lunes, 10 de octubre de 2022

FRANSILES GALLARDO Y "AGUAS ARRIBA" ( nº 2 ): EXPLORAR EL VÉRTIGO DE LA VIDA Y EL AMOR. Por Luis Albitres Mendo

 

AGUAS ARRIBA , novela de FRANSILES GALLARDO( Nª 2 )



EXPLORAR EL VÉRTIGO DE LA VIDA Y EL AMOR

Por LUIS ALBITRES MENDO

EL SENTIDO DEL HUMOR, QUE LO REFRESCA TODO

Entusiasmado con la lectura de este bello libro, por relucir la frondosa fonética y lingüística típicamente extendidas en el campo cajamarquino, en este caso, en Magdalena.

Inspirado en la forma motosa como manejan el idioma nuestros campesinos, el autor transcribe un lenguaje casi onomatopéyico pero verosímil. Un dialecto de apócopes y simpáticas uniones verbales. Lo más importante, se entienden entre ellos a las mil maravillas y lo usan como quien está inventando un nuevo idioma, conscientes de su ingenio y originalidad.

Sólida narración de realismo rural, social y campesino, escrito con agudeza y pleno conocimiento del lenguaje y sintaxis del habla de su tierra. Presentados con recursos novedosos, que el género narrativo ofrece, logra transmitir las vivencias, percances y momentos felices de una familia sólidamente unida. Su lectura nos invita a arriesgarnos a vivir esta aventura.

Lo he leído con placer y el autor logra contagiarnos su saudade, esa melancolía amorosa por tiempos pasados, época de ingenuidad tan sana, tan auténtica, donde no faltaba la picardía, ni escatimaban deslizar un sabroso humor.

 

FUNDARON UNA ESTIRPE, TODA UNA DINASTÍA

Durante y después de su lectura descubrimos: Contagioso entusiasmo, sorprendente audacia en los caminos y senderos que pueden tomar las diferentes existencias humanas, quienes increíblemente se amoldan a las circunstancias entrelazadas que les tocan, capaces de explorar el vértigo de la vida y el amor.

Bravío intento de niños y jóvenes, sin domesticar, plenos de rebeldías intensas, deseos de cambiar, orientados, no obstante, por unos padres que fundaron una estirpe, toda una dinastía.

UNA FAMILIA Y UN PUEBLO, EN PLENO AUGE Y SUPERACIÓN

Fransiles Gallardo, escritor cajamarquino que nos sumerge en un universo muy cercano a nosotros, a nuestra realidad. Historia de una atmósfera inolvidable, precisamente por la precariedad y el afán de superarse de una familia y un pueblo, enfrascados en sacar a sus hijos adelante, logrando con ello su progreso, aunque en el camino vayan trasvasando desgracias y penurias propias de este mundo, pero inmersos en ese ambiente y paisaje de MAGDALENA, pueblo que detenta feraces tierras, regadas por un río que la fecunda.

 

Instigado por las extremas vicisitudes o los atribulados fracasos de los protagonistas de estos fabulosos relatos de cada uno de los capítulos, uno no para de leerlos, sino hasta el final. Tal es la curiosidad que despiertan o el encanto que encienden y enardecen con su lectura.

Por la inteligencia de sus planteamientos narrativos, el lujo de su rico léxico para llamar las cosas por su nombre, en las pormenorizadas descripciones de circunstancias, sensaciones y sentires.

Además, se nos ofrecen, espléndidos diálogos, ya sean acriollados o eruditos, no sin tocar temas tabú o de reclamo social.

Una novela que no podemos pasar por alto, ya que con este original libro, Fransiles Gallardo ha separado un espacio especial en la actual narrativa peruana contemporánea.

 

PREFERIDO Y PERFECTIBLE: CASTELLANO ANDINO

PALENQUE : ( “rasmillaos mis codos hartazo están y mis rodillas también” ). Cuánto tiempo ha pasado para volver a oir, en este caso leer, esta expresión lingüística tan cajamarquina y que pertenece a nuestra infancia y niñez.

La novela entera es una bitácora, un prontuario de este entrañable idioma, preferido y perfectible. El pueblo, en su infinito afán de sintetizar, ha llegado a crear un lenguaje propio, en base a conocimientos ancestrales o tradicionales.

Encantador sentido del humor. Con un estilo propio de un hijo de Magdalena, la población donde nació el autor, transcribe una particular picardía, característica de cajamarquinos desenfadados e indeclinable afán de enfatizar el típico imaginario lingüístico del cajamarquino rural. Tan igual como lo ya escrito por autores costumbristas andinos, reiterando y acopocando los fraseos y lenguajes populares de sus respectivas regiones.

Prueba de ello, tomemos algunos casos que yo conozco: Elvira Quiroz (Piura), Soledad Maldonado (Arequipa), Sócrates Zuzunaga (Ayacucho), Félix Huamán Cabrera (Canta, Lima), y otros autores peruanos, que se han propuesto, de ese modo, retratar a sus pueblos y sus gentes.

En esta novela destacan diálogos originales, de una dicción y tono tan cajamarquinos, que muy fácilmente podrían compilarse en un dialecto tipo Spanglish (mitad español, mitad inglés) y que ya lo ha intentado en una obra el narrador ancashino Javier Cotillo (Huaráz, 1938), con su castquechua (mitad castellano, mitad quechua). En el caso de Aguas Arriba es pura creación dentro del mismo castellano.

Esos modos de hablar dicen mucho sobre su concepción de la vida, comunican las entrañas de que están hechas sus estructuras mentales, emocionales y lingüísticas.

IMAGINACIÓN ACICATEADA POR SERIALES FÍLMICAS DE SU TIEMPO

Cómo nos lleva directo a “Platero y Yo” este Palenque,  el asno al cual el autor (Fransiles) logró amansar ( “Buenos patas seremos ¿Ya?, Palenque. Yo te voy cuidar buenazo, vas a ver. Mi burro vas a ser ya, ¿Me oíste? Tempranito nomá y antes d’irnos a la Escuela te voy a  traer pa’ que tomes tu agüita; pero te vas a portar bien conmigo, ¿Ya?, mañoso no has de ser, buena gente nomá serás; no nos morderás, ni nos patearás, ni al descuido no has de corcovear, decente serás ya, buen paisa has de ser; nada de malas mañas. Entendido, Palenque? ¡Asì nos gusta!  Tres meses después lo montamos a la carrera, chalaneándolo a pelo, como jinetes de los buenos”

Relato de cómo a sus siete añitos tuvo la experiencia de amansar su propio jumento y la tierna relación que empezó a surgir entre ellos, muy al estilo de “Platero y Yo”.

Con una imaginación, acicateada por las seriales del tiempo en que el autor era niño, el autor abre las puertas a su fantasía infantil donde bullen  los nuevos Quijotes bien montados y exitosos, listos a desfacer entuertos en el pueblo vecino, pero eran tan chiquillos, que la Dulcinea aún no nacía. ¿O sí?

INCERTIDUMBRE DE PALADARES

HORNO: La historia, jocosa en gran parte, de cómo la inquietud de Florcita sugirió la construcción de un horno. Viene luego todo el avalorio de la elaboración del pan, su venta y demás anécdotas, a cual más hilarantes.

CAZADOR DE GALLINAS: Las correteadas del “Cholasho Badulaque”, en pos de “la Chora”, escogida para el almuerzo. Pero en su intento  el “cholo marrajo”casi pisa un pollito.

CALDO : Una vez seleccionada la gallina, el ritual para preparar un suculento caldo. No obstante, queda la incertidumbre de si es mejor “el caldito de cabeza de güisha (carnero)”, o tal vez “su cuycito guisadito, de rechupete”.  Durante toda la noche se ha hecho referencia a las comidas y costumbres alimenticias de estos lares, con tal sabrosura en detalles y descripciones francas que pintan el panorama como en un guión cinematográfico . Agregándole también, la honda emoción que le embarga al autor, justamente, al rememorar asuntos tan teñidos de afectuosos recuerdos.

ESTUDIOSOS: Catártica revisión del diferente destino de los hijos. Y la valiente decisión, aún en contra de las habladurías ajenas, de ser distintos.

Mamá Beca, en ese sentido, se adelantó a su tiempo, enfrentando lo predeterminado para las hijas mujeres. Con esa fuerza de voluntad, se envalentonó como una precursora del feminismo, en su medio. Y sus hijas, al estudiar igual que los varones, se realizaron también desde el punto de vista profesional.

No hay duda,  la inteligencia de la madre y el esfuerzo y apoyo del padre, pusieron los cimientos para la realización plena y el progreso integral de todos sus hijos: hombres y mujeres. ( continuará )       

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario