también
los versos con escenas cotidianas o
visiones de la vida diaria. Pero siempre prevalece una poesía existencial.
Poesía de fondo visible, , poesía preñada de intensidad intelectual, donde
pululan raciocinios y reflexiones de una hondura especial.
CATÁRTICA
POIESIS DE LO FRUSTRANTE, EN ESE FUEGO INDEFINIDO
Espacios intangibles de la pareja o del yo interior. En sus pesares, ansias
y anhelos, brota la catarsis frente a decepciones o frustración (ATARDECER).
Pero, por encima de todo, emerge victorioso el amor, surge la esperanza: ¿DÓNDE,
SIN MI, REFUGIAS TU SOLEDAD?: (En ese interminable canto/ de lo que pudo ser y
no fue,/ …// En ese fuego indefinido/ que pide piedad y aleluya,/ en ese latido
paciente/ que sentencioso/ repite mi nombre,/ en esa piedra sin pupilas/
agazapada tras la puerta,/ que me vio llorar,/ que te vio marchar,/ que te hace
cómplice/ de tus mentiras piadosas.// …/ En esa incógnita profunda/ …/ que nos
privó de su fruto/ donde vuelve el viejo dolor”
BALADA
HISTRIÓNICA Y DELIRANTE
Fragor de una ironía hecha poema (SU
BESO), la ilusión de un romance que perdura, atrapado a través de
reveladoras transcripciones de tiempos, percances y alrededores, que solo
Margarita Rodríguez Palma, poeta insigne, descubre, y selecciona de acuerdo a
su refinado gusto.
INSACIABLE
ANHELO DE UNA MIRADA
TRILOGÍA: Una singular remembranza, con
sabor a embeleso, le sirve a la poeta para escribir un poema más. Le da inicio
con su trilogía favorita (“Un café, mi viejo poemario/ y su recuerdo, / la
trilogía perfecta/ para la añoranza/ de ese beso enamorado/ …/ de ese amor
primero/ que en horas de quietud,/ de desvelo,/ aún retoza en el alma”)
TE MARCHAS, revisión
e informe de una infortunada aunque indeclinable despedida. Una vez más, la
poeta se luce con descripciones magistrales : EL OTOÑO CUELGA SU BRONCE (“Delirante de
formas,/ …/ en indomables pentagramas,/ estrechando la mano aguerrida/ matizada
de atardeceres,/ en la rebelde consonancia/ de la palmera en el desierto”)
NO ESPERES MÁS, retahíla
de certezas anteriores, empecinadas en retardar su retirada inminente e
irrevocable ( Continuará...)
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