domingo, 23 de abril de 2023

CRISTHIAN EDGAR MANSILLA TORREJÓN: HECHIZO MAGNÉTICO DE LA LUNA. Por Luis Albitres Mendo

 

CRISTHIAN EDGAR MANSILLA TORREJÓN


 

y su poemario “PLENILUNIO



HECHIZO MAGNÉTICO DE LA LUNA

Por LUIS ALBITRES MENDO

 

ENCENDIDO FULGOR Y EL MATIZ ESPIRITUAL DE SU ESTRO POÉTICO

Con una proyección astral-poética, CRISTHIAN EDGAR MANSILLA TORREJÓN (Tarija, BOLIVIA, 30 de julio de 1980), expande su poiesis ensimismado y grandioso, enfrascado en la prístina inspiración que le dicta la sagrada convicción que la luna, es una más de las prodigiosas criaturas que exaltan la Gloria del CREADOR. Su luz es fiel reflejo del sol, estrella que refulge, expresando la grandeza y omnipotencia del ALTÍSIMO.

Poemas que acceden a estratos inaccesibles a simple vista. Exploran predios y paisajes desconocidos y ocultos, del equinoccio lunar. Parece que el poeta ingresa con suma facilidad a zonas inaccesibles.

De la nívea luz enamorado, enardecido admirador de la Luna, como réplica estelar, criatura predilecta de la PROVIDENCIA, el poeta esplende iluminado, transformando a favor de la poesía, versos que tejen vivencias de rutilante resonancia espiritual y sensualidad poética.

En suma, relevante alabanza a DIOS en sus criaturas, que proclaman la excelencia de la Creación. Poemas que disponen de una chispa poética resplandeciente, convirtiéndose fácilmente en plegarias y acción de gracias. Una formidable manera de elevación mística y un convincente vínculo con  la DIVINIDAD.vigorosa la Omnipotencia de DIOS. He ahí su trascendencia y vigencia.

 

CRISTHIAN EDGAR MANSILLA TORREJÓN, realizó estudios en el Colegio LA SALLE. He allí la razón de su profunda adhesión a lo espiritual. Culminó sus estudios universitarios en la “Universidad Católica Boliviana SAN PABLO” de COCHABAMBA Y TARIJA. Es abogado libre  especializado en Derecho Notarial y Derecho Agrario.

Su inclinación por las letras y la poesía las descubre a temprana edad por influencia de sus abuelos maternos Don EDMUNDO TORREJÓN CARDOSO, reconocido poeta tarijeño, y de Doña MARÍA JURADO DE TORREJÓN, maestra de literatura.

Publicó sus poemas en Revistas Culturales y es autor de los libros publicados FLUIR y PLENILUNIO. FULGORES DEL SILENCIO, es aún inédito. Los tres en Poesía. Actualmente es miembro de la UNIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE TARIJA-BOLIVIA.

CON LA DULZURA DE SU VOZ POÉTICA  Y EL ACENDRADO MATIZ ESPIRITUAL

Desde la primera página Cristhian nos sale al encuentro con la dulzura de su voz poética y el acendrado matiz espiritual de su estro poético.

“Luna madre serena, luz del mundo/ abraza con vehemencia mi partida esencial/ y con tus inmaculados rayos de miel/ muéstrame la infinita bondad de Dios”

Con tenaz encantamiento, cuarteto tras cuarteto, desde el Nº 1 hasta el final (Nº 45), el poemario va encadenando sendos cuartetos de un encendido fulgor poético, inspirado en  los resplandores lunares y la extraña mansedumbre de su hechizo ( “un pez dorado que saltó hacia el encuentro/ para besar las mejillas sonrojadas de la luna” )

Pleno de amor por todo lo que le rodea, el poeta piensa en los demás (“Al final del polvoriento camino/ se yergue la luna solitaria/ humilde, maternal, sensitiva/ iluminando los senderos de mi pueblo”)

ETERNO SENTIMIENTO QUE SIENTE TODO SER HUMANO

En seguida expresa el eterno sentimiento que siente todo ser humano: “Hechizaste mi alma luna/ mi ser ansía tu paz/ fugaz anhelo, promesa tenaz/ ¡Bravura de un río, que busca la mar!”. “Bajo el manto inmaculado de la luna”, suceden todos los encantos que un poeta pueda imaginarse, pues, “tras la rendija de mi puerta/ divisé el tierno rostro de la lluna/ sin saber que su mística lumbre/ despertaría nostalgias en mi ser”

RUMBO LÍRICO DE UN ALMA ENAMORADA

No obstante, el alma enamorada del poeta, insiste en su rumbo lírico: “Mi calcinada figura de humo/ emerge de la noche encarnada/ para elevarse incandescente/ hacia el alma purpúrea de la luna”

TAMBIÉN ABARCA FLORA Y FAUNA, E INCLUSO EL COSMOS

Cuán integral es esta poesía ecológica, que abarca flora y fauna e incluso el cosmos.  Ahí estriba sus valía y originalidad: “Crepusculares plegarias acarreaba/ una gaviota bifurcando la luna/ y a lo lejos, allí en la distante puna/ un grillo devela la inmensidad de la noche”;

“árboles altivos en la noche/ amantes extasiados en su amor/ nubes trincando la luna/ estrellas acarician su rubor” , “Tibio rayo de luz/ vivo fulgor de la luna/ aliento vegetal circundante/ que acarrea enigmas del viento”

La luna es la protagonista de este poema, centro de su inspiración: “En la inmensidad del firmamento/ brilla como el oro la luna,/ cofre inmaculado, perla de nácar/ que atesora sueños olvidados” ; “Qué redonda está la luna/ que alumbra los misterios/ de esta noche vagabunda/ que se oculta en el silencio”

ASOCIADA AL AMOR Y AL ROMÁNTICO FRAGOR

La luna, eternamente asociada al amor y al romántico fragor: “Luna ritual de anhelos,/ luna testigo de amor,/ luna maternal consuelo,/ refugio de un desamor”/; “Luna faro infinito,/ portal de almas sobre el mar,/ camino, deambulante señuelo/ del poeta quien quiere amar”.

Ecológica, romántica, pero también acariciante poesía para el niño que llevamos dentro: “El grillo de mi ventana/ a la luna despertó/ y en curioso sobresalto/ vi cómo ella me hechizó”

“El bosque le canta a la luna/ la luna ilumina sus son/ pentagrama colgado del cielo/ elevando plegarias a Dios”, estética de anacoreta, impregnada de ascética intencionalidad.

En su enriquecida fantasía ante la luz lunar, el poeta imagina travesías y peregrinajes: “Sigilosos pasos peregrinos/ fervorosos senderos de la noche/ lumbre acompasada de anhelos/ caminantes cobijados por la luna”, “… designios milenarios/ ¡Raíz de la Humanidad!”

Tomando conciencia de la esencial precariedad de nuestra existencia, el febril aspecto de la incertidumbre diaria, el poeta medita: (“Bajo la lumbre hipnótica de la luna/ contemplo mi tenue sombra adormecida/ detrás de esa álgida sombra anochecida/ la infinita incandescencia de mi ser”).  Definitivamente alude a la inmortalidad de nuestros espíritus.

Resplandecientes versos que transmiten insólitas volutas de elevación y reflexión, apuntando a metafísicas vigencias: (“Luna guardiana de sueños/ tú que iluminas mi alma/ nunca te alejes de mi vida/ siempre contempla mi calma” ; “… el universo, magnánimo estandarte/ ¡Infinita omnipresencia de Dios!” ; “… cálido y bermejo reflejo de luna/ radiantes celajes mi paz interior” , versos que constituyen la prueba palpable de la existencia de gratitud ante la belleza y la grandeza del paisaje que hemos heredado. Por ello, la responsabilidad y el compromiso que nos son concomitantes, ante el Planeta y el Cosmos, en definitiva ante el CREADOR.

DEJA VU: YA VISTO

Revelación, premonición y lejanas incidencias reaparecen y retornan con  toda la fuerza de lo ya vivido, ya visto, quizá en anteriores existencias o en la piel  y neuronas de nuestros ancestros.  Vivido de todos modos, encienden sus luces con una refrescante lucidez, avivando sentencias o cavilaciones que creíamos perdidas: “… misteriosa la luna se vislumbra/ como queriendo escudriñar el presagio/ de un “deja vu” que acontece en mi ser”.

Acude también el sentido de libertad por el parabólico viaje a través del firmamento y la amplitud de su vagabundeo ( “Vieja viajera es la luna/ amiga guardiana de sueños, / dueña absoluta de plegarias/ compañera acontecida en mi ser”

Como privilegiada compañera, la luna eminentemente es, conspicua cómplice del amor, del romance y los momentos amorosos de Eros, ( “Luna candor de verano,/ golondrina de primavera, / altar de los bosques, / refugio de amor.”)

EXPECTANTES PEREGRINOS DEL DESTINO

La luna, asociada al misterio del amor, la nostalgia y el tiempo, también es signo de alegría de las montañas y el viento, según el inspirado poeta ( “Sobre el telón del firmamento eterno/ flotan las luciérnagas del tiempo,/ expectantes peregrinas del destino/ enternecidas por el amor de la luna”

Evidentemente ecológicos, el poeta pone sus retinas ante detalles fantásticos de la naturaleza, esta vez le toca a la (“Araña, humilde artesana,/ acróbata puntillando estrellas,/ luna, impaciente testigo,/ filamento vitrales de seda.”)

INCANDESCENTE Y FÉRTIL, SURGE EL NIÑO QUE LLEVAMOS DENTRO

Insondable verdad, de lírida naturaleza, no podía sino surgir incandescente y fértil, el niño que todos los seres humanos vivos llevamos dentro ( “Como capullo de algodón brota mi niño/ cada vez que lo acurruco en mi regazo/ y la luna somnolienta nos abraza/ con su manto inmaculado como lazo.”)

VESPERTINA CLARIDAD DEL AZUL

A estas alturas hace su aparición el matiz, la esparcida nitidez del tono natural nocturno ( “Luna enjambre de estrellas/ vespertina claridad del azul/ tú, engarzas la noche/ colgada de un abedul.”)

Y sobreviene entonces la clásica alusión al paisaje lunar ( “Aúllan los lobos/ se expande la luna/ cuando el cazador/ se esconde en la bruma.”)

EL TROVADOR QUE TODO POETA LLEVA EN EL ALMA

Renace el trovador que todo poeta lleva en su alma ( “Luna que abrazas al viento/ tú, que iluminas mis versos más tiernos/ con el aroma de un jazmín en flor.”)

SAGRADOS LAZOS UNEN A POETAS Y HOMBRES DE BIEN

Remarcando los sagrados lazos que unen a los poetas con los remarcables hombres de bien, los bendecidos, los profetas, CRISTHIAN EDGAR MANSILLA TORREJÓN , insiste en su línea eminentemente lírica, vaso comunicante con la espiritualidad superior ( “ Luna plateada, lumbre serena, sagrada y fría/ circunda con la bruma el alma mía/ y con tu halo inmaculado de seda/ acaricia la voz sempiterna de mi ser”)

Versos cubiertos de una simbólica pátina sacra, apuntan a una evolución de índole irreversible y total, asociada al Cosmos y todos los elementos más allá de lo meramente material.

Subrayando esa ley divina de plena integración entre todos los elementos de la Naturaleza y el Cosmos, surge incólume  este cuarteto ( “De tus almidonados brazos de nube/ emerge un torbellino de golondrinas/ que ligeras y avispadas se disipan/ desvelando tu níveo rostro, ¡oh luna!”)

Y corroborando  esa fulgurante vocación de unión e interrelación ( “Florece mi alma tras la lluvia/ la luna transfigura mi ser,/ la niebla santifica la noche,/ fulgurante frescura al renacer.”)

ENTUSIASMADO Y EXULTANTE, EL POETA

Por eso el poeta, despojado ya de todo elemento deleznable propone entusiasmado y exultante (“Que mi canto noble, sincero y puro/ deambule por la brisa como plegaria/ para que fluya inmaculado por el Cosmos/ acariciando tus dorados rayos, ¡oh luna!”)

DIVINA Y SIMBÓLICA INTERMEDIARIA, LA LUNA

Reverdecen las bíblicas cavilaciones y transforma a la luna, entelequia sobornable de romances y aventuras eróticas, en divina y simbólica intermediaria ante el CREADOR, (

“Luna encrucijada del destino/ que arrebatas amaneceres de mi techo/ llévame, a mí, peregrino del silencio/ a volar serenamente hacia mi puerto.”)

Retoma el bucólico silbido de su permanente filiación ecológica ( “Furioso gladiador es el viento/ guerrero que arrasa en la puna,/ silbidos que engarzan la noche,/ suplicios que absorbe la luna.”)

PLÁCIDO SILENCIO ARMONIOSO DE LA NOCHE

Y reafirma, eufórico y audaz, su inspiración poética de égloga ( “El cantar de las cigarras fragmenta la tarde, / el crepúsculo cae acaerrando  misterios/ los grillos timoratos anidan en las sombras/ mientras la luna contumaz escudriña/ por los huidizos recovecos del bosque/ hasta llegar a desvelar con su colosal lumbre/ ¡El plácido silencio armonioso de la noche!”)

IRREVOCABLE LANZAMIENTO EN POS DE LA DIVINIDAD

En el poema 41, de exultante placidez, se respira lo que hace rato viene latiendo a través de todo el poemario, su irrevocable lanzamiento en pos de la DIVINIDAD, ( “Luna inmaculada, déjame deambular/ por tus dorados rayos de miel/ y con tu aliento de brisa fresca/ transfigura mi alma y mi ser/ para que mi esencia etérea, hecha plegaria,/ ¡Pueda alcanzar la infinita paz de Dios!”)

Como resplandeciente  figura que ofrece el Universo  en homenaje al Creador, la luna, criatura que inobjetablemente, proclama la grandeza de DIOS, ( “En la catedral del firmamento/ soberana y radiante emerge la luna/ y en su inmaculada nobleza, se autoproclama:/ Reina de la noche, princesa del alba/ pitonisa del cosmos, nimbo de amor./ ¡Lumbre, vencedora de la muerte ¡/ Madre de la alquimia del tiempo./ Centinela de los amantes, colosa del mar,/ faro infalible del poeta, teofanía eterna/ ¡Raíz y esperanza de la Humanidad ¡”)



 

 

 

 

 

 

 

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